Diseño sin título (8)

🏆 Alejandro Garrido Jesuorobo🏆

Grado en Ciencias Políticas y Gestión Pública

Ganador de la UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO, en la categoría "LA DESINFORMACIÓN COMO ARMA", con su proyecto "Del asociacionismo en red a la desinformación y el media literacy" que puede leer aquí:

 

El presente texto tiene el objetivo de elaborar un breve estado de la cuestión de cómo ha sido abordada la desinformación (por ejemplo, en el caso de la UE) y desde qué dimensiones deberá actuarse en los años por venir. Se trata de mostrar, en suma, que si bien la red puede facilitar la acción colectiva y el asociacionismo en red, oculta amenazas contra la seguridad de las sociedades democráticas. Ante los bulos, las fake news y la desinformación, se concluye planteando "¿qué pueden o deben hacer los jóvenes como ciudadanos que forman parte de la sociedad civil?".

 

La revolución digital abrió espacios de comunicación socializada que a principios de siglo permitieron generar acciones colectivas apoyadas por miles de internautas en denuncia de una injusticia o como preludio de un levantamiento social.  Tanto es así que las movilizaciones producidas en todo el mundo en el período que va de 2009 a 2011 -y en la actualidad- no se comprenderían sin el componente de asociacionismo en red. Así mismo, la interacción en los espacios virtuales se vale de la comunicación emocional como forma de introducir los afectos, sentimientos y emociones en el debate público. La crisis económica del 2008 y un creciente sentimiento de incertidumbre y dolor se unieron provocando una crisis social y política de representación de las instituciones y órganos de representación y conformadores de opinión pública tradicionales.

En definitiva, los nuevos medios de comunicación y las redes sociales se han convertido en herramientas fundamentales de democratización pero, a su vez, implican grandes riesgos que atentan tanto contra el ciudadano como contra los valores democráticos como el derecho a la información. En esta línea debe conocerse qué esfuerzos se están llevando a
cabo para combatir la desinformación y qué retos se le plantean a los más jóvenes.

Si bien las sociedades contemporáneas se ven expuestas ante la desinformación, ésta no está más presente que la hiperinformación o la sobreinformación. La universalización de las redes sociales y de internet han provocado la germinación de una pluralidad incontable de espacios de emisión de información. En este contexto, se considera que la libertad de información se mueve según el principio de veracidad, mas éste ha sido perturbado continuamente a lo largo de la historia.

Por otro lado, como herencia de la Guerra Fría se promueve la práctica moderna de la propaganda y del dominio cultural como formas de influir en sociedades y de desestabilizar gobiernos; la guerra híbrida encuentra dimensiones nunca antes imaginadas para su puesta en marcha en las redes. Agentes de desinformación vinculados al gobierno ruso han llevado a cabo injerencias en Ucrania e incluso en la propia Unión Europea. Esto ha provocado que, por ejemplo en la UE, se hayan puesto sobre la mesa diferentes propuestas para combatir las amenazas: el East StartCom Task Force del Servicio Europeo de Acción Exterior (2015) o el Plan de Acción Contra la Desinformación de la Comisión Europea (2018), entre otros. Sea como fuere, existe un consenso en torno a que las medidas de prevención en contra de la desinformación deben pasar por un fomento de la alfabetización digital (promover el denominado media literacy) y por garantizar el acceso a información de rigor.

En un mundo globalizado e interdependiente como el actual es inevitable que las amenazas también sean globales e interdependientes. Esto hace que las medidas de prevención a tomar contra la desinformación deban ser coordinadas por una pluralidad de actores que trascienden sus márgenes territoriales. En otras palabras, la seguridad y el prevalecimiento de información de rigor requiere de acciones gubernamentales nacionales e internacionales cooperativas. Entonces, ¿qué papel pueden desempeñar los jóvenes? Como se ha comentado previamente, la alfabetización mediática debe encargarse de que los jóvenes sean conscientes de las dimensiones de la producción y acceso a la información (muchas veces no contrastada), por lo que se requiere de un doble movimiento: debe prestarse a ser consciente (pasivo) y ser consciente en consecuencia (activo). Como es evidente, este esfuerzo de nada servirá si no se establece algún tipo de regulación ante la emisión de información falsa o desestabilizadora.

Por otro lado, al principio se mencionaba que la desinformación está tan presente como la hiperinformación, siendo dos caras de la misma moneda de la sociedad en red. En suma, el acceso a la información en el mundo globalizado sigue produciéndose mediante intermediarios, muchas veces una pluralidad de ellos, lo cual dificulta su control y aumenta la desconfianza. No se puede acabar con la desinformación de un día para otro pero sí pueden establecerse regulaciones entre actores (sistemas de
contrapesos) como garantía de que el acceso a la misma se vuelva residual o que no encuentre espacios de reproducción: que la oferta no satisfaga la demanda, en términos de mercado.

El papel que se desempeñe en los años siguientes será clave para conocer qué devenir nos espera como sociedad. En resumen, el esfuerzo debe ser tridimensional: de los gobiernos y Estados comprometidos (en el ámbito nacional y en el ámbito internacional); de la ciudadanía y la sociedad civil (fomento del media literacy) y de las compañías y empresas de las redes sociales y páginas web (deben esforzarse en reducir y/o eliminar el acceso a bulos en sus servidores, como lo han venido haciendo algunas de ellas ante la Covid19).

 

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Referencias:

CASTELLS, MANUEL (2015). Redes de indignación y esperanza. Segunda Edición Actualizada y Ampliada. Madrid: Alianza Editorial.

García Morales, Verónica Yazmín. «Donde habitan las mentiras: libertades de expresión e información en tiempos de odio e hiperinformación». Revista CIDOB d’Afers Internacionals, n.o 124 (abril de 2020), p. 25-47. DOI: doi.org/10.24241/rcai.2020.124.1.25: https://www.cidob.org/articulos/revista_cidob_d_afers_internacionals/1 24/donde_habitan_las_mentiras_libertades_de_expresion_e_informacion _en_tiempos_de_odio_e_hiperinformacion?fbclid=IwAR2ZO3hLJM1b6Wa dsPJj9OA5zs8ybd3j9YID-HMbyCNc1fwFt56ZliCRpn4

Hanley, Monika. «Salvaguardar el espacio informativo: las políticas de la UE y Ucrania ante la desinformación». Revista CIDOB d’Afers Internacionals, n.o 124 (abril de 2020), p. 73-98. DOI: doi.org/10.24241/rcai.2020.124.1.73: https://www.cidob.org/es/articulos/revista_cidob_d_afers_internacional s/124/salvaguardar_el_espacio_informativo_las_politicas_de_la_ue_y_uc rania_ante_la_desinformacion

Innerarity, Daniel y Colomina, Carme. «La verdad en las democracias algorítmicas». Revista CIDOB d’Afers Internacionals, n.o 124 (abril de 2020), p. 11-23. DOI: doi. org/10.24241/rcai.2020.124.1.11: https://www.cidob.org/articulos/revista_cidob_d_afers_internacionals/124/la_verdad_en_las_democracias_algoritmicas

 

El concurso “Defensa y Yo” es organizado por esglobal con la colaboración de la Embajada de Estados Unidos en España. 

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