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Tras el Brexit, Londres pretende revitalizar esta alianza con el fin de lograr más influencia económica y tecnológica global, especialmente, de cara a China.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los oficiales de inteligencia de Reino Unido y de Estados Unidos se agachaban en torno a voluminosos transmisores de radio para escuchar los crepitantes intercambios enemigos. La tecnología de las comunicaciones ha cambiado radicalmente desde entonces y conseguir inteligencia es mucho más fácil en la era digital.

Lo que no ha cambiado es la alianza que sellaron en 1946, que sigue en vigor y es de gran importancia geoestratégica, entre Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda: la llamada "Five Eyes" (o "Cinco Ojos") con el fin de compartir inteligencia sobre países extranjeros y no espiarse mutuamente. ¿Cuál es su origen y su evolución? ¿Cuáles son las repercusiones y la importancia actual de esta alianza de espionaje?

 

Origen y evolución

El intercambio de inteligencia fue fundamental en los esfuerzos entre EE UU y el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial, una cooperación que continuó tras el conflicto. Un "Acuerdo de inteligencia de comunicación británico-estadounidense", conocido como BRUSA, más tarde UKUSA, unió a los dos países en una red global de estaciones de escucha dirigida por el británico Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ) y su equivalente estadounidense, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). El acuerdo se extendió más tarde para incluir a Canadá en 1948 y a Australia y a Nueva Zelanda en 1956.

La radio de alta frecuencia era la principal fuente de señales en el momento de firmarse el acuerdo, que podían transmitirse a varios miles de kilómetros en todo el mundo. Para ello, se necesitaba toda una red de estaciones para monitorearlas. En los 60 llegaron las comunicaciones por satélite o la radiocomunicación por microondas, creándose nuevas capacidades para la interceptación. Con la llegada de las comunicaciones digitales, se ha desarrollado más la recopilación de inteligencia y, gracias a la irrupción de los teléfonos móviles, se trasladaron a instalaciones que podrían interceptar esas señales de rango mucho más corto.

 

¿Un instrumento de disuasión frente a China?

Recientemente, las agencias de inteligencia se han centrado especialmente en China, incrementando la importancia que representa el papel geoestratégico de Australia en el entorno asiático. Las inquietudes en el seno de la Alianza surgieron cuando EE UU advirtió a sus socios que podría limitar el hecho de compartir inteligencia si Reino Unido seguía contando en su nueva red 5G con el gigante de telecomunicaciones chino, Huawei. En este sentido, Londres cambió su posición en 2020 para excluir a esta compañía.

El creciente poder chino en las relaciones internacionales ha llevado a Five Eyes a contemplar la posible anexión tanto de Japón como la de otros Estados asiáticos. Las posibilidades de que Tokio pueda unirse a la Alianza son vistas como un refuerzo de las potencias occidentales para la contención de China. Algunos parlamentarios conservadores británicos ven con buenos ojos la posible inclusión del país nipón y convertir la Alianza, además, en una relación económica clave que reúna reservas estratégicas como minerales críticos y suministros médicos, según los parlamentarios tories. La idea de formar un bloque de libre comercio se ha ganado el respaldo de Andrew Hastie, presidente del comité conjunto de inteligencia del Parlamento australiano y crítico con Pekín desde hace mucho tiempo.

Getty ImagesEn esta línea, Tom Tugendhat, miembro conservador del Parlamento británico y presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, vería favorable la inclusión de Japón como sexto socio en la relación de intercambio de inteligencia, una propuesta que fue planteada por el Ministro de defensa nipón, Tarō Kōno. Tugendhat, quien también es el fundador del Grupo de Investigación de China, considera que “Japón es un socio estratégico importante por muchas razones y deberíamos aprovechar todas las oportunidades para cooperar más estrechamente”. Sin embargo, altos cargos de Estados miembros de Five Eyes lo consideran poco probable, porque la Alianza se basa en la confianza y en las conexiones forjadas durante la Segunda Guerra Mundial, además de ser países que pertenecen a la Commonwealth, con la excepción de Estados Unidos. No obstante, sí que se espera una mayor cooperación con Estados asiáticos, y no solo con Japón, sino también con India o Corea del Sur.

Cabe resaltar que, cada vez más, en nuestras sociedades, muchos de los servicios públicos y la seguridad serán administrados a través de datos e irá tomando protagonismo el llamado “Internet de las cosas”. Para todo ello es necesaria la infraestructura 5G por la alta velocidad y la baja latencia que esta tecnología implica. De ahí que la pregunta que se plantean numerosos países occidentales es si pueden confiar en una empresa china en cuestiones tan vitales. Esto es un asunto de debate en todo el mundo, aunque es EE UU quien está haciendo una dura campaña, tanto dentro del país como entre sus aliados, para excluir a Huawei del desarrollo del 5G. En este sentido, todos los miembros de Five Eyes están vetando al gigante tecnológico chino, y así lo ha hecho también Japón.

Bill Evanina, director del Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad de Estados Unidos, declaró que el país tiene “serias preocupaciones sobre las obligaciones de Huawei hacia el gobierno de China y el peligro que representa para la integridad de las redes de telecomunicaciones en EE UU y en otros países". Además, añadió que "las relaciones de la compañía con el Ejecutivo chino no son como las de las empresas del sector privado con los gobiernos en Occidente".

La crisis de la Covid-19 ha dejado en evidencia la dependencia estratégica occidental de Pekín y, para contrarrestarla, se prevé por parte de Five Eyes una mayor producción de metales preciosos de Australia, Canadá y EE UU para reducir la dependencia de China. Minerales conocidos como tierras raras se utilizan para componentes de productos como teléfonos móviles, ordenadores portátiles y televisiones, pero también se han extendido a aplicaciones de defensa en motores a reacción, satélites, láseres y misiles. De media, y según el US Geological Survey, más del 90% de la producción global y el suministro de las tierras raras han estado en manos de China en la última década.

 

Reino Unido: más protagonismo global para ‘Five Eyes’

Tras el Brexit, Reino Unido debe encontrar su lugar en el que pueda sentirse cómodo e influir en la escena internacional. De ahí la necesidad de contar con una clara visión estratégica. Este país representa la quinta economía más grande del mundo, según el FMI, y es uno de los cinco Estados con armas nucleares con un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Es un importante miembro de la OTAN y su Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ) lo convierte en una parte potente de la élite de intercambio de inteligencia de Five Eyes.

En lo que refiere a inteligencia, como afirma el investigador del Real Instituto Elcano Félix Arteaga, los intercambios de inteligencia entre Londres y Bruselas se veían limitados por la preferencia británica por sus socios de Five Eyes. Arteaga añade que esto “reducirá las aportaciones de la inteligencia británica en situaciones que no sean críticas para la seguridad europea” y, como solución, propone que la UE debería “ampliar y profundizar la interlocución directa con los suministradores de inteligencia al Reino Unido”. En realidad, este país es una de las principales potencias en seguridad y defensa de Europa y existe voluntad de que siga habiendo cooperación en este sentido entre la Bruselas y Londres. Sin embargo, aún está pendiente de acordar la relación entre ambas partes en lo que respecta a la protección de datos personales, ya que el Reglamento General de Protección de Datossigue aplicándose en Reino Unido de forma transitoria durante la primera mitad de 2021. El futuro acuerdo definirá cómo se va a compartir información entre la UE y el Reino Unido.

Con respecto a cuestiones de seguridad y de terrorismo, desde el mismo think tank, los investigadores Fernando Reinares y Carola García-Calvo afirman que para tener acceso a bases de datos multilaterales de interés para la lucha contra el terrorismo, el Reino Unido intentará cerrar acuerdos bilaterales para el intercambio de información con países europeos de manera individual y recurriendo a EE UU a través del “UK–US Intelligence-sharing and Cooperation Arrangement” (UKUSA) y de Five Eyes.

El potencial para extender el papel de Five Eyes viene del creciente interés entre políticos conservadores británicos y radica en querer desarrollar una alianza cohesionada tanto en términos políticos como tecnológicos y poder competir con Pekín. Además, profundizar en ella tiene un valor añadido para los tories, especialmente tras el Brexit, en su búsqueda de mayores relaciones comerciales fuera de la UE y de China. En conclusión, la salida del Reino Unido de la UE ha representado un revulsivo para que Londres promueva una actualización de la alianza Five Eyes de cara a obtener una mayor influencia en términos económicos y tecnológicos, especialmente para hacer frente al poder chino. De esta manera, esta alianza estratégica será, aún más, para Londres uno de los pilares de su estrategia internacional.