Valoro lo que Niall Ferguson (‘El eje del caos’, FP EDICIÓN ESPAÑOLA, abril/mayo, 2009) trata de hacer y, desde luego, estoy de acuerdo con él en que las convulsiones económicas pueden tener unas profundas ramificaciones geopolíticas y en que los Estados fallidos son una fuente de inestabilidad en las relaciones internacionales. Llevo 15 años enseñando este argumento, desde que leí otro artículo que alegaba exactamente lo mismo, el de Robert Kaplan titulado ‘The Coming Anarchy’ (‘La anarquía que viene’), cuando trabajaba en el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) durante el primer Gobierno de Clinton. Y, aunque la idea no sea nueva, eso no significa que no sea acertada.

Es verdad, partes importantes de la Estrategia de Seguridad Nacional aprobada por Bush en 2006 estaban dedicadas a este problema. Lo que resulta menos de fiar es la sugerencia de Ferguson de que el eje del caos puede o debe superar al más tradicional eje delmal. No creo que ninguna Administración pueda defender una política que dé prioridad a Somalia por delante de Afganistán, a Líbano por delante de Irak, a Darfur por delante de Pakistán, a Zimbabue por delante de Corea del Norte y a Congo por delante de Irán. Hay mucho caos o posibilidades de caos en la vieja lista de Estados preocupantes, y siempre estarán por encima de la lista nueva (con una posible excepción: México).

De 2005 a 2007, cuando estaba en el NSC de la Adminsitración Bush, elaboré muchos marcos conceptuales para una planificación de largo alcance sobre asuntos que no fueran Irak. El primer paso en esa planificación estratégica era siempre suponer dónde estaría Estados Unidos respecto a su intervención en Irak en el momento designado. Podemos desarrollar una estrategia significativa y llena de recursos para Irak que ponga entre paréntesis a Congo; lo contrario no es posible. De modo que, por supuesto, recordemos que existen en el mundo muchas zonas con problemas, además de las tradicionales. Pero tratar de ocuparse de ellas a costa de las preocupaciones de siempre significa fracasar en ambas. Y entonces veremos lo que es un verdadero caos.

 

PETER D. FEAVER

Catedrático de Ciencia Política y Políticas Públicas,

Universidad Duke, Durham, Carolina del Norte, EE UU   

 

Niall Ferguson responde:

Estoy muy de acuerdo con Peter Feaver en que los miembros del eje del caos no van a sustituir a Irán, Irak y Corea del Norte como problemas para Estados Unidos, por no hablar de Afganistán, Líbano y Pakistán (que no eran miembros del eje del mal). Lo que yo quería decir era, sencillamente, que la crisis eco- nómica va a añadir una nueva y extensa serie de países inestables a la lista existente. Y parece también probable que exacerbará los problemas en los países que menciona él. Por último, los problemas derivados de las conmociones económicas y de la debilidad política son mucho menos predecibles que los causados por unos regímenes irresponsables y empeñados en armar lío. Además, crean oportunidades para posibles rivales de Estados Unidos; no hay más que ver cómo va a tratar Rusia de aprovecharse de la agitación en Europa del Este.