Suecia descubre la literatura inmigrante

Suecia es conocida por sus ideas liberales, su eficiente modelo social
y una calidad de vida incomparable. Pero ¿qué hay de su literatura?
FP habló
con Svante Weyler, ex director de una de las editoriales más antiguas del país,
Norstedts, para que nos diera su opinión sobre los libros que prefieren los
suecos.

FOREIGN POLICY. ¿Qué leen ahora los suecos y por qué?

Svante Weyler. Compran libros de Orhan Pamuk, el ganador del
Premio Nobel de Literatura del año pasado, [especialmente] Nieve y
el libro sobre su ciudad natal, Estambul. Ciudad y recuerdos.
Las novelas policiacas suecas son muy populares [como las del detective Kurt
Wallander, del autor Henning Mankell], incluso aquéllas de escritores debutantes
como la joven ex abogada Åsa Larsson, que cuenta historias sobre el lejano norte
de Suecia, bajo el Círculo Polar Ártico. Cada vez hay más mujeres escritoras
que se dedican a este género y lectoras que influyen en el mundo editorial.

FP. ¿Qué autores recientes captan últimamente la atención?

S. W. La ganadora de este año del prestigioso premio August
Prize ha sido la primera novela de Susanna Alakoski, titulada Svinalängorna,
que es la forma popular de denominar a una zona suburbana del sur de
Suecia. La autora narra su miserable infancia como hija de inmigrantes alcohólicos
de origen finlandés. Su principal rival para el premio fue un joven escritor
suecotunecino, Jonas Hassen Khemiri, cuya novela Montecore cuenta la
historia sobre un inmigrante y su hijo [que no logran integrarse en la sociedad
del país nórdico]. Khemiri es la versión sueca de las promesas británicas de
las letras, Zadie Smith y Monica Ali, ambas también de familias inmigrantes.
De toda formas, resulta difícil que los nuevos autores lleguen al gran público.
La literatura sueca sigue dominada por la generación de escritores de los 60
y 70.

FP. ¿Hay algún autor que plasme el espíritu del país?

S. W. Antes había varios, la mayoría de ellos provenían de
la clase obrera o de familias pobres de campesinos. Pero al igual que hoy no
se puede hablar de un espíritu nacional en Suecia ni de que haya autores que
lo plasmen. Existe, sin embargo, un debate que aún perdura sobre la identidad
nacional, y en 2006 publicaron varios libros sobre este tema, uno de los más
elogiados ha sido Är svensken människa? (¿Son los suecos seres
humanos?
), escrito por dos historiadores, Henrik Berggren y Lars Trägårdh.
Intentan mostrar que los suecos son más individualistas que nadie y que el medio
que utilizan para liberarse de la familia, de la Iglesia y de otras estructuras
orgánicas es el Estado.

FP. ¿Cree que existe algún rasgo singular en las tendencias
literarias del país?

S. W. Una característica peculiar es que los suecos leen mucho
y para su propio placer. Van por delante [de otros países], con diferencia.
El resto de la gente lo hace por obligación laboral o educativa, pero no por
placer tanto como nosotros. Para una persona que viene de un país tan dominado
por el pensamiento luterano, leer es un verdadero deleite.