
Ya no es el proceso de paz una prioridad para los ciudadanos de Israel, ahora están más preocupados por los asuntos socioeconómicos. El conflicto ha sido desplazado a un segundo plano en el debate electoral.
El conflicto con los palestinos ha pasado a un segundo plano para el electorado israelí. Un año antes de las famosas tent demonstrations en verano de 2011, en un famoso reportaje publicado por la revista TIME titulado Por qué Israel no se preocupa del proceso de paz, Hadas Ragolsky, productor Ejecutivo del Canal 2, principal canal de información israelí, afirmaba que “el incremento en el precio de la vivienda es más interesante para el público que las conversaciones de paz...que nadie sabe si llevarán a algo”.
Ya en las anteriores elecciones, hace apenas dos años, los asuntos socioeconómicos tuvieron un protagonismo principal. El columnista de Haaretz, Chemi Shalev, lo achacó a los éxitos de Israel en materia de seguridad. El precio de la vivienda o la reforma de la Ley Tal (que eximía del servicio militar obligatorio a los jóvenes ultraortodoxos que acreditasen estar estudiando en una escuela religiosa o yeshivá) fueron asuntos clave para que Yesh Atid (Hay Futuro) la formación del periodista y recién destituido ministro de Finanzas, Yair Lapid, captara a la mayor parte de los votantes que formaron parte de las protestas ciudadanas de 2011 y se hiciera con 19 escaños, convirtiéndose en la segunda fuerza política del Parlamento. Shelly Yajimovich, entonces candidata por el histórico Partido Laborista, también optó por un enfoque centrado en economía y asuntos sociales; y Naftalí Bennet, la otra revelación de las elecciones de 2013 y actual ministro de Comercio e Industria, dedicó la mayor parte de su campaña también a temas domésticos y dejó aparcado el proceso de paz, afirmando su deseo de continuar con la calma relativa en Cisjordania.
La poca confianza de los israelíes a la resolución del conflicto era latente. En este sentido, tres meses antes de las elecciones de marzo de 2013, una encuesta del Jerusalem Center for Public Affairs confirmaba que un 73% de israelíes no creía que volver a las fronteras de 1967 traería la paz.
El coste de la vida por encima del proceso de paz
Para las próximas elecciones, convocadas para marzo de 2015, la tendencia se acentúa.
De hecho, han sido dos asuntos ajenos al conflicto los detonantes del colapso de la coalición de Gobierno, (además de la tensión interna fruto de las aspiraciones de tantos primeros ministros potenciales): la congelación del plan de exención IVA en la compra de la vivienda, propuesta estrella de Lapid, y la nueva Ley Básica que define a Israel como Estado-nación del pueblo judío, que ha tenido a la recientemente destituida ministra de Justicia Tzipi Livni como gran detractora, acusando al primer ministro, Benjamín Netanyahu, de anteponer el carácter judío al democrático en la definición de Israel.
No obstante, y recordando el famoso mantra electoral “es la economía, estúpido”, ...
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