
¿Cómo estas comunidades se hacen su hueco como actores políticos, económicos y sociales en el mundo de hoy?
Antes de poner a examen el papel que juegan las diásporas en las políticas domésticas e internacionales hay que plantearse una cuestión sencilla de respuesta difícil: ¿qué entendemos por diáspora? Si algo caracteriza la naturaleza de estas comunidades es su complejidad y heterogeneidad interna. Aunque su definición no está exenta de un acalorado debate académico, lo primero que nos viene a la cabeza son aquellas poblaciones obligadas a huir o exiliarse de manera forzosa de su país de origen, como fue el caso de los pueblos judío y armenio, es decir, la diáspora vinculada a un acontecimiento traumático y violento. Sin embargo, con el tiempo el concepto se ha ido ampliando y la Organización Internacional de la Migraciones (OIM) se refiere hoy a estos grupos como “los migrantes o descendientes de migrantes, cuya identidad y sentido de pertenencia ha sido moldeada por su experiencia migratoria y por sus orígenes. Mantienen vínculos con sus países de origen, y entre sí, basados en un sentido compartido de historia, identidad o experiencias mutuas en el país de destino".
Desde la academia se ha hecho también un intento de tipificar las diásporas, una tarea nada fácil. Algunos autores las clasifican basándose en el elemento aglutinador alrededor del cual esa comunidad se construye, es decir, si es de tipo empresarial (diáspora china, india…), religioso (armenios, judíos…), político (palestinos) o racial-cultural (diáspora negra). Otros expertos utilizan criterios centrados en la razón que impulsó la migración: factores socioeconómicos, agrupación familiar, un conflicto armado... Sin embargo, la realidad está lejos de adaptarse a clasificaciones sencillas, ya que entre los miembros de una misma diáspora existe una gran pluralidad según clase social, niveles de educación, grupo étnico, afiliación política, etcétera, así como también diversas motivaciones tras la migración, desde factores políticos e ideológicos hasta de naturaleza económica y laboral, entre otros.
Asumiendo entonces que en el estudio de las diásporas la homogeneidad es una quimera, surgen preguntas importantes: ¿son hoy actores políticos más potentes que en el pasado? ¿Cómo y por qué se movilizan?¿Cuál es su relación con las nuevas tecnologías de la información? ¿Y con los Estados de origen y de residencia?
“Las diásporas cada vez ganan más relevancia política”

Sí, gracias a la globalización y a una mayor conectividad. En las dinámicas de movilización de estas comunidades, los contextos de temporalidad y espacialidad, así como los vínculos entre diásporas que residen en distintos países, moldean en gran medida su activismo, según defiende estudios que investigan en este terreno. Y es que las diásporas son transformadas por el lugar y el momento en las que se encuentran y, al mismo tiempo, su activismo también ...
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