Los datos sobre la delincuencia internacional siempre son escalofriantes pero no nos dejan una impresión realista de lo que ocurre verdaderamente en las sombras hasta que hablamos del precio de las armas o los estupefacientes como los criminales lo harían, es decir, como si fuesen manzanas, coches o batidoras. En este análisis recogemos cifras como el coste medio de los tres principales tipos de esclavos que existen en el mundo y la rentabilidad que ofrecen a sus dueños, el impacto de la crisis en el precio de las drogas ilegales más utilizadas, cuánto se cobra a un refugiado sirio que huye de la muerte y la guerra por un pasaporte falso, las diferencias de precio de un AK-47 dependiendo del lugar, de si se vende a adultos o a niños o de si se parece al que utilizaba Osama Bin Laden en sus vídeos o las cifras que generan el tráfico de órganos.

Noventa dólares por un esclavo

Según las cifras de SumAll, uno de los casi 30 millones de esclavos que hay en el mundo cuesta de media 90 dólares (83 euros aproximadamente). Existen distintos precios para distintas rentabilidades anuales: un esclavo financiero (que hará lo que sea por repagar una deuda que es imposible devolver por su nivel de ingresos y por unos intereses prohibitivos) cuesta 60 dólares y genera 900 dólares anuales, uno dedicado a trabajos forzados cuesta 660 dólares y genera 4.500 dólares al año y uno dedicado a la prostitución cuesta 1.910 dólares y genera 28.400 dólares anuales.

Plantación marihuana. (Uriel Sinai/Getty Images)
Plantación marihuana. (Uriel Sinai/Getty Images)

Drogarse nunca fue tan barato

El tráfico de drogas, según las estimaciones de la ONU, supera los 300.000 millones de dólares en todo el mundo, lo que significa que representa alrededor de un 20% de todo el comercio de bienes ilegales. Ello no debe hacernos olvidar que hablamos de una mercancía cada vez más low-cost: a pesar del aumento de poder adquisitivo, en Estados Unidos el precio nominal de la cocaína y la heroína se ha derrumbado desde principios de los 80 mientras que el de las metanfetaminas ha caído significativamente y el de la marihuana, la sustancia más barata, se ha revalorizado algo más de un 10%. Esta tendencia se explica, históricamente, por el desplome de los costes de transporte que ha supuesto la globalización y por el incremento de la oferta tanto en volumen (por la incorporación a la cadena de distribución de nuevas localizaciones que antes eran inaccesibles y por la innovación en métodos de cultivos más eficientes) como en diversidad de producto (con la llegada de las drogas de diseño). El incremento de la oferta y el derrape del precio ha propiciado que el número de adictos se multiplique y que, en consecuencia, las peticiones de admisión en las clínicas de desintoxicación de la primera economía mundial se disparen.

Por supuesto, el descenso del precio de las drogas ilegales no sólo tiene causas históricas. También las hay puramente coyunturales como, por ejemplo, el estallido de la ...