RESISTENCIA
Si la crisis financiera nos ha enseñado algo, es que los sistemas frágiles pueden derrumbarse de forma catastrófica.
Desde los 80, cada vez con más fervor, “sostenibilidad” ha sido la palabra favorita de científicos, ecologistas y todos los que se preocupan por los complejos y frágiles sistemas de la esfera que habitamos. Es un término que ha configurado los debates sobre la empresa, el diseño y nuestra forma de vida.
La sostenibilidad parece un objetivo loable –nos dice que necesitamos vivir con arreglo a nuestros medios, ya sean económicos, ecológicos o políticos–, pero no basta para una época de incertidumbre. ¿Cómo podemos vivir con arreglo a nuestros medios cuando cambian, de pronto y sin saberlo, bajo nuestros pies? Necesitamos un nuevo paradigma. Con la mirada puesta en el futuro, necesitamos luchar por un medio ambiente y una civilización capaces de soportar cambios inesperados sin venirse abajo. Un mundo así no sería meramente sostenible; sería regenerativo y diverso, y se apoyaría en la capacidad no sólo de absorber los golpes como el estallido de la burbuja inmobiliaria y la subida del nivel marino, sino de evolucionar con ellos. En una palabra, sería resistente.
La sostenibilidad es intrínsecamente estática. Supone que hay un punto en el que podemos mantenernos nosotros mismos y el mundo y q...