La Revelación de San Juan quemado en Palmira durante la ocupación de la ciudad por Daesh. (Joseph Eid/AFP/Getty Images)
La Revelación de San Juan quemado en Palmira durante la ocupación de la ciudad por Daesh. (Joseph Eid/AFP/Getty Images)

La cada vez mayor relación entre terrorismo y crimen organizado produce grupos con grandes recursos y una capacidad de proyectar sin precedentes.

El terrorismo está demostrando ser una amenaza duradera para la seguridad mundial, entre otras cosas porque los grupos terroristas actuales son cada vez más letales, están más relacionados y dominan más la tecnología. Hoy, grupos como el Daesh y Al Qaeda controlan franjas de territorio y ciudades enteras. Es un poder que procede, sobre todo, de su capacidad de obtener ingresos de numerosas actividades delictivas casi con total impunidad.

Existen tres tipos fundamentales de relaciones entre los grupos terroristas, por un lado, y las empresas criminales y el crimen organizado, por otro: la participación directa, las alianzas estratégicas y la explotación de grupos y empresas vulnerables.

Varios grupos terroristas tienen una relación directa con grupos criminales que llevan a cabo secuestros a cambio de una parte de los beneficios. En Yemen, delincuentes locales trabajan para Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) buscando a extranjeros a los que secuestrar en Saná. Los secuestros para exigir rescate son una fuente fundamental de financiación para Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), AQPA, el grupo Abu Sayyaf y Boko Haram, pero, además, el líder de Al Qaeda, Aymán al Zawahiri, ha ordenado a sus partidarios en todo el mundo que secuestren a occidentales para intercambiarlos por yihadistas encarcelados. Si los secuestros han permitido que Al Qaeda y sus filiales obtuvieran al menos 125 millones de dólares (unos 116 millones de euros) desde 2008, Daesh ganó con ellos, sólo en 2014, 45 millones, y tiene un departamento especial dedicado a esta actividad. Algunos grupos organizan secuestros exprés, en los que capturan a funcionarios locales y sus familias para obtener ingresos pequeños pero inmediatos. Además de aterrorizar a las comunidades y ser una fuente de ingresos, los secuestros constituyen un arma para captar a nuevos reclutas y una forma de conseguir mujeres para los combatientes.

Los criminales y los terroristas también participan en el tráfico ilícito de bienes falsificados, que en conjunto constituyen el mayor mercado negro del mundo, mayor aún que el de drogas. El contrabando de tabaco en el Norte de África es un negocio de mil millones de dólares, dirigido por terroristas que lo consideran muy rentable y de muy escaso riesgo. El alijo de cigarrillos de los talibanes, por ejemplo, sólo está por detrás de su tráfico de heroína.

Un segundo tipo de relación son las alianzas estratégicas con grupos criminales, que les permiten beneficiarse de las actividades delictivas mediante la compraventa de bienes a través de dichos grupos o gravando el transporte de mercancías a través de las zonas que controlan. Un ejemplo es el complejo comercio de arte a cambio de armas que llevan a cabo los grupos de crimen organizado en Italia, y que consiste en suministrar armas al Estado Islámico en Libia a cambio de ...