Trece consecuencias imprevistas del ‘crash’ financiero.

El año pasado hubo más que titulares de vértigo: los bancos principales desaparecían por arte de magia, el Dow Jones caía a diario y los planes de rescate de millones y millones de dólares fracasaban en sus intentos por amortiguar la peor crisis económica desde la Gran Depresión. Ahora parece que la vida en Wall Street está en peligro de extinción. Un país entero –¿han leído eso?–, Islandia, se ha ido a pique de la noche a la mañana. Y si su último puesto de trabajo era el de “negociar valores con respaldo hipotecario”, ánimo. Pero así como las penurias económicas de la crisis financiera son previsibles, también existe un efecto goteo que no se puede predecir tan fácilmente. A continuación, 13 consecuencias sorprendentes del crash financiero global:  

1. Su Gobierno se volverá más inteligente… En medio de una recesión global, los gobiernos del mundo tendrán capacidad para reclutar a burócratas mejor preparados. Hace tan sólo unos años, la Administración estadounidense tenía grandes problemas en fichar personal para el servicio diplomático, ya que no había nadie menor de 25 años medianamente inteligente que quisiera trabajar para el país pudiendo hacer una fortuna en Wall Street. En una crisis profunda, sin embargo, la estabilidad y la seguridad del funcionariado resultan muy atractivas.

2. … y más corrupto. Cada vez habrá más corrupción entre los políticos. Una crisis mundial reduce la demanda de bienes y servicios en el planeta. Lo que significa que la seguridad que proporciona un contrato con el Gobierno resulta bastante apetecible para un empresario que lucha por mantenerse a flote. Un informe de enero de Transparencia Internacional advirtió del probable aumento de la corrupción durante la crisis actual, puesto que las empresas tienen como prioridad la supervivencia más que la ética corporativa.

3. El cielo será menos gris (un poco, al menos). La tesis central de las previsiones sobre el calentamiento del planeta se basa en la extrapolación a largo plazo del crecimiento económico actual. El problema es que dudo de que el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático previera el estancamiento espectacular de Wall Street. Cuanto más tiempo se mantenga en recesión la economía mundial, menos gases de efecto invernadero se emitirán a la atmósfera. Puede que uno siga sin poder respirar con facilidad en Pekín, pero las probabilidades serán mayores.

4. Internet va a convertirse en algo #@%$mente molesto. Los periódicos buscan ingresos publicitarios on line para evitar la quiebra (y, sobre todo, la extinción). Así que prepárense para recibir más anuncios en sus fuentes de noticias –pop-up, pantallas de bienvenida, artículos despiezados al límite para maximizar los clics del ratón– de los que no podrá escapar con facilidad. O, al menos, no sin ponerse muy nervioso.

5. Días de gloria para los evangélicos. Los malos tiempos suponen una ventaja para las iglesias evangélicas. El economista David Beckworth, de la Universidad de Texas, ha calculado el número de asistentes a la iglesia en EE UU y ha detectado que el número de feligreses evangélicos ha aumentado un 50%con cada recesión ocurrida entre 1968 y 2004.

6. Sus hijos ahorrarán. La realidad macroeconómica durante la infancia tiene un efecto profundo en las elecciones económicas futuras de nuestra vida, sin importar cuánto dinero se gane, según un estudio realizado por los economistas Ulrike Malmendier y Stefan Nagel, de las universidades de California en Berkeley y de Stanford, respectivamente. En otras palabras, sus hijos no se engancharán a la compra electrónica, pero seguramente podrán encontrar su paga escondida bajo su colchón.

7. Las faldas se alargarán. He aquí un patrón de la sabiduría popular de Wall Street: falda larga, recesión segura. En época de bonanza económica, las faldas son más cortas. En estos tiempos de recesión, el índice que determina su longitud se encamina rumbo al Sur. Y de alguna forma relacionada, otras cosas se encaminarán al Norte: el peso y la edad de las páginas desplegables de Playboy. La biología evolutiva anima a las personas a conocer a compañeros más maduros durante los tiempos de inseguridad económica, aseguran Terry Pettijohn y Brian Jungeberg en un estudio publicado en Personality and Social Psychology Bulletin. Como apoyo a su teoría, los estudiosos demostraron que, durante la recesión, las modelos de las páginas centrales son cada vez más maduras y tienen más curvas. Estudios similares han confirmado una tendencia idéntica en el cine: los actores y las actrices protagonistas son mayores durante la recesión.

8. El Ejército crecerá. ¿Quiénes serán los más afectados por la crisis? Los jóvenes de todo el planeta entre 18 y 24 años. Este grupo parece ser la cantera principal de las fuerzas armadas, que pueden ofrecer normalmente sueldo y beneficios seguros. Por ejemplo, el Ejército estadounidense superó sus objetivos de reclutamiento en los últimos tres meses de 2008 por primera vez en cinco años. Y puesto que  la guerra de Irak parece estar llegando a su fin paulatinamente, los temores de los nuevos soldados a ser destinados a combatir en lugares hostiles deberían ir disminuyendo. Así podrían dejar de ser “los únicos, los orgullosos” (lema del Cuerpo de Marines) para ser muchos y desesperados.

9. La educación pública será ‘cool’. Una recesión prolongada afectará de forma profunda a las instituciones de enseñanza superior. En los últimos diez años, los centros privados superaban con creces a los públicos en recursos y en inversiones, gracias a las donaciones de particulares. Esto está a punto de cambiar. Por ejemplo, las donaciones en Estados Unidos han descendido entre un 10% y un 30% en el último año, y las ayudas económicas para estudiantes disminuirán. La pronunciada restricción del crédito también hará que sea más difícil conseguir becas razonables.

10. Los ‘baby boomers’ se quedarán. Los trabajadores mayores, que habían planeado retirarse ahora o en unos años, no pueden en este momento: sus planes de jubilación dan miedo. Sólo en 2008, los estadounidenses de entre 55 y 64 años que contaban con sus planes de ahorro para al menos 20 años vieron cómo disminuía su retiro en un 20%. Esto significa que aquellos que esperaban promocionarse en la empresa cuando se fueran los más veteranos se las van a tener que arreglar y limitarse a refunfuñar durante los descansos en la cocina. La oficina es cada vez más desagradable.

11. El mundo ya no es plano y a nadie le importa. Las recesiones mundiales espolean el proteccionismo y otras barreras contra los extranjeros. El turismo transfronterizo disminuye. Los medios de comunicación también van a reducir sus corresponsalías para cortar gastos.

12. Nouriel Roubini acumulará millas de vuelo. Un negocio que irá bien este año son las conferencias sobre la crisis del capitalismo. Los Drs. Dooms (doctores pesimistas), los agoreros de la época de la economía burbuja –economistas como Nouriel Roubini, Robert Shiller, Stephen Roach y Joseph Stiglitz– darán consejos en convenciones y en conferencias alrededor del mundo, recurriendo a la manida frase de “ya se lo advertí”. De hecho, sólo en el mes de enero, Roubini ha viajado a Estambul, Dubai, Abu Dabi, Londres, Riad, Zurich, Davos y Moscú. ¿Cuál es la diferencia ahora? Que va en clase turista.

13. La literatura sobre la Gran Depresión será ‘chic’. Es habitual que en cada época se exploten los iconos y las modas culturales de periodos análogos del pasado. Así que no se extrañen al ver que el ranking de lectura de Amazon está encabezado por libros sobre la Gran Depresión.