
Vía libre al referéndum en Italia sobre la reforma constitucional que es clave para determinar el futuro del país.
El 4 de diciembre, primer domingo del mes, es la fecha definitiva que se ha establecido para celebrar el referéndum sobre la reforma constitucional en Italia. Una fecha clave no sólo para el futuro del país, sino también para su primer ministro, Matteo Renzi, quien afirmó hace unos meses que, de perderlo presentaría inmediatamente su dimisión como jefe de Gobierno.
La consulta a la que se someterá a la opinión pública italiana arranca de una iniciativa del propio Renzi cuando aún no era primer ministro. A comienzos de enero de 2014, y poco después de ser elegido secretario general del Partido Democrático (PD), Renzi envió a las diferentes fuerzas políticas una propuesta que contenía una serie de reformas fundamentales entre las que se encontraba el fin del “bicameralismo perfecto”, una suerte de estructura del poder legislativo que daba igual capacidad a las dos Cámaras (la de diputados y el Senado) según la Constitución de 1947. En ese sentido, el político florentino consideraba que esta igualdad en la capacidad legislativa de ambas cámaras constituía un claro impedimento para la gobernabilidad del país. El procedimiento legislativo italiano obligaba y sigue obligando a que un determinado texto, para convertirse en ley, debe contar con la aprobación de las dos Cámaras de un texto idéntico: si una de ellas cambia una sola palabra del proyecto de ley que ha sido aprobado en la otra, entonces debe retornar de nuevo a la Cámara donde inicialmente se aprobó (para después ser confirmado por la otra), lo que ha tenido como consecuencia fundamental una eternización de la tramitación parlamentaria de los diferentes proyectos de ley.
Cuando Renzi fue finalmente nombrado primer ministro el 22 de febrero de 2014, en su discurso al Senado con el fin de pedir su confianza, afirmó que esperaba ser el último candidato que necesitara el voto favorable del Senado. A partir de aquí, inició un laborioso camino que, tras lograr la aprobación en ambas Cámaras, se encuentra casi finalizado, a la espera de que los italianos den el “sí” al fin del bicameralismo paritario. Lo que, por otra parte, no va a ser nada fácil. Y no lo va a ser por varias razones.
La primera, que encubre una reforma constitucional en toda regla, y la mayor parte de los constitucionalistas italianos ya han advertido que precisamente por ello debería iniciarse un nuevo proceso constituyente, tal como sucedió en los años 1946 y 1947. Sin embargo, el Gobierno italiano no considera necesario este proceso constituyente, ya que el Senado seguirá existiendo a pesar del “sí” en el referéndum e incluso seguiría siendo clave para cualquier reforma constitucional, aunque, eso sí, sus poderes quedarían reducidos sustancialmente en muchos temas fundamentales, como la tramitación de la mayor parte de las leyes.
La segunda razón por la que no resulta fácil la aprobación del texto es porque, ...
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