El abandono y dependencia agrícola en los países con déficit alimentario los hace más vulnerables y dependientes del ritmo y recuperación mundial.
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AFP/Getty Images |
A pesar de que en los dos últimos años ha aumentado la producción agrícola y ha mejorado la disponibilidad de alimentos per cápita, la desnutrición crónica ha subido en el mundo un 20%. El continente africano resulta de nuevo el más castigado (37%), a pesar de haber tenido un crecimiento del 4,7% del PIB en 2010. Esta paradoja convive con el actual contexto de revoluciones del norte de África y Oriente Medio, y las consecuencias de la subida de precios de los alimentos de estos últimos cuatro años. Una tendencia que ha terminado con los alimentos baratos y que pone sobre la mesa un elemento esencial para la seguridad alimentaria: el abandono de la agricultura de la región.
La dependencia agrícola en África Subsahariana ha significado el año pasado 14.000 millones de dólares (unos 10.300 millones de euros), algo más de la mitad de las importaciones de alimentos que se realizan en todo el mundo. Una cantidad que ha subido un 8% con respecto al año anterior, a pesar de haber aumentado la producción agrícola en la región. Esto en parte se debe a que el incremento de los precios internacionales de los cereales se ha impuesto a los buenos resultados de la campaña agrícola en aquellos países de déficit alimentario con mayor dependencia. Aquí cabe matizar que la mayoría de los Estados africanos son importadores netos (35 de 47) y a su vez, exportadores netos (32 de 47) de productos agrícolas. Asimismo, sólo seis países con déficit alimentario reciben el 65% de las importaciones, lo que significa que el resto son importadores marginales. Los altos precios internacionales sobre los productos agrícolas resultan determinantes si la dependencia es muy alta y esta a su vez genera inflación en los mercados locales afectando al coste del consumo diario. Sin embargo, mientras los precios se han mantenido estables, la oferta agroalimentaria tampoco cubre las necesidades de esta parte del mundo.
Por otro lado, encontramos que una hectárea de trigo en África produce hasta cinco veces menos que en Europa. Los países en desarrollo apenas consiguen alcanzar en la producción un 30% del potencial de las tierras que cultivan. De hecho la proliferación de enajenación de tierras en el continente se asienta en que supone mayores ingresos la venta que su explotación. ¿A qué se debe este abandono del sector agrícola?
Durante décadas ha resultado más rentable importar alimentos para aquellos países con bajos ingresos. Las políticas de ajuste estructural que propusieron en los 80 instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) trajeron consigo una sustitución de cultivos orientados al mercado internacional y por tanto hacia la exportación, descuidando el consumo local. Desde los propios Estados, este desequilibrio se ha pronunciado con decisiones que alejaban la agricultura de las estrategias de desarrollo nacional en busca de la industrialización, ...
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