La industria de la intermediación matrimonial online, una herramienta al servicio de la tradición.
AFP/Getty Images
El pasado abril, alrededor de 200 solteros y solteras de Pakistán asistieron a un encuentro en un hotel de Dubai con la intención de conocer a sus respectivas medias naranjas. El evento, organizado por un portal online paquistaní para quienes buscan marido o esposa, y celebrado en uno de los destinos preferidos por los expatriados del país asiático, ilustra el auge de estos servicios de intermediarios. No lejos de allí, en Arabia Saudí, la pujanza de estas webs amenaza con desbancar a las personas que, tradicionalmente, se han encargado de buscar a los contrayentes y de arreglar matrimonios; esto ha provocado amargas protestas contra la supuesta falta de fiabilidad de estos servicios, que algunos miembros de esta sociedad ultraconservadora describen como “prostitución organizada”.
Estos hechos ejemplifican no sólo el peso cada vez mayor de los portales de intermediación matrimonial y sus fricciones con los métodos tradicionales, sino también la velocidad con la que se han generalizado en el seno de sociedades extraordinariamente devotas. Hoy en día estos intermediarios son el principal denominador común de la transnacional y multifacética industria del matrimonio, negocio multimillonario cada vez más alejado de los parámetros del chico conoce chica basados en el azar y el entorno social próximo.
El caso más voluminoso y paradigmático es el de India. La industria matrimonial del país mueve anualmente 37.000 millones de dólares (unos 28.000 millones de euros) y crece a un ritmo anual superior al 25%. Estos números incluyen todas las actividades relacionadas con el matrimonio, desde el consumo desaforado en bodas y joyería hasta los viajes y lunas de miel. No obstante, el factor de cambio de mayor calado dentro de ese negocio masivo es la pujanza de los servicios online como alternativa a los intermediariosque tradicionalmente han concertado la inmensa mayoría de los matrimonios indios. Desde tiempos inmemoriales, el mercado de los arreglos matrimoniales en India ha operado sobre la base de una red de familiares, amigos, astrólogos y sacerdotes para seleccionar a los candidatos ideales. Pero, desde hace años, ese sistema ancestral se enfrenta a una dura competencia en Internet, donde el negocio de los brokers matrimoniales mueve alrededor de 4.000 millones de dólares anuales en el país.
Los criterios para formar un matrimonio en India se basan fundamentalmente en requisitos de casta, estatus y origen, que muchas veces dificultan la selección de candidatos en el ámbito cercano. Por eso, los portales online multiplican exponencialmente las posibilidades de encontrar contrayentes que cumplan estas condiciones, al permitir a los clientes buscar más allá del entorno social de las familias y de los intermediarios tradicionales. Así, la extensión de la búsqueda de candidatos casaderos a todo el territorio nacional (y también a la inmensa diáspora india), facilita la labor y calma la incertidumbre de millones de familias que temen no ser capaces de casar debidamente a sus hijos e hijas.
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