Las universidades españolas imparten un buen número de especialidades vinculadas a las Relaciones Internacionales, aunque su amplitud temática es limitada.

La oferta de estudios oficiales universitarios de Relaciones Internacionales en España se ha ido desarrollando en paralelo a otras titulaciones especializadas que, en lugar de abordar esta cuestión de forma genérica, se centran en aspectos concretos. Las universidades públicas y privadas españolas cuentan actualmente con un buen número de titulaciones en algunas materias vertebradas, condicionadas e influidas por esta disciplina, como la ayuda al desarrollo, los derechos humanos, el comercio, la inmigración o la seguridad.

Como tendencia general, en cuanto a alcance temático las materias ofrecidas por los centros universitarios españoles se circunscriben a disciplinas que son de particular interés político y estratégico en el país.

Otra limitación es el peso todavía escaso, o más bien poco diversificado, de los idiomas en los que se imparten. Si bien existe un gran número de especialidades bilingües, o incluso de titulaciones enteramente impartidas en una lengua extranjera, el inglés es el único lenguaje distinto al español que tiene una posición preponderante en estos estudios. Le siguen de lejos el francés y el portugués, que se utilizan en algunas disciplinas centradas en asuntos como la cooperación al desarrollo. Ese predominio del inglés como segundo idioma más común refleja fielmente su peso en el escenario global, pero también relega excesivamente a algunas lenguas emergentes de creciente importancia. Esto demuestra que la dimensión lingüística de estas especialidades no se ha adaptado plenamente a los nuevos tiempos, en los que por ejemplo el chino va a ser cada vez más necesario y demandado.

Por otro lado, los españoles siguen estando infrarrepresentados en algunas organizaciones internacionales. El ejemplo más relevante es el de Naciones Unidas: a pesar de que España ocupa el noveno puesto en la escala de contribuciones financieras al Presupuesto Ordinario de la ONU, su representación en materia de personal está por debajo del número que le correspondería. Sin embargo, España es, al mismo tiempo, uno de los países del mundo en el que más nacionales obtuvieron plazas para los escalafones inferiores de Naciones Unidas a través de programas como el Youth Professional Program (YPP), destinado a menores de 30 años. El reto académico es que exista una representación equivalente en puestos superiores, lo que podría requerir un esfuerzo por parte de las instituciones educativas para mejorar el perfil y especializar a los futuros profesionales.

No obstante, las salidas laborales del estudio de las Relaciones Internacionales y de sus distintas ramas especializadas no se limitan a los organismos internacionales. Como se verá a continuación, estas pueden apuntalar el perfil de los estudiantes para, posteriormente, emprender carreras en todos los niveles de la administración pública, en el sector privado y en ONG.

Especialidades geográficas

Las universidades españolas imparten un amplio número de titulaciones en especialidades que se dividen en varios bloques que, por lo general, reflejan las prioridades temáticas españolas y, en menor medida, del entorno europeo e hispanoparlante. Sin embargo, mientras que los estudios de grado tienden a centrarse en las Relaciones Internacionales de forma genérica, las especializaciones se imparten fundamentalmente a través de másters, por lo que las disciplinas específicas se circunscriben de forma general al ámbito del postgrado.

La Unión Europea, constante foco de atracción

El ámbito en el que la realidad española adopta una dimensión internacional más palpable, inmediata y permanente es el de la UE. La Unión comienza a debatirse en mayor medida desde la adhesión de España, al tiempo que sus instituciones continúan siendo un importante destino de profesionales españoles, por lo que las titulaciones oficiales sobre el proyecto europeo mantienen su pleno interés y vigencia.

Varias universidades españolas ofrecen másters genéricos en la UE. Marta Hernández, del Instituto Universitario de Estudios Europeos de la Universidad CEU San Pablo, recuerda que ninguna organización internacional ha conseguido un grado de integración tan profundo y un sistema institucional tan sólido y completo. Es por eso que “las instituciones, organismos y agencias europeas, así como las administraciones nacionales, regionales y locales, o las empresas públicas y privadas, necesitan expertos en las diferentes políticas europeas para asegurar el éxito de su organización y funcionamiento”.

Los grados de origen más habituales de los estudiantes de la especialidad genérica en Unión Europea son Derecho, Economía,  Administración y Dirección de Empresas, Ciencias Políticas y  Relaciones Internacionales, aunque también son frecuentes aquellos procedentes de disciplinas como Ciencias Sociales, Periodismo, Humanidades o Traducción e Interpretación. En el caso del máster impartido por el CEU, en torno al 65% de los estudiantes son españoles, y el resto proceden en casi igual medida de países de dentro y fuera de la Unión.

Los estudios europeos facilitan la salida laboral tanto al sector público (instituciones europeas e internacionales, o administraciones públicas) como al privado (despachos de abogados, consultorías, ONG, empresas o medios de comunicación). Además de facilitar carreras profesionales en las distintas instituciones de la UE, también puede abrir la puerta de ONG, grupos de presión (lobbies) que traten de influir sobre la toma de decisiones a escala europea, o administraciones públicas nacionales (tanto a nivel estatal, regional o municipal, ya que la interacción con las instituciones de la Unión se requiere en los tres). Estos especialistas también se demandan se demandan asimismo en los centros de investigación y think tanks que se ocupan de diseccionar la complejidad del proyecto europeo, de los que existe una amplia y prestigiosa muestra en Bruselas y otros epicentros del entramado institucional comunitario.

Existe, por lo tanto, una plétora de salidas profesionales impregnadas por la necesidad del conocimiento experto de los asuntos europeos. Sin embargo, otras titulaciones existentes en España se centran en un ámbito más específico, el de las relaciones internacionales de la UE. Éste es un concepto muy actual y pertinente en un momento en el que la Unión, tras dotarse en 2010 de su Servicio Europeo de Acción Exterior, está materializando ya su aspiración de unificar la política exterior comunitaria. Ese proyecto inacabado, tan disputado como crecientemente visible en negociaciones internacionales de altos vuelos, justifica la existencia académica de titulaciones centradas en las relaciones de la UE con otras regiones o países.

Algunas universidades ofrecen másters en el ámbito de las relaciones euromediterráneas, un tema clave para afrontar cuestiones como la inmigración ilegal, la cooperación antiterrorista o los movimientos sociales surgidos a partir de las Primaveras Árabes. Según Enric Olivé, director del Máster Universitario en Relaciones Euromediterráneas de la Universitat Rovira i Virgil, la centralidad de los conflictos y el diálogo en torno al Mediterráneo impone una aproximación multidisciplinar para entender su complejidad: “Tres religiones, diversas situaciones sociopolíticas, contradicciones económicas, movimientos humanos de gran complejidad… Todo ello obliga a adentrarse con cautela y con una mirada muy matizada a esta realidad del mundo mediterráneo. Precisamente por eso existe la necesidad de formar profesionales de la gestión política, económica, cultural y social que puedan asumir el reto de intervenir con políticas públicas y privadas adecuadas a esa realidad”. Los estudiantes tendrán la opción de formarse para trabajar como técnicos de cooperación, gestores de proyectos de cooperación o de asuntos culturales, técnicos especialistas en relaciones interculturales o, en el ámbito más teórico, como analistas de políticas públicas o investigadores en el área de las relaciones euromediterráneas.

Por su parte, la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ofrece un máster en relaciones UE-China, marcado por el interés mutuo, la compra de deuda soberana europea que ha llevado a cabo Pekín, las desavenencias en delicadas situaciones como el trato con Corea del Norte o el crónico déficit comercial de los países europeos con el gigante asiático. El máster de la UAB se centra en el ámbito cultural y el económico, y para acceder al mismo es necesario estar en posesión de una titulación oficial de grado o equivalente en Economía, Administración de Empresas, Ciencias Políticas, Gestión Pública o similares; o bien en el campo de las Humanidades, particularmente en áreas como los Estudios de Asia Oriental, Traducción e Interpretación, Filología Española o Historia.

Nuevos enfoques sobre América Latina

Un buen número de másters oficiales impartidos por centros españoles se centran en el estudio de la Latinoamerica contemporánea, incluyendo en éstos el análisis de las relaciones internacionales e interregionales que dan forma a esta parte del mundo. Su presencia obedece fundamentalmente al evidente interés de España en esta región a la que unen afinidades culturales e históricas. Un ejemplo académico prominente es el Instituto Iberoamericano de la Universidad de Salamanca, creado en 1992, año del quinto centenario de la llegada de los españoles a América. No sólo es uno de los grandes exponentes de la enseñanza de esta disciplina en el país, sino que  trasciende su importancia académica y se erige en un vehículo de fortalecimiento institucional a ambas orillas del Atlántico, promoviendo foros e instituciones tales como las Cumbres Iberoamericanas.  

Los postgrados sobre América Latina atienden también al cariz notablemente económico y comercial que han adoptado las relaciones entre esta región y España, así como a otros aspectos críticos para comprender los debates regionales e internacionales más relevantes. Un ejemplo claro de esta actualización de los estudios latinoamericanos se encuentra en el el Máster en América Latina Contemporánea ofrecido por el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset, que se centra en las “grandes desigualdades y expectativas”, es decir, en el impacto que puede tener la frustración entre las clases sociales aún relegadas a la pobreza que no se benefician de la creciente pujanza de estos países.

Las salidas profesionales que pueden derivarse son amplias, y suelen estar claramente separadas. Un perfil clásico es el de la cooperación, esto es, preparar a profesionales para dirigir ONG con proyección en esta zona, así como para coordinar, gestionar y evaluar programas de cooperación internacional en América Latina. En este sentido, existen estudios que abordan en concreto la cuestión del desarrollo en el contexto latinoamericano, como el Máster en Cooperación Internacional y Desarrollo en América Latina que ofrece la Universidad Rey Juan Carlos o el Máster Iberoamericano en Cooperación Internacional y Desarrollo de la Universidad de Cantabria. Del mismo modo, también permiten a los estudiantes trascender esta visión de la región como depositaria tradicional de la ayuda al desarrollo española y contemplarla como un espacio de oportunidades económicas; de esta manera, estos estudios sirven para forjar profesionales en otras organizaciones, empresas e instituciones públicas y privadas con intereses o proyección sobre los países latinoamericanos. A su vez, pueden desembocar en el mundo periódistico y editorial, así como en la enseñanza universitaria, para aquellos interesados en proseguir su formación mediante un doctorado.

El creciente interés por África

Un ámbito geográfico al que la política exterior española está mostrando mayor atención es el del África subsahariana. La columna vertebral de este interés no está ya únicamente basado en la cooperación al desarrollo (que se ha reducido significativamente), sino que también tiene en cuenta las relaciones comerciales, ya que muchas empresas españolas, incluidas las pequeñas y medianas, ven hoy en esta región una zona de oportunidades. No en vano, según el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), África se ha convertido en la tercera región mundial por crecimiento de las exportaciones españolas. Tanto si es por razones de desarrollo como de tipo comercial, es un hecho que en España existen cada vez más motivos para la consolidación y expansión de una oferta académica autóctona en relaciones internacionales africanas. No obstante, la salida profesional más habitual sigue siendo la de la ayuda al desarrollo, tanto oficial como a través de ONG, y en menor medida la diplomacia, los organismos internacionales y el análisis político. Así, el mayor interés en África como espacio económico y comercial aún no ha alcanzando su pleno reflejo académico.

Itziar Ruiz-Giménez, directora del máster en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos de la Universidad Autónoma de Madrid, explica el sentido y pertinencia de complementar ambas disciplinas: las RR II y los estudios africanos. Por un lado, cree que resulta difícil comprender el continente sin conocer los debates acerca de la soberanía, el derecho internacional, el régimen de los derechos humanos o el sistema económico internacional. Del mismo modo, las relaciones internacionales se han visto y se ven muy influidas por la realidad de los países africanos. “Hechos como los conflictos posteriores a la guerra fría, el gran número de refugiados y desplazados internos, las formas tradicionales de gobierno y de organización social, han supuesto importantes desafíos a las teorías dominantes de las RR II”, sostiene.

Otra disciplina escasamente representada son las relaciones internacionales contemporáneas que se vertebran en torno al mundo árabe e islámico. Una de las referencias en la materia es el Máster en Estudios Árabes e Islámicos Contemporáneos (MEAIC) de la Universidad Autónoma de Madrid, que forma especialistas capaces de abordar la complejidad del mundo árabe e islámico a través de la propia producción cultural de árabes y musulmanes, tanto dentro de sus países como en la diáspora europea y americana. De esa forma, los estudios van más allá de las fuentes tradicionales, de los textos clásicos y de la distorsión que a veces genera el enfrentamiento entre el discurso islámico y el occidental. Si bien el máster está sobre todo orientado a la investigación, la relevancia de esta materia y el peso político y económico de esta área geográfica puede abrir puertas en sectores profesionales como la cooperación, las relaciones internacionales, el periodismo o la empresa privada.

El reto de impulsar los estudios asiáticos

Una oferta especialmente infrarrepresentada en las universidades españolas, en relación al peso inmenso de esa región en el mundo, es la de los postgrados centrados en Asia-Pacífico. La escasez de la oferta en este ámbito ilustra una de las limitaciones aparentemente crónicas de la política exterior española: la aún magra presencia de la misma en Asia Oriental. Según un reciente informe, es necesario formar docentes e investigadores sobre la región, promover el conocimiento de lenguas asiáticas en las escuelas y promocionar los estudios sobre Asia Oriental en la enseñanza superior, incrementando a su vez el intercambio de estudiantes entre España y Asia. Las universidades españolas parten con una gran desventaja y retraso en la enseñanza de esta materia en comparación con otros sistemas educativos, como el británico, donde esta disciplina goza de una enorme pujanza y prestigio, conformando un sector en el que los departamentos de estudios asiáticos de las grandes universidades compiten entre sí por ofrecer la mejor calidad.

Consolidar y extender los estudios sobre el Asia contemporánea en las universidades españolas no es tarea fácil, pero sí existen titulaciones que contribuyen a ir paliando ese déficit, aunque todavía son escasas. Dada la preponderancia del Asia Oriental en el contexto actual, el perfil de futuros estudiantes a los que puede serles de utilidad esta especialización es amplio, y abarca a empresarios, traductores e intérpretes, así como a profesionales del sector turístico, del ámbito de la comunicación y el periodismo. También es habitual que se decanten por esta opción académica aquellas personas con experiencia o interés en actividades como la mediación social y cultural o la docencia. Los estudios de grado de los que habitualmente parten quienes luego se especializan en el Asia contemporánea son muy diversos, de tal forma que los estudiantes suelen proceder de titulaciones en Economía, Derecho, Historia, Ciencias Políticas, Sociología, Antropología, Periodismo, Comunicación, Arte, Filosofía, Literatura, Geografía o Turismo.

Carles Prado, director de Estudios de Asia Oriental de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), afirma que, “el conocimiento sobre las realidades históricas, sociales, económicas y culturales de China y Japón se ha convertido en una necesidad emergente”. Por su parte, Lluc López, profesor del Máster Universitario en Estudios de China y Japón: mundo contemporáneo de la UOC, sostiene que el objetivo de este tipo de estudios es formar a especialistas que son requeridos en muchos ámbitos, entre los que destacan las tareas de consultoría, la administración pública, los partidos políticos, los grupos de presión y las empresas con relaciones comerciales con Asia. Igualmente, esta formación puede abrir puertas profesionales en think tanks e instituciones académicas, así como en organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales y en los medios de comunicación.

Especialidades temáticas

Gran oferta sobre Derechos Humanos y cooperación al desarrollo. Las universidades españolas cuentan con un abanico amplio de estudios especializados en DD HH, hecho también indisociable de las Relaciones Internacionales. Al menos cuatro universidades españolas ofrecen másters oficiales en esta disciplina a la que la actualidad no deja de poner a prueba. En este sentido, sería un error pensar que es un territorio exclusivo de quienes tengan titulaciones en Derecho, ya que se trata de un ámbito con diversos ecos y salidas profesionales. Así consta, por ejemplo, en la propia descripción del Máster en Derechos Humanos de la UNED, donde se especifica que no persigue de manera primordial formar prácticos del Derecho, sino investigadores capacitados para interpretar el ordenamiento jurídico e incidir en su desarrollo, así como para evaluar las políticas públicas que explican la adopción de unas u otras decisiones normativas por los poderes estatales. Así, las opciones laborales de esa disciplina tienen, en principio, una doble vertiente: la de la acción efectiva para la defensa de los DD HH en aquellos contextos y lugares donde se vean vulnerados, y la de la investigación académica y la consecuente producción de literatura especializada.

Del mismo modo, las universidades españolas cuentan con una oferta amplia de postgrados en el campo de la ayuda internacional al desarrollo y la ayuda humanitaria. Cristina Churruca, directora del Máster en Acción Internacional Humanitaria (NOHA) de la Universidad de Deusto, sostiene que su objetivo es dar respuesta a la creciente necesidad de titulaciones de educación superior específicamente diseñadas para hacer frente a situaciones de emergencias humanitarias complejas. “Desafortunadamente, las crisis humanitarias no sólo han aumentado, sino que tienen un mayor nivel de complejidad. Como consecuencia de ello, hay una demanda creciente de personal debidamente cualificado para asumir los nuevos retos de la acción humanitaria con la capacidad para ejercer liderazgo con habilidades de supervisión probadas, para establecer prioridades y planificar operaciones con el fin de responder con éxito a las crisis humanitarias”, explica. La expansión del sector ha conducido a la demanda de una mayor profesionalización, bien ejemplificada, según Churruca, en las palabras de Jan Egeland, anterior Subsecretario General para los Asuntos Humanitarios y Coordinador de Ayuda de Emergencia de las Naciones Unidas: “…Si no eres un profesional en este juego, no tienes derecho a llegar a alguien en su momento de crisis y hacer el entrenamiento en el puesto de trabajo (…) Porque a los pobres, desposeídos y los propensos a los desastres debería quedarles por lo menos un derecho básico: el de ser protegidos de la incompetencia”.

Las titulaciones en acción humanitaria en España se dirigen fundamentalmente a personas que trabajan o tienen la intención de hacerlo en organizaciones nacionales o internacionales, en la sede o en el terreno. Las perspectivas profesionales van desde representantes de organizaciones internacionales a gestores de ONG, pasando por administradores, consultores o investigadores. No obstante, y en línea con la cita de Egeland, los másters en acción humanitaria no son en general la desembocadura directa de personas sin experiencia en esa materia, sino que están concebidos primordialmente para profesionales del sector que cuenten con una cierta trayectoria y quieran apuntalar sus conocimientos para mejorar su perfil y empleabilidad. Algo parecido sucede con los másters en cooperación al desarrollo, cuya salida más habitual es la de técnicos de cooperación tanto en sede como en terreno, y que se nutren idealmente de personas que ya tienen un cierto recorrido en ese ámbito, ya sea como empleados o como voluntarios con experiencia sustancial.

Por otro lado, el eco de las carencias de la ayuda al desarrollo y de la ayuda humanitaria llega hasta las mismas puertas del país por medio de las migraciones internacionales, sobre todo las procedentes del África subsahariana. Éstas son el objeto de sendos másters ofrecidos por la Universidad de Valencia y la Universidad Pontificia de Comillas. Estas titulaciones se dirigen fundamentalmente a funcionarios de organismos especializados en políticas migratorias, derechos humanos, desplazamientos forzados, demografía y estudios de población; también a profesionales especializados en discriminación y racismo, grupos étnicos y minorías, infancia, refugio y asilo político y tráfico de seres humanos. Las múltiples dimensiones del fenómeno migratorio exigen conocimientos muy específicos que pueden brindar salidas profesionales en administraciones públicas internacionales, estatales y locales. Otra perspectiva habitual es la de formar profesionales de ONG dedicadas a proveer servicios y asistencia a los emigrantes, desplazados, refugiados y víctimas del tráfico de seres humanos. Igualmente, estos estudios son un complemento interesante para personas que trabajan en el campo de la salud, la educación o el trabajo social centrado en los emigrantes.

La seguridad internacional: habitual objeto de estudio

El ámbito de la paz y la seguridad internacional acapara un buen número de especialidades en las universidades españolas. Existen al menos diez másteres oficiales en estas disciplinas, que van desde el estudio de los conflictos hasta el análisis y prevención del terrorismo. Jacint Jordana, catedrático de Ciencias Políticas de la Universitat Pompeu Fabra y director del Institut Barcelona d’Estudis Internacionals (IBEI), que ofrece un máster interuniversitario en Seguridad Internacional, cree que existe una importante necesidad de formar expertos en seguridad para responder a la creciente demanda por parte de organizaciones internacionales, gubernamentales y no gubernamentales. “Desde el punto de vista académico, existe una creciente necesidad teórica de redefinir la seguridad internacional desde un concepto de aplicación exclusiva a conflictos militares a una concepción más amplia, que se vincula a las necesidades generales de la seguridad humana. Los problemas internacionales acostumbran a ser consecuencia de una compleja combinación de causas políticas, ambientales, sociales y culturales y suelen involucrar una amplia gama de actores estatales y no estatales. El desafío intelectual consiste en integrar los conceptos teóricos de la nueva seguridad internacional con los problemas de paz y seguridad que afectan la política global”, explica Jordana.

Los estudios en seguridad internacional pretenden dar una formación que habilite a los estudiantes para su posterior incorporación al mundo laboral en calidad de policy makers, analistas o investigadores de paz y seguridad. Así, el máster que ofrece el IBEI está diseñado para personas interesadas en desarrollar una carrera en el gobierno, el sector privado o las ONG, o también a aquellos interesados en la vertiente puramente académica de la seguridad. En todo caso, a los estudiantes se les exige una titulación previa en ámbitos relacionados, como las Relaciones Internacionales o las ciencias políticas. En el caso del máster que ofrece la Universidad Complutense en esta disciplina, el perfil de alumnos es semejante, añadiendo a las titulaciones de origen antes mencionadas otras como Ciencias Empresariales, Gestión y Administración Pública, Sociología o Comunicación.

Otros másters en el área de la seguridad internacional, como el que ofrecen la Universidad Europea de Madrid o la Universidad Antonio de Nebrija, están concebidos para salidas profesionales de naturaleza más operativa, como miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad a nivel internacional, estatal, autonómico y local, así como de las distintas policías, tanto españolas como extranjeras. Otras opciones habituales son las de mandos intermedios de carácter técnico en empresas que trabajan en el terreno de la seguridad, así como profesionales y directivos de la seguridad, responsables de organismos públicos y privados en materia de seguridad, o criminólogos. Por ese motivo, se da prioridad a los estudiantes que posean titulaciones de origen no sólo en Relaciones Internacionales, Ciencias Empresariales o Derecho, sino también en disciplinas con una dimensión más práctica y operativa, como la Criminología o la Ingeniería Informática. La especialización en seguridad internacional también sirve para dotar de expertos a actividades como el periodismo relacionado con la defensa y la seguridad y el análisis de riesgos en las empresas.

Mucho más que comercio exterior

Distintos centros privados ofrecen másters en comercio exterior que van más allá del ámbito puramente económico y empresarial y que lo conjugan con las Relaciones Internacionales. De forma general, el perfil de quienes se especializan en esta disciplina en centros como la escuela de negocios ESERP es el de un titulado en ámbitos como Derecho, Economía, Ciencias Empresariales, Ciencias Políticas, Traducción e Interpretación, Periodismo, Historia o varias filologías, y la mayor parte de ellos son españoles, aunque alrededor del 20% de los estudiantes proceden de América Latina y alrededor del 10% de Rusia.

El énfasis comercial de la actual acción exterior española se manifiesta también en el intento de proyectar y bruñir la imagen exterior del país a través de figuras como la Marca España. Esto va en paralelo a un interés cada vez mayor sobre la percepción del país en el extranjero, que ha dado origen también a un máster impartido por la Universidad Española a Distancia (UNED) centrado precisamente en la imagen de la España contemporánea en el contexto internacional. Esta especialidad está orientada a estudiantes que tengan prevista  la realización de un doctorado en Historia Contemporánea, por lo que sus salidas profesionales están relacionadas con la docencia universitaria y la investigación. También está enfocada a cubrir la demanda de especialistas en campos como el periodismo, la ciencia política, la museística o la animación cultural, entre otras. No obstante, y a medida que el concepto de diplomacia pública gana peso en las distintas administraciones, estos estudiantes también podrían desenvolverse profesionalmente en el sector gubernamental.

 

Éstas son algunas de las principales especialidades en las que se escinde el estudio de las Relaciones Internacionales en España. Al margen de la aún escasa amplitud temática y lingüística, uno de los retos será hacer valer su pedigrí dentro y fuera de sus fronteras, demostrar que pueden competir con la oferta de centros extranjeros. Por el momento, las universidades españolas ofrecen un buen número de titulaciones para continuar formando a futuros profesionales que, o bien se integren en organismos internacionales, donde los profesionales españoles son comparativamente escasos, o bien en distintas entidades dentro del país cuya actividad requiera titulados en este tipo de disciplinas.