La revolución de Internet, que en la última década
ha transformado
de manera radical el mundo de la comunicación y del consumo, no
ha hecho más que empezar. Los verdaderos cambios, para bien y
para mal, están aún por llegar. La sociedad nunca volverá a
ser la misma.

Cuando estalló el boom de Internet, en origen un proyecto del Departamento
de Defensa de EE UU, con la salida a bolsa de Netscape hace 10 años,
conceptos como correo electrónico, página web, buscador –to
google
se ha convertido en un verbo en inglés-, puntocom
o puntoes, blog (bitácora)
, Wi-Fi, línea ADSL, wiki (páginas web que
pueden ser editadas por cada visitante) o diario digital eran desconocidos.
El escritor y poeta francés Paul Valéry aseguró que un
campesino del siglo XIII encontraría menos cosas extrañas si
viajase al siglo XIX que uno de finales de ese siglo trasladado a las primeras
décadas del XX. Ahora ese tipo de transformaciones aceleradas se producen
en cuestión de años.

Pocos instrumentos han introducido tantos cambios en la vida cotidiana y laboral
como la combinación de los ordenadores personales con Internet; pero
es un fenómeno que sólo acaba de empezar. Los auténticos
efectos de la World Wide Web son los que se producirán en las próximas
décadas, porque todavía, incluso en Occidente, el acceso sigue
siendo relativamente moderado: hay casi mil millones de internautas en el mundo,
aunque apenas un 31% de los españoles entró en la Red en 2004
(frente al 56% de la media de la Unión Europea).

"Internet y sus tecnologías asociadas son capaces de transformar
la sociedad. Lejos de haberse acabado, el ordenador y la revolución
de las telecomunicaciones que ha generado no ha hecho más que empezar.
Esas tecnologías cambiarán casi todos los aspectos de nuestra
vida, privada, social, cultural, económica y política. En algunas áreas
los cambios podrían ser marginales, pero en la mayoría serán
profundos y sin precedentes en la historia de la humanidad", ha escrito
Lawrence Lessing, profesor de la Universidad estadounidense de Stanford. "Hasta
ahora, la vida y la Red eran dos mundos separados. En el futuro, se irán
acercando cada vez más. La Web será omnipresente, aunque la gente
no llegue a tener conciencia de ello", dice Julio Alonso, empresario
de las nuevas tecnologías, consultor estratégico y uno de los
bloggers españoles más conocidos.

En un informe del Pew Internet & American Life Project, Imagining
the Internet (Imaginar la Red)
, publicado a principios de este año, 1.200
eminencias entre las que se encontraban desde el cofundador de la compañía
Apple, el visionario Steve Jobs, hasta el autor de Parque
Jurásico
,
Michael Crichton, respondieron a un cuestionario de 24 preguntas sobre el futuro
de la Red.

La mayoría de los expertos consultados por este prestigioso instituto
de investigación de Washington confirmaba lo que cualquier atento estudioso
de la comunicación global ya sabe: que la industria editorial y la de
los medios van a sufrir cambios brutales en los próximos tiempos. También
estaban de acuerdo en que la educación y la vida laboral se van a ver
profundamente afectadas. "Internet no estará en la escuela. Será la
escuela", explica en el informe Bob Metcalfe, inventor de las redes de
Ethernet y fundador de 3com.

SISTEMAS VULNERABLES
Pero la dependencia de Internet y de las máquinas también significa
inseguridad. Que nos librásemos del efecto 2000 no significa que nuestro
sistema global de comunicaciones no sea vulnerable. El 66% de los expertos
del Pew estaba de acuerdo en que habrá al menos "un ataque devastador
en los próximos años contra la infraestructura de la Red",
una ofensiva mucho más eficaz que cualquiera de los virus que circulan
actualmente por la autopista de la información.

En una investigación prospectiva encargada por la CIA sobre lo que
ocurrirá de aquí al año 2020 (Mapping
the global future
),
los servicios de inteligencia estadounidenses señalaron que "un
número creciente de actores, incluidos los terroristas, va a lanzar
ciberataques contra los nodos de la infraestructura de las comunicaciones mundiales,
incluyendo Internet, y las redes de ordenadores que controlan procesos industriales
claves, como la electricidad, las refinerías y el agua corriente".

Más allá de estas visiones catastrofistas -por ahora futuristas-,
el impacto de la Red sobre la vida cotidiana es cada vez más intenso,
sobre todo, en aspectos como el ocio y el consumo. En las últimas Navidades,
por ejemplo, los estadounidenses gastaron en compras por Internet 23.000 millones
de euros, un 25% más que en el mismo periodo del año anterior,
según la consultora Goldman Sachs. Estas cifras contrastan todavía
con las de España, donde sólo medio millón de personas
compraron a través de este sistema por un valor de 1.837 millones de
euros (con una media de 464 euros por cabeza), aunque el país se ha
convertido ya en el líder europeo de reservas turísticas online.

El periodista Francis Pisani, profesor de la Universidad de Berkeley, en California,
y columnista sobre nuevas tecnologías, explica algunos de los cambios
que se vivirán en las próximas décadas. "El futuro
será móvil y de banda ancha. El cambio mayor lo constituirá el
acceso a partir de aparatos móviles (teléfonos portátiles
y PDA, más lo que inventarán entre medias). La mayor dificultad
podría resultar del surgimiento de nuevas redes con capacidades mucho
mayores, pero que plantearán problemas de interoperabilidad y de fragmentación",
señala, antes de dar un ejemplo concreto: "Las tecnologías
de localización a partir de la telefonía móvil, que permite
a quien se desplaza acceder rápidamente a los comercios de la zona y,
por qué no, a los amigos y conocidos que se encuentren por ahí en
ese momento. De la misma manera, dará oportunidad a las tiendas de la
calle de identificar a quienes pasen por delante y proponer ofertas ajustadas
a sus gustos. Estamos en los inicios de las tecnologías electrónicas
de comunicación que posibilitan transmitir cualquier tipo de dato y
a cualquier usuario obtener la información cuando quiera allí donde
esté, así como comunicarse con quien desee o ser ubicado sin
interrupción por empresas y autoridades", agrega este periodista
francés en unas palabras en las que resuena de forma inquietante el
eco del Gran Hermano de Orwell.

REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA
Sin embargo, por ahora, la Red ha representado una revolución democrática
que gobiernos tan aficionados a controlar la información como China
o Irán no han podido impedir del todo. El acto, mantenido durante siglos,
de abrir un periódico de papel puede cambiar definitivamente, no sólo
por el aumento de lectores de las ediciones digitales, sino por los blogs y
la llamada democratización de la información: el periodismo 3.0.

Un estudio de la Brookings Institution asegura que el número de lectores
online de The New York Times sobrepasa con creces a los de la versión
impresa y, según Nielsen/NetRatings, uno de cada tres internautas estadounidenses
(29%, unos 44 millones de personas) leyó un periódico virtual
en marzo de 2005. El Estudio General de Medios (EGM) en España aseguró que
en 2004 la lectura de diarios electrónicos se incrementó en un
183% desde 2001, frente a una subida total en la Red del 67%. También
la Web proporciona el acceso a miles de fuentes directas en todo el mundo,
desde la ONU hasta el Pentágono, a las que llegar antes de la época
digital era como atravesar un laberinto.

"El futuro de los medios de comunicación dependerá de
si los propietarios de las empresas informativas que se dedican a cubrir las
necesidades de los ciudadanos en las sociedades democráticas pueden
encontrar un modelo económico que soporte al número de personas
necesarias para recoger, verificar y organizar la información en el
futuro", asegura desde Washington Bill Kovach, coautor junto a Tom Rosentiel
del libro de cabecera de miles de informadores, Elementos
de periodismo
(Ed.
Aguilar, Madrid, 2003), y creador del proyecto journalism.org, que agrupa a
periodistas de todo el mundo preocupados por el futuro de la información
veraz e independiente.

Informes del Instituto
Pew y de la CIA aseguran que en los próximos años habrá ataques
devastadores contra la infraestructura de la Red, una ofensiva más
eficaz que cualquier virus informático

"Como Internet nació libre, todo esto va a ser una transición
difícil. La Red ha extendido la información de forma brutal y
ha dado voz a esos millones de personas que antes no la tenían, pero
con la democratización se ha producido un proceso muy extraño: ‘publica
primero y espera después la confirmación’. En otras palabras,
el mundo libre de la producción de información está lleno
de cotilleos, rumores, propaganda y opinión que se mezclan con hechos
comprobados de una forma que resulta imposible de discernir para el consumidor.
Una base informativa de este tipo no puede sustentar una opinión pública
informada", agrega Kovach.

Otro gurú de la comunicación, el columnista Dan Gillmor, uno
de los pioneros del movimiento blogger y autor de We
the media (Nosotros los
medios)
, se muestra más optimista que Kovach. "Una parte del futuro
del periodismo será conversación. Hasta ahora, ha sido lectura,
pero Internet nos permite aprender y discutir las cosas juntos", asegura. "Los
periodistas pedirán más a sus lectores, espectadores y oyentes
en el futuro. Sabremos lo que saben y ellos nos ayudarán a hacer mejor
periodismo y los antiguos lectores comenzarán a hacer el suyo propio.
El resultado es que los medios se convertirán en un ámbito más
complejo y confuso, pero seguro que más rico".

"En Corea del Sur y en Japón,
los adolescentes
ya no utilizan el correo electrónico, que ha pasado
a ser una forma de comunicación obsoleta que
sólo se emplea con los abuelos", dice un experto

El periodismo está sufriendo la transformación más radical
que, sin embargo, muchos profesionales clásicos no quieren ver. La mayoría
de los grandes rotativos cuenta ya con sus propios blogs (en muchos, como el
británico The Guardian, escribe incluso su director, que explica a los
lectores las decisiones editoriales). Los programas de las emisoras de radio
se ofrecen cada vez más en formato mp3, para que los oyentes puedan
descargárselos cuando quieran en sus reproductores, lo que permite crear
una radio a medida, independientemente de lo que programen sus productores:
el podcasting. Los sistemas RSS (Really Simple Syndication) informan de los
cambios que se producen en las distintas páginas web sin necesidad de
entrar repetidas veces. Este fenómeno ya se conoce en EE UU como Daily
Me (Mi diario)
.

Pero la verdadera revolución está en que todos estos avances
tecnológicos hacen realidad el periodismo participativo (como muestra,
el digital surcoreano OhmyNews, con 36.000 periodistas-ciudadanos que
escriben unas doscientas historias diarias). Otro ejemplo lo ofrece el último
conflicto en que está inmerso Estados Unidos. La guerra de Irak no está siendo
la mejor cubierta de la historia por los llamados "empotrados",
sino por la proliferación de blogs y de nuevos medios, tanto de los
propios informadores, que no encuentran espacio en sus empresas para contar
sus historias, como de los soldados. Sin la fotografía digital y la
inmediatez del correo electrónico vía satélite, no hubiesen
existido las imágenes de Abu Ghraib (también es verdad que tampoco
se hubieran difundido las torturas sin el periodismo clásico de 60
Minutes
y sin las crónicas de Seymour Hersh para New
Yorker
).

El abismo digital

El futuro ya está aquí, sólo que está muy
poco distribuido", escribió William Gibson, el novelista
estadounidense de ciencia-ficción que utilizó por primera
vez el término "ciberespacio" en su obra Neuromante (1984). En un planeta donde 2.600 millones de personas no tienen acceso
al agua corriente y otros 1.000 millones sobreviven con menos de un
euro al día, la frase de Gibson no es un brillante juego de
palabras, sino una dura realidad. En la actualidad, sólo el
20% de la población mundial (la mayoría en los países
ricos) tiene acceso a la Red, aunque se prevé que la conexión
de alta velocidad será prácticamente gratis en Occidente
para 2008, lo que contribuirá sin duda a popularizar su utilización,
que depende de factores como el sexo, la raza, la educación
o la renta. Esto, en el llamado primer mundo, porque, según
un informe de la CIA, en el año 2020, sólo India y China
habrán llegado a la llamada revolución tecnológica.
El resto, con una tasa prevista de analfabetismo para entonces 17 veces
superior a la de los países de la OCDE, en especial entre las
mujeres, tendrá que seguir esperando.

 

Irak es el primer conflicto en el que miles de soldados estadounidenses tienen
la posibilidad de comunicarse con su familia y amigos, pero también
con el resto del mundo, a través de la Red y del teléfono móvil
sin posibilidad de censura previa. "El debate bloggers versus periodistas
ya no es relevante", asegura Rob Runnett, director de contenidos electrónicos
de la poderosa Asociación de Periódicos de EE UU (NAA, en sus
siglas en inglés). "Ambos están muy cerca cuando tratan
información política y en otros ámbitos. Pero en muchos
casos las bitácoras hablan de la vida cotidiana. Tratan temas jugosos
y divertidos que no compiten con el trabajo diario de los periodistas. Algunos
observadores temen que la gente recurra sólo a los bloggers para informarse.
No creo que sea cierto. Nadie ve sólo una cadena de televisión
o lee una sola revista. La gente quiere un bufé de opiniones y sabores,
y la Web no es diferente".

YA NO TIENES UN ‘E-MAIL’
El crecimiento de los medios digitales ha traído y traerá consigo
un aumento de la publicidad, aunque su peor vertiente (el spam o correo basura)
puede poner en peligro uno de los avances más utilizados hasta ahora
y uno de los más democráticos, ya que ha rebajado y simplificado
hasta extremos inauditos el coste de las comunicaciones: el correo electrónico.

Según el informe del Pew, en 2014 el correo electrónico, que
por entonces será inoperativo a causa de los gigabytes de spam, no existirá como
lo conocemos ahora y habrá sido reemplazado por comunicaciones en directo
a través de la Red entre dos personas. "En Corea del Sur y en
Japón, por ejemplo, los adolescentes ya no utilizan el e-mail, que,
para ellos, ha pasado a ser una forma de comunicación obsoleta, que
sólo se emplea con los abuelos", dice Julio Alonso, quien explica
que en su empresa, sin sede física y en la que trabajan unas cuarenta
personas, todos se comunican por telefonía instantánea, messenger,
wikis, blogs
y otras tecnologías aún no muy conocidas.

Lo que está claro es que el despacho y las jornadas de 9.00 a 18.00
se van a acabar. Aunque no hay todavía ningún estudio sobre la
rentabilidad de estas nuevas formas de trabajo, parece indudable que los empleados
dedicarán más horas a su tarea por el mismo salario y las empresas
ahorrarán costes. De momento, se calcula que sólo 10 millones
de personas trabajan así en el mundo, pero las nuevas generaciones de
aparatos y la generalización del Wi-Fi harán que cualquiera esté disponible
las 24 horas, ya sea en un café de Madrid, en un restaurante de Nueva
York o en una playa de Copacabana. La división entre vida pública
y vida privada pasará a la historia o, al menos, eso auguran los más
pesimistas. "Lo interesante de estas cuestiones", explica Francis
Pisani, "es que invitan a considerar que una tecnología hoy esencial
como el correo electrónico no es algo con lo que podremos contar para
siempre. Individuos y empresas tienen que acostumbrarse a cambios mucho más
frecuentes de lo que hemos conocido en el pasado. Internet puede sufrir accidentes
y retrocesos como Europa o la globalización, por ejemplo. Esto es salir
de la modernidad", agrega.

Los teóricos auguran que
la Red no sólo cambiará la forma de trabajar, sino que la
humanidad se encuentra ante los comienzos de un nuevo orden económico,
con todo lo que ello implica

CREATIVIDAD Y DERECHOS
Uno de esos efectos no deseados ha sido la piratería, la posibilidad
de encontrar en Internet La venganza de los sith el mismo día de su
estreno y descargársela, a través de los servidores P2P (peer
to peer
, persona a persona, intercambios entre usuarios que practican más
de cien millones), en cualquier lugar del mundo. El informe del Pew señala
que en la próxima década se producirá un estallido de
creatividad sin precedentes en Internet, que utilizarán miles de creadores
para compartir sus contenidos artísticos. El concepto de derechos de
autor que conocemos habrá cambiado de forma radical ya que, además,
los analistas consideran en su mayoría que no se logrará frenar
las redes P2P, pese a la reciente sentencia del Tribunal Supremo de Estados
Unidos, que sostiene que las empresas de software fabricantes de esta tecnología
podrían ser juzgadas como responsables del uso ilegal que le den los
usuarios. "Hay varios tipos de visiones sobre lo que ocurrirá con
los derechos de propiedad intelectual, aunque la mayoría cree que la
sociedad cambiará y se acomodará", asegura el informe.

Las compañías de comunicaciones también tendrán
que adaptarse al futuro: cada segundo 10 personas se descargan el programa
Skype, que permite hablar por teléfono a través de la Red gratis
o a precios ridículos (dos céntimos minuto), que ya tienen 71
millones de usuarios. Como explicaba recientemente su creador, Niklas Zennströn, "las
grandes compañías telefónicas van a tener que cambiar
su negocio". Este informático sueco es también el inventor
del protocolo P2P más popular, KaZaa, que se ha instalado más
de 370 millones de veces en los ordenadores y permite el intercambio gratuito
de canciones, películas y otros archivos.

Y no sólo los gigantes de la telefonía. Los grandes cambios
tendrán lugar en todos los campos de la producción humana. Como
ha dicho Howard Rheingold, autor de Smart Mobs: The Next
Social Revolution (Multitudes inteligentes: La próxima revolución
social),
el mundo
estaría ante los comienzos de un nuevo orden económico, con la
Red y los aparatos móviles, que ha producido fenómenos como la
tienda virtual eBay (61 millones de usuarios), con todas las consecuencias
que se derivarían. "Es similar a lo que ocurrió con la
conjunción de factores que hicieron posible el capitalismo", aseguró recientemente
Rheingold, que ahora lidera Cooperation Project, una organización formada
por académicos y empresarios que trata de desentrañar cómo
será esta nueva realidad. "Lo que es indudable es que contribuirá a
expandir la globalización", señaló.

Todo este despliegue entraña un peligro evidente porque cada vez más
datos de millones de ciudadanos circulan por la Red y los expertos de Pew prevén
que se incrementarán en los próximos años las detenciones
a través de una vigilancia constante de la misma, que será ejercida
tanto por los gobiernos democráticos como por los regímenes autoritarios.
Y no sólo esto. Además de estar interrelacionados por múltiples
ingenios, algunos científicos especulan con que muy pronto todos, seres
humanos y animales domésticos, llevaremos bajo la piel chips de identificación
por radiofrecuencia (RFID), una especie de DNI digital del tamaño de
una pegatina en el que podrá grabarse, por ejemplo, la historia clínica
de un sujeto. "Ahora nadie sabe qué significan las siglas RFID.
Dentro de 10 años, todo el mundo lo sabrá", asegura un
investigador. Sin contar con que, según la consultora tecnológica
Forrester Research, unos 14.000 millones de pequeñas cámaras
de vídeo estarán conectadas a la Red en 2010 en todo el planeta.
Parece cada vez más claro que nos encaminamos hacia una sociedad conectada
de forma permanente. Donde llegue este proceso dentro de 20 o 30 años,
tal y como se preguntaba el semanario The Economist, no importa. La pregunta
es: ¿qué finalidad queremos dar a esta tecnología?

APOCALÍPTICOS E INTEGRADOS
Frente a teorías conspirativas, Tim O’ Reilly, uno de los mayores
editores de literatura informática y el creador del primer portal web,
cree que la Red facilitará lo que él llama "una arquitectura
de la participación", que convertirá a millones de ciudadanos
anónimos en una fuerza sin precedentes en la historia. Todo es posible:
desde el simple hecho de compartir un archivo hasta montar una manifestación
espontánea o aupar a un candidato a la presidencia de la Casa Blanca
en contra del aparato del partido (como ocurrió con el aspirante Howard
Dean en las últimas primarias demócratas).

Otros, como sostiene un reciente estudio de la Facultad de Ciencias de la
Comunicación Blanquerna de la Universidad Ramón Llull (Barcelona),
creen que el potencial subversivo del ciberespacio ha quedado reducido por
el momento a un enorme supermercado planetario al que sólo accede una
pequeña parte de los consumidores.

"Creo, como muchos, que la privacidad está muerta o en peligro de
muerte", asegura Pisani. "Y en esto debemos culpar más a
las little sisters, que son las empresas privadas, que al Gran Hermano Estado.
Sin embargo, a diferencia de Scott McNealy (presidente de Sun Microsystem),
que dice ‘acostúmbrese’,
debemos luchar contra ello, conseguir todos los controles democráticos
e imponer el respeto que se nos debe. Ciertos países de Europa se preocupan
por preservar la vida privada de sus ciudadanos, y sería una lástima
que se echaran atrás y aceptaran otro modelo. Es una de las grandes
batallas de la democracia de hoy y de mañana".

¿El futuro
deparará comunidades de usuarios libres y bien informados
o simples conglomerados de consumidores? En muchos aspectos, este debate
recuerda al viejo discurso de lo que Umberto Eco llamó "apocalípticos" e "integrados" en
la anterior revolución tecnológica, con el nacimiento de la
comunicación
de masas en la década de los 60. Internet transformará la sociedad
como ocurrió entonces, y, como ocurrió entonces, los Gobiernos
serán incapaces de controlar ese flujo de información que,
en muchas ocasiones, antes y ahora, acaba por volverse contra ellos.

 

¿Algo más?
El informe completo de Pew Internet & American
Life Project, así como el listado de participantes en la
encuesta, está disponible, en inglés, en su página
web (www.pewinternet.org), y el de la CIA, en www.cia.gov/nic/NIC_globaltrend2020.html.
Para conocer los comienzos de la Red y de sus creadores, los mejores
libros son Where Wizars Stay Up Late: The
Origins of Internet
,
de Katie Hafner y Matthew Lyon (Touchstone, Nueva York, 1998),
y Tejiendo la Red: el inventor del World
Wide Web nos
descubre su origen
, de Tim Berners-Lee (Ed. Siglo XXI, Madrid,
2000). El sociólogo español Manuel Castells también
aporta su visión sobre los cambios que atraviesa la sociedad
del conocimiento, un tema poco tratado en castellano, en su trilogía
La era de la información: economía,
sociedad y cultura,
que actualiza constantemente (Alianza Editorial, Madrid, 2004).
A los amantes de la ciencia-ficción les interesará especialmente
Neuromante (Círculo de Lectores, Barcelona, 1998),
en la que el visionario William Gibson adelanta en unos cuantos
años
la aparición del ciberespacio desde una perspectiva cyberpunk.

El manifiesto programático del llamado periodismo 3.0
es We the Media: Grassroots Journalism by
the People, for The People
(Ed. O´Reilly, California, 2004), del columnista
estadounidense Dan Gillmor, que también mantiene un blog
sobre periodismo participativo y otras cuestiones en bayosphere.com/blog/fan gillmor. Just a Geek (Ed. O´Reilly, California, 2004),
de Wil Wheaton, fue el primero que habló del fenómeno
de los blogs, y Hackers&Painters:
Big Ideas from the Computer Age
(Ed. O’Reilly, California, 2004), de Paul Graham, se
centra en la intersección entre tecnología y sociedad.
Para saber cómo serán el trabajo y la organización
comunitaria del siglo XXI, nada mejor que Multitudes
inteligentes: la nueva revolución social
(Ed. Gedisa, Barcelona, 2004),
de Howard Rheingold, que revisa y actualiza aspectos ya tratados
en La comunidad virtual: una sociedad sin
fronteras
(Ed. Gedisa,
Barcelona, 1996). Desde el punto de vista político, resulta
revelador el libro de Joe Trippi The Revolution
will not be televised
(HarperCollins Publishers, Nueva York, 2004), en el que el director
de la campaña del aspirante demócrata a la presidencia
de EE UU, Howard Dean, cuenta cómo utilizó la Red
para las primarias del partido.

La mejor librería virtual de obras sobre la Red y las
nuevas tecnologías es oreillynet.com,
de Tim O´Reilly,
que también publica artículos online. Entre los
casi 80.000 blogs que ya existen en España, destacan
el de Julio Alonso (www.merodeando.com),
dedicado a los aspectos más innovadores de la autopista de la
información,
y el de Juan Varela (www.periodistas21.com),
galardonado con el premio al mejor blog periodístico
español en
2004 por la Deutsche Welle.

 

 

La revolución de Internet, que en la última década
ha transformado
de manera radical el mundo de la comunicación y del consumo, no
ha hecho más que empezar. Los verdaderos cambios, para bien y
para mal, están aún por llegar. La sociedad nunca volverá a
ser la misma.
Cecilia Ballesteros

Cuando estalló el boom de Internet, en origen un proyecto del Departamento
de Defensa de EE UU, con la salida a bolsa de Netscape hace 10 años,
conceptos como correo electrónico, página web, buscador –to
google
se ha convertido en un verbo en inglés-, puntocom
o puntoes, blog (bitácora)
, Wi-Fi, línea ADSL, wiki (páginas web que
pueden ser editadas por cada visitante) o diario digital eran desconocidos.
El escritor y poeta francés Paul Valéry aseguró que un
campesino del siglo XIII encontraría menos cosas extrañas si
viajase al siglo XIX que uno de finales de ese siglo trasladado a las primeras
décadas del XX. Ahora ese tipo de transformaciones aceleradas se producen
en cuestión de años.

Pocos instrumentos han introducido tantos cambios en la vida cotidiana y laboral
como la combinación de los ordenadores personales con Internet; pero
es un fenómeno que sólo acaba de empezar. Los auténticos
efectos de la World Wide Web son los que se producirán en las próximas
décadas, porque todavía, incluso en Occidente, el acceso sigue
siendo relativamente moderado: hay casi mil millones de internautas en el mundo,
aunque apenas un 31% de los españoles entró en la Red en 2004
(frente al 56% de la media de la Unión Europea).

"Internet y sus tecnologías asociadas son capaces de transformar
la sociedad. Lejos de haberse acabado, el ordenador y la revolución
de las telecomunicaciones que ha generado no ha hecho más que empezar.
Esas tecnologías cambiarán casi todos los aspectos de nuestra
vida, privada, social, cultural, económica y política. En algunas áreas
los cambios podrían ser marginales, pero en la mayoría serán
profundos y sin precedentes en la historia de la humanidad", ha escrito
Lawrence Lessing, profesor de la Universidad estadounidense de Stanford. "Hasta
ahora, la vida y la Red eran dos mundos separados. En el futuro, se irán
acercando cada vez más. La Web será omnipresente, aunque la gente
no llegue a tener conciencia de ello", dice Julio Alonso, empresario
de las nuevas tecnologías, consultor estratégico y uno de los
bloggers españoles más conocidos.

En un informe del Pew Internet & American Life Project, Imagining
the Internet (Imaginar la Red)
, publicado a principios de este año, 1.200
eminencias entre las que se encontraban desde el cofundador de la compañía
Apple, el visionario Steve Jobs, hasta el autor de Parque
Jurásico
,
Michael Crichton, respondieron a un cuestionario de 24 preguntas sobre el futuro
de la Red.

La mayoría de los expertos consultados por este prestigioso instituto
de investigación de Washington confirmaba lo que cualquier atento estudioso
de la comunicación global ya sabe: que la industria editorial y la de
los medios van a sufrir cambios brutales en los próximos tiempos. También
estaban de acuerdo en que la educación y la vida laboral se van a ver
profundamente afectadas. "Internet no estará en la escuela. Será la
escuela", explica en el informe Bob Metcalfe, inventor de las redes de
Ethernet y fundador de 3com.

SISTEMAS VULNERABLES
Pero la dependencia de Internet y de las máquinas también significa
inseguridad. Que nos librásemos del efecto 2000 no significa que nuestro
sistema global de comunicaciones no sea vulnerable. El 66% de los expertos
del Pew estaba de acuerdo en que habrá al menos "un ataque devastador
en los próximos años contra la infraestructura de la Red",
una ofensiva mucho más eficaz que cualquiera de los virus que circulan
actualmente por la autopista de la información.

En una investigación prospectiva encargada por la CIA sobre lo que
ocurrirá de aquí al año 2020 (Mapping
the global future
),
los servicios de inteligencia estadounidenses señalaron que "un
número creciente de actores, incluidos los terroristas, va a lanzar
ciberataques contra los nodos de la infraestructura de las comunicaciones mundiales,
incluyendo Internet, y las redes de ordenadores que controlan procesos industriales
claves, como la electricidad, las refinerías y el agua corriente".

Más allá de estas visiones catastrofistas -por ahora futuristas-,
el impacto de la Red sobre la vida cotidiana es cada vez más intenso,
sobre todo, en aspectos como el ocio y el consumo. En las últimas Navidades,
por ejemplo, los estadounidenses gastaron en compras por Internet 23.000 millones
de euros, un 25% más que en el mismo periodo del año anterior,
según la consultora Goldman Sachs. Estas cifras contrastan todavía
con las de España, donde sólo medio millón de personas
compraron a través de este sistema por un valor de 1.837 millones de
euros (con una media de 464 euros por cabeza), aunque el país se ha
convertido ya en el líder europeo de reservas turísticas online.

El periodista Francis Pisani, profesor de la Universidad de Berkeley, en California,
y columnista sobre nuevas tecnologías, explica algunos de los cambios
que se vivirán en las próximas décadas. "El futuro
será móvil y de banda ancha. El cambio mayor lo constituirá el
acceso a partir de aparatos móviles (teléfonos portátiles
y PDA, más lo que inventarán entre medias). La mayor dificultad
podría resultar del surgimiento de nuevas redes con capacidades mucho
mayores, pero que plantearán problemas de interoperabilidad y de fragmentación",
señala, antes de dar un ejemplo concreto: "Las tecnologías
de localización a partir de la telefonía móvil, que permite
a quien se desplaza acceder rápidamente a los comercios de la zona y,
por qué no, a los amigos y conocidos que se encuentren por ahí en
ese momento. De la misma manera, dará oportunidad a las tiendas de la
calle de identificar a quienes pasen por delante y proponer ofertas ajustadas
a sus gustos. Estamos en los inicios de las tecnologías electrónicas
de comunicación que posibilitan transmitir cualquier tipo de dato y
a cualquier usuario obtener la información cuando quiera allí donde
esté, así como comunicarse con quien desee o ser ubicado sin
interrupción por empresas y autoridades", agrega este periodista
francés en unas palabras en las que resuena de forma inquietante el
eco del Gran Hermano de Orwell.

REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA
Sin embargo, por ahora, la Red ha representado una revolución democrática
que gobiernos tan aficionados a controlar la información como China
o Irán no han podido impedir del todo. El acto, mantenido durante siglos,
de abrir un periódico de papel puede cambiar definitivamente, no sólo
por el aumento de lectores de las ediciones digitales, sino por los blogs y
la llamada democratización de la información: el periodismo 3.0.

Un estudio de la Brookings Institution asegura que el número de lectores
online de The New York Times sobrepasa con creces a los de la versión
impresa y, según Nielsen/NetRatings, uno de cada tres internautas estadounidenses
(29%, unos 44 millones de personas) leyó un periódico virtual
en marzo de 2005. El Estudio General de Medios (EGM) en España aseguró que
en 2004 la lectura de diarios electrónicos se incrementó en un
183% desde 2001, frente a una subida total en la Red del 67%. También
la Web proporciona el acceso a miles de fuentes directas en todo el mundo,
desde la ONU hasta el Pentágono, a las que llegar antes de la época
digital era como atravesar un laberinto.

"El futuro de los medios de comunicación dependerá de
si los propietarios de las empresas informativas que se dedican a cubrir las
necesidades de los ciudadanos en las sociedades democráticas pueden
encontrar un modelo económico que soporte al número de personas
necesarias para recoger, verificar y organizar la información en el
futuro", asegura desde Washington Bill Kovach, coautor junto a Tom Rosentiel
del libro de cabecera de miles de informadores, Elementos
de periodismo
(Ed.
Aguilar, Madrid, 2003), y creador del proyecto journalism.org, que agrupa a
periodistas de todo el mundo preocupados por el futuro de la información
veraz e independiente.

Informes del Instituto
Pew y de la CIA aseguran que en los próximos años habrá ataques
devastadores contra la infraestructura de la Red, una ofensiva más
eficaz que cualquier virus informático

"Como Internet nació libre, todo esto va a ser una transición
difícil. La Red ha extendido la información de forma brutal y
ha dado voz a esos millones de personas que antes no la tenían, pero
con la democratización se ha producido un proceso muy extraño: ‘publica
primero y espera después la confirmación’. En otras palabras,
el mundo libre de la producción de información está lleno
de cotilleos, rumores, propaganda y opinión que se mezclan con hechos
comprobados de una forma que resulta imposible de discernir para el consumidor.
Una base informativa de este tipo no puede sustentar una opinión pública
informada", agrega Kovach.

Otro gurú de la comunicación, el columnista Dan Gillmor, uno
de los pioneros del movimiento blogger y autor de We
the media (Nosotros los
medios)
, se muestra más optimista que Kovach. "Una parte del futuro
del periodismo será conversación. Hasta ahora, ha sido lectura,
pero Internet nos permite aprender y discutir las cosas juntos", asegura. "Los
periodistas pedirán más a sus lectores, espectadores y oyentes
en el futuro. Sabremos lo que saben y ellos nos ayudarán a hacer mejor
periodismo y los antiguos lectores comenzarán a hacer el suyo propio.
El resultado es que los medios se convertirán en un ámbito más
complejo y confuso, pero seguro que más rico".

"En Corea del Sur y en Japón,
los adolescentes
ya no utilizan el correo electrónico, que ha pasado
a ser una forma de comunicación obsoleta que
sólo se emplea con los abuelos", dice un experto

El periodismo está sufriendo la transformación más radical
que, sin embargo, muchos profesionales clásicos no quieren ver. La mayoría
de los grandes rotativos cuenta ya con sus propios blogs (en muchos, como el
británico The Guardian, escribe incluso su director, que explica a los
lectores las decisiones editoriales). Los programas de las emisoras de radio
se ofrecen cada vez más en formato mp3, para que los oyentes puedan
descargárselos cuando quieran en sus reproductores, lo que permite crear
una radio a medida, independientemente de lo que programen sus productores:
el podcasting. Los sistemas RSS (Really Simple Syndication) informan de los
cambios que se producen en las distintas páginas web sin necesidad de
entrar repetidas veces. Este fenómeno ya se conoce en EE UU como Daily
Me (Mi diario)
.

Pero la verdadera revolución está en que todos estos avances
tecnológicos hacen realidad el periodismo participativo (como muestra,
el digital surcoreano OhmyNews, con 36.000 periodistas-ciudadanos que
escriben unas doscientas historias diarias). Otro ejemplo lo ofrece el último
conflicto en que está inmerso Estados Unidos. La guerra de Irak no está siendo
la mejor cubierta de la historia por los llamados "empotrados",
sino por la proliferación de blogs y de nuevos medios, tanto de los
propios informadores, que no encuentran espacio en sus empresas para contar
sus historias, como de los soldados. Sin la fotografía digital y la
inmediatez del correo electrónico vía satélite, no hubiesen
existido las imágenes de Abu Ghraib (también es verdad que tampoco
se hubieran difundido las torturas sin el periodismo clásico de 60
Minutes
y sin las crónicas de Seymour Hersh para New
Yorker
).

El abismo digital

El futuro ya está aquí, sólo que está muy
poco distribuido", escribió William Gibson, el novelista
estadounidense de ciencia-ficción que utilizó por primera
vez el término "ciberespacio" en su obra Neuromante (1984). En un planeta donde 2.600 millones de personas no tienen acceso
al agua corriente y otros 1.000 millones sobreviven con menos de un
euro al día, la frase de Gibson no es un brillante juego de
palabras, sino una dura realidad. En la actualidad, sólo el
20% de la población mundial (la mayoría en los países
ricos) tiene acceso a la Red, aunque se prevé que la conexión
de alta velocidad será prácticamente gratis en Occidente
para 2008, lo que contribuirá sin duda a popularizar su utilización,
que depende de factores como el sexo, la raza, la educación
o la renta. Esto, en el llamado primer mundo, porque, según
un informe de la CIA, en el año 2020, sólo India y China
habrán llegado a la llamada revolución tecnológica.
El resto, con una tasa prevista de analfabetismo para entonces 17 veces
superior a la de los países de la OCDE, en especial entre las
mujeres, tendrá que seguir esperando.

 

Irak es el primer conflicto en el que miles de soldados estadounidenses tienen
la posibilidad de comunicarse con su familia y amigos, pero también
con el resto del mundo, a través de la Red y del teléfono móvil
sin posibilidad de censura previa. "El debate bloggers versus periodistas
ya no es relevante", asegura Rob Runnett, director de contenidos electrónicos
de la poderosa Asociación de Periódicos de EE UU (NAA, en sus
siglas en inglés). "Ambos están muy cerca cuando tratan
información política y en otros ámbitos. Pero en muchos
casos las bitácoras hablan de la vida cotidiana. Tratan temas jugosos
y divertidos que no compiten con el trabajo diario de los periodistas. Algunos
observadores temen que la gente recurra sólo a los bloggers para informarse.
No creo que sea cierto. Nadie ve sólo una cadena de televisión
o lee una sola revista. La gente quiere un bufé de opiniones y sabores,
y la Web no es diferente".

YA NO TIENES UN ‘E-MAIL’
El crecimiento de los medios digitales ha traído y traerá consigo
un aumento de la publicidad, aunque su peor vertiente (el spam o correo basura)
puede poner en peligro uno de los avances más utilizados hasta ahora
y uno de los más democráticos, ya que ha rebajado y simplificado
hasta extremos inauditos el coste de las comunicaciones: el correo electrónico.

Según el informe del Pew, en 2014 el correo electrónico, que
por entonces será inoperativo a causa de los gigabytes de spam, no existirá como
lo conocemos ahora y habrá sido reemplazado por comunicaciones en directo
a través de la Red entre dos personas. "En Corea del Sur y en
Japón, por ejemplo, los adolescentes ya no utilizan el e-mail, que,
para ellos, ha pasado a ser una forma de comunicación obsoleta, que
sólo se emplea con los abuelos", dice Julio Alonso, quien explica
que en su empresa, sin sede física y en la que trabajan unas cuarenta
personas, todos se comunican por telefonía instantánea, messenger,
wikis, blogs
y otras tecnologías aún no muy conocidas.

Lo que está claro es que el despacho y las jornadas de 9.00 a 18.00
se van a acabar. Aunque no hay todavía ningún estudio sobre la
rentabilidad de estas nuevas formas de trabajo, parece indudable que los empleados
dedicarán más horas a su tarea por el mismo salario y las empresas
ahorrarán costes. De momento, se calcula que sólo 10 millones
de personas trabajan así en el mundo, pero las nuevas generaciones de
aparatos y la generalización del Wi-Fi harán que cualquiera esté disponible
las 24 horas, ya sea en un café de Madrid, en un restaurante de Nueva
York o en una playa de Copacabana. La división entre vida pública
y vida privada pasará a la historia o, al menos, eso auguran los más
pesimistas. "Lo interesante de estas cuestiones", explica Francis
Pisani, "es que invitan a considerar que una tecnología hoy esencial
como el correo electrónico no es algo con lo que podremos contar para
siempre. Individuos y empresas tienen que acostumbrarse a cambios mucho más
frecuentes de lo que hemos conocido en el pasado. Internet puede sufrir accidentes
y retrocesos como Europa o la globalización, por ejemplo. Esto es salir
de la modernidad", agrega.

Los teóricos auguran que
la Red no sólo cambiará la forma de trabajar, sino que la
humanidad se encuentra ante los comienzos de un nuevo orden económico,
con todo lo que ello implica

CREATIVIDAD Y DERECHOS
Uno de esos efectos no deseados ha sido la piratería, la posibilidad
de encontrar en Internet La venganza de los sith el mismo día de su
estreno y descargársela, a través de los servidores P2P (peer
to peer
, persona a persona, intercambios entre usuarios que practican más
de cien millones), en cualquier lugar del mundo. El informe del Pew señala
que en la próxima década se producirá un estallido de
creatividad sin precedentes en Internet, que utilizarán miles de creadores
para compartir sus contenidos artísticos. El concepto de derechos de
autor que conocemos habrá cambiado de forma radical ya que, además,
los analistas consideran en su mayoría que no se logrará frenar
las redes P2P, pese a la reciente sentencia del Tribunal Supremo de Estados
Unidos, que sostiene que las empresas de software fabricantes de esta tecnología
podrían ser juzgadas como responsables del uso ilegal que le den los
usuarios. "Hay varios tipos de visiones sobre lo que ocurrirá con
los derechos de propiedad intelectual, aunque la mayoría cree que la
sociedad cambiará y se acomodará", asegura el informe.

Las compañías de comunicaciones también tendrán
que adaptarse al futuro: cada segundo 10 personas se descargan el programa
Skype, que permite hablar por teléfono a través de la Red gratis
o a precios ridículos (dos céntimos minuto), que ya tienen 71
millones de usuarios. Como explicaba recientemente su creador, Niklas Zennströn, "las
grandes compañías telefónicas van a tener que cambiar
su negocio". Este informático sueco es también el inventor
del protocolo P2P más popular, KaZaa, que se ha instalado más
de 370 millones de veces en los ordenadores y permite el intercambio gratuito
de canciones, películas y otros archivos.

Y no sólo los gigantes de la telefonía. Los grandes cambios
tendrán lugar en todos los campos de la producción humana. Como
ha dicho Howard Rheingold, autor de Smart Mobs: The Next
Social Revolution (Multitudes inteligentes: La próxima revolución
social),
el mundo
estaría ante los comienzos de un nuevo orden económico, con la
Red y los aparatos móviles, que ha producido fenómenos como la
tienda virtual eBay (61 millones de usuarios), con todas las consecuencias
que se derivarían. "Es similar a lo que ocurrió con la
conjunción de factores que hicieron posible el capitalismo", aseguró recientemente
Rheingold, que ahora lidera Cooperation Project, una organización formada
por académicos y empresarios que trata de desentrañar cómo
será esta nueva realidad. "Lo que es indudable es que contribuirá a
expandir la globalización", señaló.

Todo este despliegue entraña un peligro evidente porque cada vez más
datos de millones de ciudadanos circulan por la Red y los expertos de Pew prevén
que se incrementarán en los próximos años las detenciones
a través de una vigilancia constante de la misma, que será ejercida
tanto por los gobiernos democráticos como por los regímenes autoritarios.
Y no sólo esto. Además de estar interrelacionados por múltiples
ingenios, algunos científicos especulan con que muy pronto todos, seres
humanos y animales domésticos, llevaremos bajo la piel chips de identificación
por radiofrecuencia (RFID), una especie de DNI digital del tamaño de
una pegatina en el que podrá grabarse, por ejemplo, la historia clínica
de un sujeto. "Ahora nadie sabe qué significan las siglas RFID.
Dentro de 10 años, todo el mundo lo sabrá", asegura un
investigador. Sin contar con que, según la consultora tecnológica
Forrester Research, unos 14.000 millones de pequeñas cámaras
de vídeo estarán conectadas a la Red en 2010 en todo el planeta.
Parece cada vez más claro que nos encaminamos hacia una sociedad conectada
de forma permanente. Donde llegue este proceso dentro de 20 o 30 años,
tal y como se preguntaba el semanario The Economist, no importa. La pregunta
es: ¿qué finalidad queremos dar a esta tecnología?

APOCALÍPTICOS E INTEGRADOS
Frente a teorías conspirativas, Tim O’ Reilly, uno de los mayores
editores de literatura informática y el creador del primer portal web,
cree que la Red facilitará lo que él llama "una arquitectura
de la participación", que convertirá a millones de ciudadanos
anónimos en una fuerza sin precedentes en la historia. Todo es posible:
desde el simple hecho de compartir un archivo hasta montar una manifestación
espontánea o aupar a un candidato a la presidencia de la Casa Blanca
en contra del aparato del partido (como ocurrió con el aspirante Howard
Dean en las últimas primarias demócratas).

Otros, como sostiene un reciente estudio de la Facultad de Ciencias de la
Comunicación Blanquerna de la Universidad Ramón Llull (Barcelona),
creen que el potencial subversivo del ciberespacio ha quedado reducido por
el momento a un enorme supermercado planetario al que sólo accede una
pequeña parte de los consumidores.

"Creo, como muchos, que la privacidad está muerta o en peligro de
muerte", asegura Pisani. "Y en esto debemos culpar más a
las little sisters, que son las empresas privadas, que al Gran Hermano Estado.
Sin embargo, a diferencia de Scott McNealy (presidente de Sun Microsystem),
que dice ‘acostúmbrese’,
debemos luchar contra ello, conseguir todos los controles democráticos
e imponer el respeto que se nos debe. Ciertos países de Europa se preocupan
por preservar la vida privada de sus ciudadanos, y sería una lástima
que se echaran atrás y aceptaran otro modelo. Es una de las grandes
batallas de la democracia de hoy y de mañana".

¿El futuro
deparará comunidades de usuarios libres y bien informados
o simples conglomerados de consumidores? En muchos aspectos, este debate
recuerda al viejo discurso de lo que Umberto Eco llamó "apocalípticos" e "integrados" en
la anterior revolución tecnológica, con el nacimiento de la
comunicación
de masas en la década de los 60. Internet transformará la sociedad
como ocurrió entonces, y, como ocurrió entonces, los Gobiernos
serán incapaces de controlar ese flujo de información que,
en muchas ocasiones, antes y ahora, acaba por volverse contra ellos.

 

¿Algo más?
El informe completo de Pew Internet & American
Life Project, así como el listado de participantes en la
encuesta, está disponible, en inglés, en su página
web (www.pewinternet.org), y el de la CIA, en www.cia.gov/nic/NIC_globaltrend2020.html.
Para conocer los comienzos de la Red y de sus creadores, los mejores
libros son Where Wizars Stay Up Late: The
Origins of Internet
,
de Katie Hafner y Matthew Lyon (Touchstone, Nueva York, 1998),
y Tejiendo la Red: el inventor del World
Wide Web nos
descubre su origen
, de Tim Berners-Lee (Ed. Siglo XXI, Madrid,
2000). El sociólogo español Manuel Castells también
aporta su visión sobre los cambios que atraviesa la sociedad
del conocimiento, un tema poco tratado en castellano, en su trilogía
La era de la información: economía,
sociedad y cultura,
que actualiza constantemente (Alianza Editorial, Madrid, 2004).
A los amantes de la ciencia-ficción les interesará especialmente
Neuromante (Círculo de Lectores, Barcelona, 1998),
en la que el visionario William Gibson adelanta en unos cuantos
años
la aparición del ciberespacio desde una perspectiva cyberpunk.

El manifiesto programático del llamado periodismo 3.0
es We the Media: Grassroots Journalism by
the People, for The People
(Ed. O´Reilly, California, 2004), del columnista
estadounidense Dan Gillmor, que también mantiene un blog
sobre periodismo participativo y otras cuestiones en bayosphere.com/blog/fan gillmor. Just a Geek (Ed. O´Reilly, California, 2004),
de Wil Wheaton, fue el primero que habló del fenómeno
de los blogs, y Hackers&Painters:
Big Ideas from the Computer Age
(Ed. O’Reilly, California, 2004), de Paul Graham, se
centra en la intersección entre tecnología y sociedad.
Para saber cómo serán el trabajo y la organización
comunitaria del siglo XXI, nada mejor que Multitudes
inteligentes: la nueva revolución social
(Ed. Gedisa, Barcelona, 2004),
de Howard Rheingold, que revisa y actualiza aspectos ya tratados
en La comunidad virtual: una sociedad sin
fronteras
(Ed. Gedisa,
Barcelona, 1996). Desde el punto de vista político, resulta
revelador el libro de Joe Trippi The Revolution
will not be televised
(HarperCollins Publishers, Nueva York, 2004), en el que el director
de la campaña del aspirante demócrata a la presidencia
de EE UU, Howard Dean, cuenta cómo utilizó la Red
para las primarias del partido.

La mejor librería virtual de obras sobre la Red y las
nuevas tecnologías es oreillynet.com,
de Tim O´Reilly,
que también publica artículos online. Entre los
casi 80.000 blogs que ya existen en España, destacan
el de Julio Alonso (www.merodeando.com),
dedicado a los aspectos más innovadores de la autopista de la
información,
y el de Juan Varela (www.periodistas21.com),
galardonado con el premio al mejor blog periodístico
español en
2004 por la Deutsche Welle.