Los medios de comunicación centroamericanos podrían influir en un proceso de integración, pero persisten en una visión nacional.  

 

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Jose CABEZAS/AFP/Getty Images)

 

 

La integración regional, como todo proceso social, es una construcción que resulta de múltiples factores: sociales, culturales, políticos, económicos, estratégicos y geopolíticos. Y como tal las percepciones de la población son fundamentales en el origen y la evolución de lo regional (incluido el desarrollo de la identidad individual y colectiva), visto desde lo local y desde lo extrarregional. Por ende, los medios de comunicación, como mecanismos para la transmisión de la información y la influencia sobre la opinión pública, constituyen una pieza vital de esa construcción social de la realidad. El proceso de integración centroamericano es un buen ejemplo de esa situación.

En las últimas dos décadas, tras la ruptura de los esquemas maniqueos de la guerra fría, la humanidad ha sido testigo, entre muchas otras cosas, de un replanteamiento de lo regional, el regionalismo y la integración regional, lo cual ha dado paso a esquemas de regionalismo abierto y nuevo regionalismo, por lo que prácticamente no se encuentra hoy en día un país que no sea parte de algún proceso integracionista. Pero también ha sido testigo de uno de los cambios más revolucionarios en su historia, superando quizás el significado de progreso que tuvo la imprenta de Gutenberg en el siglo XV: la dinámica de los medios de comunicación, incluyendo prensa escrita, radio, televisión y, por supuesto, las redes sociales, junto con todas las tecnologías de la información y comunicación. Sin embargo, contrario a lo que muchas personas y especialistas piensan, esa revolución no ha logrado estandarizar el mundo como parte de la globalización; pues lo local también se ha reafirmado, al mismo tiempo que lo regional se ha tornado en un escenario de acción e interacción que vincula lo estatal con lo internacional y lo global. Es decir, esa revolución no generó un mundo unicultural; más bien visibilizó procesos locales y regionales.

Como señalan A. Mayorga y J. Sepúlveda, ambos periodistas chilenos, los medios de comunicación son un mecanismo básico en la construcciones discursivas, que son elaboradas en función de la audiencia neta. Ello evidencia que la comunicación tiene una dimensión política, que resulta más profunda en el marco de la creciente interculturalidad del siglo XXI. Esta también se manifiesta en los esfuerzos integracionistas, que han superado el clásico enfoque limitado del economista húngaro Bela Balassa –a pesar que continúa siendo un referente importante en la academia–, dando paso la integración multisectorial, que abarca desde lo político hasta lo educativo y cultural. En el caso de Centroamérica el proceso opera en cinco subsistemas, que forma parte del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA): político, económico, social, educativo/cultural y ambiental.

De ahí que cuando se trata de integración regional, los medios pueden contribuir a su consolidación o bien a obstaculizar su desarrollo; pero también pueden invisibilizar lo regional o partes de ello. Por ejemplo, en el caso de Centroamérica el proceso integracionista, sobre todo en sus dimensiones política, social, educativa y cultural, recibe poca atención de la prensa; esto hace que gran parte de la población centroamericana desconozca la gestión del SICA y perciba lo regional como un asunto de gobiernos y no de las sociedades en general. Al mismo tiempo esa escasa visibilización de lo regional dificulta la construcción de una identidad centroamericana. De igual forma los medios de comunicación pueden contribuir a acercar o distanciar a los pueblos, en la medida que incrementan las percepciones negativas sobre el otro y los otros, resaltando las ventajas del yo y el nosotros, incrementando los nacionalismos en perjuicio del regionalismo, como ocurre a menudo en el istmo centroamericano. Esto genera una imagen negativa de los demás países, argumentándose por parte de la prensa de cada país que cada uno es quien más impulsa la integración y son los otros quienes la obstaculizan; mientras que se enfatiza que la inserción en la economía mundial debe darse en forma unilateral y no como parte de una comunidad centroamericana.

De igual manera se exalta la experiencia propia como la que debe ser la base del proceso, lo cual se transmite a la opinión pública vía los medios de comunicación. Al respecto un excanciller de un país centroamericano manifestó que el proceso regional tendría pocos avances y no lograría consolidarse hasta que no se adoptara como modelo de referencia la propuesta de su país, que sería el núcleo a partir del cual se implementaría la integración. Esto coincide con la visión que tiene la mayoría de la población de ese Estado.

Pero así como los medios influyen en cómo se percibe la integración centroamericana, de igual manera inciden en cómo se percibe la región desde afuera y cómo se conciben los resultados de los compromisos interregionales, por ejemplo el Acuerdo de Asociación UE-CA o el DR-CAFTA (acuerdo comercial con Estados Unidos, más conocido por sus siglas en inglés). También la prensa ha sido clave en la dinámica de la inserción global centroamericana, que se construye estrictamente como un asunto económico-comercial del istmo, pero no como una unidad, sino como la sumatoria de seis países (a los que en algunos casos se agregan Belice y República Dominicana).

Los medios, como diseminadores de la información de la integración regional, inciden en el proceso, pues influyen en la opinión pública acerca de las ventajas y desventajas de las acciones colectivas en lo regional. En Centroamérica es posible identificar prensa afín a la integración y otra contraria, al igual que algunos medios no dan ninguna importancia a la temática; pues enfatizan lo bilateral. Asimismo, si se mide el espacio o tiempo que dedica la prensa escrita, radial y televisiva a los temas centroamericanos, se puede comprobar que es mínimo; y cuando se da tal cobertura generalmente es hacia los aspectos conflictivos bilaterales.

En definitiva, en el caso centroamericano los medios de comunicación persisten en una visión nacional, en detrimento de lo regional. Por lo que se constituyen en mecanismos que dificultan e invisibilizan el proceso integracionista, al ser factores claves de la construcción de la realidad.

 

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