
El EI supera con creces la capacidad de atracción de Al Qaeda. ¿A qué se debe?
La respuesta es simple: el Estado Islámico (EI) hace ahora lo que Al Qaeda sitúa en un futuro distante e indefinido. Gana victoria tras victoria. Cuenta con una sofisticada maquinaria de propaganda. En definitiva, el Estado Islámico es sexy.
La estrategia de Al Qaeda, así como de otros grupos terroristas de carácter yihadista, ha recaído primero en atraer a los musulmanes consiguiendo que su autoridad religiosa se viera reconocida mediante sus acciones. Esto conformaría las bases para el establecimiento de un poder territorial, un califato, que después llevaría la guerra a los infieles hasta el fin de los días.
Esta estrategia ha sido continuamente debatida en el seno de Al Qaeda y del yihadismo, siendo el principal punto de desencuentro identificar al enemigo al que enfrentarse primero: el cercano, es decir, los regímenes considerados apóstatas que gobiernan los países musulmanes, o el lejano, Occidente, particularmente EE UU, considerado responsable de todos los males que aquejan al mundo musulmán.
El Estado Islámico ignora estas sutilezas y debates ideológicos. Para empezar, ya se ha saltado varios pasos y acortado en varias décadas, o incluso siglos, la estrategia de Al Qaeda. El EI ya ha proclamado su califato y ha nombrado a su líder, Abu Bakr al Baghdadi, su califa. Se han hecho con un territorio físico de una extensión considerable en el norte de Irak y el norte y este de Siria. La justificación de su legitimidad es el derecho de conquista, su principal diferencia con Al Qaeda. El EI conquista y controla físicamente para, más tarde, establecer su autoridad religiosa.
Y lo hace bien. Por el momento el EI ha dejado en evidencia al Ejército iraquí, cuya calamitosa retirada desde junio ha dejado en manos de los yihadistas una enorme cantidad de material bélico, en su mayor parte de fabricación estadounidense, y a los renombrados peshmergas kurdos, que se han visto en dificultades para hacer frente a las tropas del EI y a su armamento pesado.
Por otra parte, el EI desarrolla sus actividades en una región que constituye el corazón del mundo musulmán. Su califato se encuentra a no demasiada distancia de los tres lugares santos del islam: Meca, Medina y Jerusalén, cuyas capturas figuran entre sus objetivos. Esto sin duda tiene un mayor atractivo que el refugio del liderazgo de Al Qaeda en las montañas de la frontera afgano-pakistaní.
Al contrario que Al Qaeda, el EI no se considera un grupo terrorista. Actúa abiertamente como si de un Estado se tratase, sus oficinas de reclutamiento son públicas, al igual que sus actividades. Quien se une al EI puede actuar abiertamente y combatir en Siria e Irak o desarrollar cualquier otra actividad dentro de la administración del califato. Esto contrasta claramente con el secretismo de Al Qaeda. La gloria que se pueda alcanzar uniéndose al grupo de Ayman ...
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