La guerra civil es una amenaza con la reanimación de la primavera árabe en el país

La guerra civil es una amenaza con la reanimación de la primavera árabe en Yemen.

 

 

Los choques entre miembros de las tribus opuestas al presidente yemení, Alí Abdullah Saleh, y las fuerzas del Gobierno están llevando al país más pobre de Oriente Medio al borde de la guerra civil. Las luchas han costado 135 vidas desde el 22 de mayo, cuando Saleh se retractó -por tercera vez- de su promesa de firmar un acuerdo que permitiera una transición de poder en Yemen. El acorralado mandatario está esquivando los llamamientos que piden su dimisión desde que comenzaron las protestas pacíficas a finales de enero, tras los disturbios de Egipto y Túnez. La corriente de oposición comenzó fundamentalmente como un movimiento juvenil, pero en los últimos meses se ha extendido y ahora incluye también a la oposición oficial, la confederación tribal más poderosa y las fuerzas leales al oficial de más alto rango en el Ejército yemení.

Aquí, unos soldados yemeníes contrarios al régimen agitan sus fusiles y gritan eslóganes durante una manifestación para exigir la dimisión de Saleh en la capital, Saná, el 27 de mayo.

 

 

Decenas de miles de manifestantes contra el Gobierno participan en una marcha para exigir la dimisión del presidente tras las oraciones del viernes en Saná el 13 de mayo.

 

La ropa de un manifestante está manchada de sangre en Saná el 18 de marzo, un día en el que murieron más de 45 participantes y resultaron heridos más de 100, según los servicios de urgencias. Después del baño de sangre, Saleh depuso a todo su Gobierno, pero se negó a dejar el poder.

 

 

Unos hombres de los servicios de urgencias llevan a un hospital de Saná a un miembro de una tribu opuesto al Estado que ha resultado herido en combates contra las tropas leales el 31 de mayo, después de que se rompiera la tregua en la capital.

 

Un miembro de una tribu leal a un jefe tribal de la oposición yemení, el jeque Sadiq al Ahmar, se detiene junto a un edificio que resultó dañado en enfrentamientos recientes entre sus combatientes y la policía, en Saná el 28 de mayo.

 

Las fuerzas de seguridad yemeníes participan en un desfile militar el 21 de mayo para conmemorar la unificación del norte y el sur de Yemen. Las autoridades prometieron que al día siguiente Saleh firmaría un acuerdo político para poner fin a la crisis del país, pero, una vez más, el presidente se desdijo en el último minuto.

 

La negativa continua de Saleh a firmar el acuerdo ha indignado todavía más a los opositores.
No obstante, en Yemen sigue habiendo muchas personas leales al presidente. Aquí, una mujer yemení sostiene un retrato del mandatario durante una manifestación a su favor en Saná el 30 de mayo.

 

 

IZQUIERDA: En Yemen, las protestas son a menudo ruidosas y anárquicas. Un manifestante contra el Gobierno sostiene un cartel con un mensaje para el presidente estadounidense, Barack Obama, durante una concentración para exigir la dimisión de Saleh, el 1 de abril. Manifestaciones masivas de signo opuesto dividieron la capital de Yemen, y las fuerzas de seguridad se desplegaron para controlar un nuevo enfrentamiento entre los partidarios y los enemigos del dirigente tras las oraciones del viernes.

DERECHA: Las protestas también pueden ser a veces tranquilas y llenas de devoción. Aquí, unos manifestantes contra el Gobierno recitan las oraciones del viernes durante una concentración el 1 de abril.

Al principio, la Administración estadounidense, consciente de que Yemen era una base tradicional de Al Qaeda, apoyó a Saleh por su respaldo a las acciones antiterroristas. Sin embargo, desde finales de marzo, Estados Unidos presiona para que abandone el poder de forma pacífica. Ahora, con la guerra civil en el horizonte, Obama ha enviado a su asesor en materia de antiterrorismo, John Brennan, a Arabia Saudí, con el fin de elaborar con los negociadores yemeníes un acuerdo que, con suerte, acabe con el mandato de dirigente.

 

Sin embargo, ese pacto todavía no se ha materializado, y, hasta que lo haga, la oposición de Yemen ha prometido no abandonar la calle. Aquí, los manifestantes gritan eslóganes sobre la dimisión de Saleh el 28 de mayo.

 

El estancamiento político en el que se encuentra Yemen ha hecho que la violencia se haya convertido en un fenómeno cotidiano, y ha alimentado las especulaciones sobre si el país se mueve hacia una guerra civil. En la imagen, las fuerzas de seguridad emplean cañones de agua para dispersar a los manifestantes contra el Gobierno en Taiz el 29 de mayo.
Fotos: AHMAD GHARABLI/AFP/Getty Images, GAMAL NOMAN/AFP/Getty Images, AHMAD GHARABLI/AFP/Getty Images, AHMAD GHARABLI/AFP/Getty Images, AHMAD GHARABLI/AFP/Getty Images, GAMAL NOMAN/AFP/Getty Images, MOHAMMED HUWAIS/AFP/Getty Images, AHMAD GHARABLI/AFP/Getty Images, AHMAD GHARABLI/AFP/Getty Images, AFP/Getty Images.