Por qué el camino a la paz es una cuestión de dinero
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Los boicots de empresas y ciudadanos a compañías israelíes con sede en los asentamientos podrían empezar a desempeñar un papel protagonista en las conversaciones de paz.
AFP/Getty Images
Con un sorbo que se hizo viral, la actriz estadounidense Scarlett Johansson ha añadido suficiente gas al movimiento internacional de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) para hacerlo llegar a los principales medios de comunicación. Su intento de publicitar las burbujas de SodaStream —compañía que posee una sede en un asentamiento israelí en Cisjordania—diciendo que "salvan el mundo" fue ridiculizado por los críticos que apuntaban a las pésimas condiciones de vida de los vecinos palestinos de la fábrica.
Y dado que el anuncio, realizado por la famosa actriz para ser emitido durante la SuperBowl, llegó en un momento en que las agencias europeas de inversión a gran escala rompían relaciones con empresas radicadas en los asentamientos israelíes, éste ha servido para intensificar el foco de atención sobre la importancia del dinero en las actuales negociaciones para lograr una solución de dos Estados.
El principal argumento del movimiento BDS es hacer que las iniciativas de ocupación y asentamientos resulten costosas. Durante años, tanto palestinos como israelíes y extranjeros críticos han advertido de que mientras los beneficios económicos de la ocupación continúen, Israel no tendrá un incentivo para acabar con ella.
Tal como recoge el investigador israelí Shlomo Swirski,...
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