La periodista rusa Yulia Latinina es conocida como la sucesora de Anna Politkóvskaya y por sus críticas al Kremlin. Defensora del presidente georgiano Saakashvili y con una visión polémica, habla con FP en español sobre una región salpicada de conflictos olvidados.
FP en español: En una zona de reducidas dimensiones, coexisten las cuestiones sin resolver de Chechenia, Abjasia, Osetia del Sur, Adjaria, Alto Karabaj, y los atentados en Ingushetia, Daguestán y Kabardino-Balkaria. ¿Qué explica la constante inestabilidad en el Cáucaso?

Yulia Latinina: Las regiones montañosas son siempre más convulsas. La situación en el Cáucaso hoy podría compararse a la de los Balcanes a principios del siglo XX. Es una zona de Estados que no se fundaron a sí mismos, sobre todo en el norte, en la parte rusa. Son naciones en las montañas, musulmanas, que fueron invadidas.
Rusia tenía un sueño, que era conquistar Constantinopla, para lo que había que cruzar las montañas caucásicas. Esto fue muy positivo para Europa, porque decidió invadir el Cáucaso y no la propia Europa. Si no, las cosas habrían sido muy diferentes en el continente. También hay que recordar que chechenos y otras comunidades fueron deportados por Stalin a Kazajistán y la mitad murió durante el trayecto. Y esto lo recuerdan muy bien. Los chechenos dijeron que no, y cuando te niegas a algo la reacción no suele ser buena. Y lo que ocurrió en Chechenia en los 90 fue un caos: chechenos matando rusos, quitándoles sus casas, robándoles. Mi impresión es que la primera guerra no comenzó por la parte rusa, sino por la chechena.
FP: ¿Cómo es Chechenia con el presidente Ramzán Kadírov?
YL: Kadírov ha conseguido retener el poder. Es un hombre que puede matar a cualquiera en Chechenia y, en esos casos, es fácil mantenerlo. Rusia no tuvo éxito en imponer otra alternativa, quería pero no pudo. Y ahora Vladímir Putin y Kadírov actúan como padre e hijo, con grandes exhibiciones de amor mutuo. Además, ha conseguido la reconstrucción de Grozni. El problema es que todavía hay muchas personas que permanecen en los bosques, gente joven con un bajo nivel educativo que no lucha por la independencia sino por Alá. Son wahabí y muy peligrosos. Con ideas del estilo de Bin Laden, quieren imponer la sharía en el Cáucaso. Kadírov está en contra de ello.
Lo que pasó después de la primera guerra, cuando Chechenia consiguió la independencia, es que empezaron a luchar unos contra otros y no consiguieron ningún signo de prosperidad. Era un caos. Había gente que vivía de los secuestros, del tráfico de drogas y en televisión mostraban imágenes en prime time decapitando a soldados rusos. Al igual que en Afganistán tras la victoria sobre los soviéticos, se dividieron en dos grupos. Unos querían luchar por la libertad, como el presidente Masjádov, y otros pensaban que Chechenia tenía que ser un Estado wahabí. El gran problema es ...
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