Uno de los principales desafíos será dotar de dinamismo a la estancada ronda de Doha.

 













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El nuevo director de la OMC, Roberto Azevêdo, en una rueda de prensa en Ginebra.

 

Desde el 1 de septiembre de 2013, el diplomático brasileño Roberto Azevêdo es Director General de la Organización Mundial de Comercio (OMC). El experto conocedor y antiguo embajador de la organización en Ginebra obtuvo el puesto entre nueve candidatos, incluido su principal rival, el ex ministro de Comercio de México Herminio Blanco, que contaba con el respaldo de Estados Unidos. Es la segunda vez, desde la creación de la organización en 1995, que un representante de una potencia no tradicional preside la OMC, y la primera ocasión en la que el puesto lo ocupa un latinoamericano.

La llegada de Brasil al cargo coincide con un claro declive de la OMC en los últimos cinco años, sobre todo debido a la parálisis de la ronda de Doha sobre liberalización comercial y tratados de libre comercio (TLC). Los ejemplos más destacados de esta tendencia son las dos T: las negociaciones entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos para firmar un Tratado de Partenariado Transatlántico para el Comercio y las Inversiones (TTIP, en sus siglas en inglés) y el Acuerdo de Partenariado Transpacífico (TPP) entre 12 países, incluido EE UU.
Brasil no participa en ninguno de los dos procesos. Como Estado miembro de Mercosur, no puede firmar acuerdos comerciales bilaterales ni participar en negociaciones minilaterales sin contar con el resto de sus socios (Argentina, Paraguay, Uruguay, Venezuela y, en un futuro próximo, Bolivia).

Para Brasil, más que un destino -como dijo en una ocasión el ex presidente Fernando Henrique Cardoso-, Mercosur es hoy una camisa de fuerza que le impide firmar acuerdos externos a los que se oponen Argentina, Bolivia y Venezuela. Brasil está quedándose cada vez más aislado en la carrera mundial para lograr acuerdos comerciales y de inversiones. Mientras que Chile ha firmado ya 16 acuerdos de libre comercio con terceros países, y México, 12, Mercosur no ha firmado más que tres: con Egipto, Israel y Palestina, tres países que representan menos del 1% del comercio total del bloque.

La UE es el principal socio comercial e inversor en Mercosur, con el 20% de las importaciones y exportaciones de la región. Pese a ello, las negociaciones entre los dos bloques para lograr un acuerdo de asociación, que comenzaron en 2000, se encuentran en un impasse permanente porque Europa no quiere hacer concesiones en agricultura y reclama menos proteccionismo para los productos industriales y servicios por parte de los Estados miembros de Mercosur, en especial las reacias Argentina y Venezuela.

Como consecuencia, Brasil se ve cada vez más excluido de la tendencia mundial hacia la liberalización del comercio. Como ocurre en el caso de Estados Unidos y otros países con un gran ...