Corea de Norte y las veleidades de Kim Jong Un no dejan de tener consecuencias no solo en el devenir de las relaciones internacionales entre los países de la zona, sino a nivel global. Y es algo que parece no detenerse. No en vano, el inicio del año 2016 en Corea del Norte ha estado marcado por algunos acontecimientos importantes. Por un lado, el régimen llevó a cabo la cuarta prueba nuclear y, por otro, realizó con éxito el lanzamiento de misiles balísticos de alcance medio. Junto a ello, también podríamos añadir otros hechos como la publicación de un video mostrando la destrucción de Washington, capital de Estados Unidos, a manos de un misil de Corea del Norte, y otro similar destruyendo Seúl, capital de Corea del Sur.

Si bien todo ello ha gozado de la máxima atención por parte de los medios de comunicación internacionales, “dichas acciones resultan un ‘más de lo mismo’ en la política de Corea del Norte respecto a la comunidad internacional”, sostiene Javier Gil, profesor de Relaciones Internacionales y experto en cuestiones relacionadas con Asia en la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE. De hecho, Corea del Norte, ya desde el fin de la guerra civil coreana en 1953, ha seguido una clara política de confrontación con Corea del Sur, así como como con los otros dos grandes actores de la zona, Estados Unidos y Japón, países que han tenido una influencia prominente en los acontecimientos en la península coreana en el último siglo.

¿Y con China? “La clave es analizar por qué Corea del Norte muestra una actitud tan agresiva hacia la comunidad internacional que incluso está produciendo un distanciamiento de su gran aliado internacional, la República Popular de China”, reflexiona Gil.

Según el profesor, las razones son varias, pero básicamente hay dos argumentos que alimentan la belicosidad de Corea del Norte. En primer lugar, este país es el único dentro de la esfera comunista que no ha iniciado reformas de calado tanto en economía como en su propio sistema político. Vietnam, la República Popular de China o la propia Cuba han iniciado con mayor o menor intensidad reformas con el objetivo de mejorar la competitividad de sus economías. Por lo tanto, se encuentra tremendamente aislado y necesita atención.

En segundo lugar, el actual líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, está en un proceso de consolidación de su poder, a diferencia de su abuelo, Kim Il-sung, primer líder de Corea del Norte, y su padre, Kim Jong il, segundo líder del país en esta república comunista hereditaria. “Kim Jong Um se encuentra todavía en un proceso de legitimación de su poder, y este descansa en el desarrollo del programa nuclear”, explica el especialista de Comillas ICAI-ICADE.

Con todo lo anterior, emerge la pregunta de cuál será la evolución de Corea del Norte en el corto plazo. Muchos analistas consideraron que el fin de la Guerra Fría y la caída de su gran aliado, la Unión Soviética, provocaría la caída del régimen, pero esto no ocurrió. Años después, los mismos analistas daban por hecho el fin del régimen norcoreano tras la terrible hambruna sufrida en los años 90, pero tampoco colapsó. La pregunta actual es, ¿será capaz Kim Jong Um de afianzarse en la jefatura del Estado y pilotar un tercer mandato de la dinastía de los Kim?

corea-norte“La respuesta es complicada y arriesgada, pero en el corto plazo no se observan alternativas internas que puedan provocar el fin del régimen”, dice Gil. Régimen que ostenta, por otro lado, los peores índices de libertades políticas y derechos individuales del mundo. “Los oponentes al régimen, son sistemáticamente perseguidos y encarcelados en las prisiones norcoreanas, no existe sociedad civil y la comunidad internacional ha mostrado una inmensa preocupación que nunca ha pasado a la acción más allá de la crítica sistemática a las violaciones de los derechos humanos en Corea del Norte”, recuerda el profesor de Comillas ICAI-ICADE.

Si a nivel interno los argumentos para el cambio son extremadamente débiles, parece que, a nivel externo, la situación está cambiando. La actual China comunista, como pone de manifiesto su apoyo sin fisuras a las sanciones contra Corea del Norte, está aumentando la presión de una manera decisiva tras los últimos ensayos nucleares y la prueba del misil balístico intercontinental. Quizás descanse en China la única posibilidad de provocar un cambio en Corea del Norte. “China es el principal aliado comercial del país, su sustento político a pesar de las tensiones presentes y pasadas, y quizá China sea el único país con capacidad e influencia suficiente para propiciar y garantizar un cambio en Corea del Norte”, asegura Gil.

“Los ciudadanos de Corea del Norte merecen esa oportunidad y un cambio a un futuro más próspero libre de privaciones económicas y limitaciones en sus libertades políticas”, concluye el profesor.

 

Javier Gil Pérez, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE y experto en Asia, nos habla de Corea del Norte y su situación internacional actualmente:

 

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