Uno de los novelistas más populares, Coelho ha vendido más de cien millones de libros en más de 150 países. Habló con FP sobre cómo es crecer en Brasil, la importancia de los artistas hoy y cómo vender novelas en África.

  • Desde que era un preadolescente, mi sueño era ser escritor. Pero, claro, primero tus padres te dicen que es imposible; luego, que nunca vas a poder vivir de ello. Y en mi caso, fueron aún más allá: me metieron en una institución mental cuando tenía sólo 18 o 19 años, no lo recuerdo. Tres veces.
  • Todos somos escritores políticos, aunque uno escriba sobre plantas. No puedes evitar ser político. El hecho de que uno hable o calle es un acto político (el silencio es también político).
  • Lo que da mucha esperanza es que, en un momento en el que se están derrumbando todos los puentes –económicos, políticos–, en el que parece que las personas no se comprenden, al menos entienden la historia. Al menos entienden la música. Al menos entienden el ballet. Así que el arte, de alguna manera, es uno de los pocos puentes que permanecen intactos en un momento en el que aún necesitamos comunicación entre las diferentes culturas.
  • Todo escritor quiere ser leído. Pero hay límites debidos al precio y la distribución. No puedes estar presente en toda África, porque hay algunos lugares donde no tienen librerías. Pero, curiosamente, tienen Internet. Es increíble. Así que yo subo todos mis libros de forma gratuita en Internet, y la gente puede descargárselos. Si les gusta, lo pagarán. Hay que confiar en la gente.

 

Paulo Coelho es escritor.