• Al-Mukawwin al-Yahudi fi al-Hadharah al-Gharbiyyah
    (El componente judío de la civilización occidental)
    Saad Al Bazei 423 págs.
    The Arab Cultural Center, 2007 Beirut (en árabe) 

Cada vez que viajo a Oriente Medio, la curiosidad me empuja a entrar en las librerías. Uno de mis últimos descubrimientos es que existen secciones sobre judaísmo, igual que en EE UU o Europa, pero con una gran diferencia. Y es que, como cabría esperar, en los países musulmanes las librerías están llenas de traducciones de conocidas obras antisemitas, como Los protocolos de los sabios de Sión.

Imagine mi sorpresa al descubrir un libro, escrito por un destacado autor saudí, cuyo objetivo es dar a conocer la cultura judía entre los lectores árabes y fomentar la tolerancia y el entendimiento. El componente judío de la civilización occidental, del crítico literario y profesor universitario pro-occidental Saad al Bazei, resultó fácil de encontrar. El periódico internacional en árabe Al Hayat publicó una reseña en primera página, anunciándolo como un libro sobre las aportaciones culturales positivas de los judíos “ilustrados”. Seguramente una obra de este tipo no superaría la censura saudí, y mucho menos se vendería en Riad. Pero me equivocaba.

Es una investigación seria, que estudia los principales escritores judíos desde el siglo XVII hasta la actualidad, desde Baruch Spinoza y Moses Mendelssohn a Jacques Derrida y Harold Bloom. Su tesis es que hay una voz personal característica en cada uno de los autores, incluyendo a los secularizados y conversos como Heinrich Heine y Benjamin Disraeli, reflejo de su lucha por encontrar una identidad en una cultura dominada por el cristianismo. En general, su análisis de una única y gran aportación judía a la cultura occidental no llamaría la atención de casi nadie en Occidente.

Pero es destacable por varias razones. Nos hallamos ante una obra en árabe que rezuma comprensión hacia los judíos y sus dificultades en la Europa cristiana. ¿Se esperaría escuchar de boca de un intelectual saudí este comentario sobre el Holocausto? “Los años 30 pusieron un aterrador punto final al sueño judío de la coexistencia judeo-cristiana en Europa, y el nazismo no fue el único en causarlo. También estuvieron el estalinismo y el fascismo, y el silencio colectivo. Pero el nazismo lideró el genocidio conocido como Holocausto o la Shoah… Tras el Holocausto, el judío se vio forzado a volver a ser judío, aunque no pudiese volver a serlo del todo”. En casi todos lados, este reconocimiento de la existencia del Holocausto sería indiscutible. Pero el libro apareció poco después de que el vecino Irán acogiese una conferencia oficial dedicada a negarlo.

Bazei examina la necesidad de tratar con neutralidad a los judíos en los medios de comunicación y en los estantes de las librerías árabes. “Si el proceso de analizar y evaluar las aportaciones judías nos obliga a emitir juicios, éstos no deberían ser siempre contrarios”. Recalca que el respeto por sus aportaciones a la cultura no debe confundirse con el apoyo a Israel. Se trata de una aclaración necesaria para sus lectores. Está intentando algo que el público nunca antes ha encontrado en árabe: analizar objetivamente a los judíos. Hoy en día, en Oriente Medio todo está movilizado en apoyo de uno de los bandos del conflicto árabe-israelí, incluso el campo de la crítica literaria que cultiva Bazei (lo cual debemos agradecer a Edward Said). Dice mucho a su favor el hecho de que mencione el sionismo como un importante movimiento político e ideológico, enmarcándolo en el contexto de otros nacionalismos europeos del siglo XIX.


una obra en árabe que rezuma comprensión hacia los judíos y sus dificultades en la Europa cristiana


Con tanta tolerancia y debate sensato, sería fácil tener la impresión de que el libro marca un cambio de fondo en la opinión que los lectores. A este respecto conviene recordar que poca gente lo leerá, si bien es cierto que muchas más personas han visto el seguimiento positivo que se le ha realizado en la prensa. En cualquier caso, permite extraer dos conclusiones, e insinuar una tercera.

En primer lugar, hay más de una verdad en Oriente Medio. El debate público en Arabia Saudí ofrece una sorprendente diversidad, por mucho que en EE UU se tienda al estereotipo de que está gobernada por fundamentalistas radicales en connivencia con la familia real. Este estereotipo tiene una parte de verdad. Pero es un punto de vista monocromático que se olvida del color interesante. Por ejemplo, pasa por alto la influencia de la élite saudí educada en Occidente.

En segundo lugar, el propio Al Bazei representa esta influencia. Pertenece a la primera generación de hombres (y algunas mujeres) que, tras el boom del petróleo en 1973, empezaron a viajar a Inglaterra y EE UU para estudiar. Ahora constituyen el grupo proamericano más influyente del mundo árabe. Pero al mismo tiempo, viven en un país conservador y patriarcal. La lucha por integrar estas dos influencias constituye una fuente de continuas tensiones en la sociedad saudí, y el estudio objetivo de Bazei sobre los judíos lo sitúa a la vanguardia de la corriente liberalizadora. El libro parece apuntar una tercera conclusión: que el Gobierno saudí apoya, de forma tácita, este tipo de proyectos. La familia real gobierna gracias a múltiples alianzas, entre otros con los clérigos conservadores y con una clase profesional más liberal, cada uno de los cuales goza del mecenazgo real. Para poder publicarse, tiene que haber pasado por la censura gubernamental, controlada por el clero. A este respecto, la dedicatoria del libro a los fallecidos padres de Bazei revela al lector saudí algo más. Su madre pertenecía al poderoso clan al Sudairy, y a través de ella el autor está emparentado con el príncipe heredero y con otros miembros prominentes de la realeza. Para los occidentales que trabajamos en Oriente Medio, sus opiniones tolerantes y abiertas coinciden bastante con las que a menudo escuchamos en nuestras conversaciones privadas con árabes de la zona. Pero Bazei ha tenido el valor de decirlo en público, por escrito. Los occidentales deberíamos dar la bienvenida y alentar estas iniciativas, contribuyendo así a alcanzar la meta de lograr una comprensión mutua. De otro modo, este importante globo sonda podría quedarse en nada más que una curiosidad local.