Iniciativas, planes y proyectos que trabajan para un nuevo paradigma energético y medioambiental.
Turbinas en Alemania. Frank Rumpenhorst/AFP/Getty Images
Virtualmente todos los récords de energía limpia en el mundo se han roto el último año. La mayor inversión en energía limpia (329.000 millones de dólares en 2015), la mayor capacidad renovable nueva (un tercio más que en 2014), la energía solar más barata que nunca (en Chile cuesta la mitad que el carbón), el mayor periodo de tiempo que un país ha usado exclusivamente electricidad renovable: 113 días este verano en Costa Rica.
La velocidad del cambio a una economía limpia es sorprendente. Este año, se han instalado medio millón de paneles solares por día, mientras que China ha levantado dos turbinas eólicas por hora. Granjas eólicas en Dinamarca, granjas solares en Marruecos, granjas de olas en Escocia. Donde sea que mire, está llevándose a cabo un esfuerzo mundial sin precedentes.
Nunca antes nuestra especie ha contemplado una tarea tan vasta. Y cuando se escriba la historia de este gran cambio ambiental, seguramente se contará como una historia de tecnólogos, de activistas, de Elon Musks salvando al mundo de sí mismo. Aunque, de hecho, nadie juega un papel tan importante como el gobierno, el único tipo de institución que hemos desarrollado que puede coordinar un esfuerzo de esta magnitud y que es, básicamente, el responsable de llevarlo a cabo.
Jigar Shah, fundador de la empresa global de energía limpia SunEdison y, más recientemente, inversor de la compañía Generate Capital, sostuvo lo siguiente: “Cuando uno piensa en la difusión de la tecnología, como el iPhone, en realidad vemos que nada ha sido reemplazado. No era algo que las personas tan siquiera consideraran una necesidad hasta que lo tuvieron. Era un terreno sin desarrollar. Pero la energía limpia proporciona exactamente el mismo servicio del que usted ha dependido durante 100 años: kilovatios por hora. Entonces, ¿cómo llegamos al 100% de energía limpia? La única respuesta es la regulación de los gobiernos”.
Aquí hemos revisado infinidad de iniciativas, planes, proyectos y objetivos con el fin de seleccionar las innovaciones más revolucionarias de todo el mundo, tanto para darle crédito a lo que vale la pena como para servir de ejemplo.
Red eléctrica de Texas. Si este estado de EE UU fuera un país, sería el sexto generador más grande del planeta de energía eólica, detrás de España. Esto se debe en parte a los vientos consistentes y también a que el estado construyó un sistema de transmisión gigantesco para transportar la energía desde el desolado noroeste a las metrópolis del sur y del este. Las líneas de energía se acordaron en 2007, con un costo aproximado de 7.000 millones de dólares. Con el incentivo de los subsidios federales para la energía eólica, las compañías privadas han proliferado en todo el estado, de modo que en un día ventoso de invierno, más del 40% de la electricidad se origina en las turbinas.
Pero incluso la ...
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