Simpatizantes del Frente Amplio por México en Ciudad de México. (Luis Barron / Eyepix Group/Future Publishing/Getty Images)

El 2024 será el año de la historia en el que un mayor número de personas en el mundo están llamados a las urnas: unos 2.000 millones de personas en unos 50 Estados están convocados a las elecciones de todos los niveles administrativos. En algunos países como Rusia la convocatoria electoral se hará para enjugar unas comicios con poco valor democrático y, en otros, como Pakistán o Bangladesh los gobiernos en el cargo han limitado la posibilidad de que se celebren unas elecciones plurales. A continuación se comentan 10 procesos electorales de los que tendrán lugar en este año que comienza en breve.

Bangladesh 

Elecciones generales, enero

La actual primera ministra, Sheikh Hasina, hija del padre fundador del país, opta a su cuarto mandato, el tercero consecutivo desde 2009. Pocos esperan que no vaya a revalidar su cargo. A finales del pasado octubre, con motivo de una gran manifestación de la oposición, en la que se pedía la dimisión del Ejecutivo, se iniciaron una serie de arrestos y acusaciones formales contra los principales líderes opositores, entre ellos el del principal partido opositor, el Partido Nacionalista de Bangladesh. La presión internacional –de Estados Unidos y Europa– para que se celebren unas elecciones plurales no han dado resultado. Únicamente sanciones contra las exportaciones del sector textil, que supone en torno a un 15% de la economía, y que está basado en salarios bajos y condiciones laborales extenuantes, podría haber comprometido, quizá, la deriva represiva gubernamental: en el país producen prendas muchas de las principales firmas occidentales, de H&M a Zara, pasando por las estadounidenses Levi’s y GAP. Tras una gran manifestación de los trabajadores textiles el pasado noviembre, el Ejecutivo se comprometió a aprobar una subida del salario mínimo por primera vez en un lustro, pero las remuneraciones siguen siendo insuficientes para unos trabajadores –la mayoría mujeres– que apenas pueden mantener a sus familias con esos ingresos. Durante noviembre y diciembre se han sucedido también las protestas políticas duramente reprimidas. El principal partido de la oposición, cuyos líderes más destacados están o en exilio o en la cárcel, ya han pedido que se boicoteen los comicios. Si se logran convocar más protestas coincidiendo con el proceso electoral autocrático, la tensión podría aumentar aún más en el país.

Seguidores esperan la llegada del candidato presidencial del Partido Democrático Progresista (DPP), Lai Ching-te, durante un mitin de campaña, en Pingtung, Taiwán. (Annabelle Chih/Getty Images)

Taiwán

Generales, enero 

Cumplidos los dos mandatos de la actual presidenta, Tsai Ing-wen, su vicepresidente, William Lai, encabeza las encuestas para reeditar la victoria del Partido Progresista Democrático (PPD), que en los últimos meses ha ido perdiendo parte de su apoyo en intención de voto, aunque las últimas encuestas le otorgan sólo una victoria ajustada. Por parte de la oposición, los intentos de crear una sola candidatura entre el Kuomintang, cercano a China y que obtuvo unos excelentes resultados en las elecciones locales de 2022, y el Partido Popular de Taiwán, liderado por el tecnócrata Ko Wen-je (popular entre los que piden a la política medidas concretas más allá del debate sobre la relación con China) fracasaron en noviembre, facilitando la probable victoria de la formación de la actual presidenta. El PPD, sin embargo, tendrá complicado, según las encuestas, mantener la mayoría legislativa, con un voto fragmentado que podría dar al partido alternativo del ex cirujano Ko Wen-je la llave legislativa de los próximos cuatro años más allá de la tradicional oposición entre los nacionalistas pro independencia de Taiwán y los pro chinos del Kuomintang. 

Senegal

Presidenciales, febrero

El actual presidente senegalés, Macky Sall, anunció en verano que no se presentaría a la reelección para un tercer mandato, una posibilidad que llegó a considerar y que habría abierto una crisis constitucional en el país. Sall ejerció su prerrogativa, sin embargo, para nombrar como candidato de su partido al actual ministro, Amadou Ba, quien ya ha viajado a Francia, para entre otras cosas, tratar de mejorar la popularidad de su candidatura entre la diáspora senegalesa, que prefirió votar a la oposición en las pasadas legislativas de 2022. Varios líderes opositores han denunciado en las últimas semanas acoso por parte de las autoridades para entorpecer sus campañas. 

El candidato con más opciones para dar la sorpresa es Ousmane Sonko, quien el pasado junio fue condenado a dos años de prisión acusado de varias violaciones por una joven. La condena causó importantes disturbios en Dakar. Aún así, Sonko presentó su candidatura a las presidenciales: tras ser anulada por el Tribunal Supremo en noviembre, otro tribunal senegalés dictaminó a mediados de diciembre que sí podrá concurrir a los comicios. Sonko, ex inspector de hacienda y fundador del partido PASTEF, es uno de los principales artífices de la segunda posición obtenida por la oposición en las pasadas legislativas. Se ha registrado como candidato aun sin contar con algunos de los documentos necesarios, denegados por la Administración, y deberán ser los tribunales los encargados de validar o rechazar finalmente su candidatura. Acusado de vínculos con los Hermanos Musulmanes y con posiciones retrógradas sobre la homosexualidad y la pena de muerte, se dio a conocer por sus denuncias sobre la masiva corrupción de las élites gobernantes senegalesas. Ha ido ganando popularidad entre una juventud que sigue sin encontrar, en muchos casos, futuro en su país, y cuyas condiciones de vida empeoraron notablemente debido a la pandemia de la covid-19. 

Partidarios del ex primer ministro de Pakistán Imran Khan se reúnen fuera de la ONU durante la Asamblea General el 22 de septiembre de 2023 en Nueva York. (Spencer Platt/Getty Images)

Pakistán

Generales, febrero

La crisis política abierta en 2022, tras una moción de censura contra el entonces primer ministro Imran Khan, continúa. Hace unos días se anunció que el Supremo de Pakistán le ha concedido al ex jugador de cricket la libertad condicional, pero no está claro cuándo saldrá de la prisión donde cumple condena por revelación de secretos de estado. A pesar de que se le ha prohibido participar en las siguientes elecciones, Khan lleva meses afirmando que cuenta con presentarse, aunque sea desde prisión. Si cumple su palabra, las tensiones en las calles pueden volver a reavivarse, tras las registradas en los últimos meses. Excluido Khan de la contienda electoral, las encuestas dan como posible ganador al partido de Nawaz Sharif, que ha regresado al país tras varios años en Londres y que ya ejerció como primer ministro en tres ocasiones desde los 90. Sin embargo, el político con más opciones electorales sigue siendo el popular –y populista– Imran Khan, al que muchos consideran una víctima de manipulaciones políticas del Ejército y de los viejos poderes, entre los que se incluye a la poderosa familia Sharif. Como admitió hace unos meses Shehbaz Sharif, hermano de Nawaz, y primer ministro hasta el pasado agosto, nadie puede aspirar a gobernar Pakistán sin el apoyo de las Fuerzas Armadas. Lo único claro antes de los próximos comicios es que el Ejército está haciendo todo lo posible para evitar una nueva victoria de Khan. 

India

Generales, abril

El buen resultado electoral en los comicios celebrados a principios de diciembre en cuatro importantes estados ha reforzado aún más las opciones de Narendra Modi para seguir al cargo del país tras las próximas elecciones generales. El Partido Popular del actual Presidente ha conservado el poder en Madhya Pradesh y ha ganado en Rajastán y en Chhattisgarh. El principal opositor a nivel nacional, el Congreso Nacional Indio, se ha tenido que conformar con una victoria en el estado sureño de Telangana. Aunque el éxito electoral de Modi parece bastante probable, cada voto es importante, y su partido está tratando de ganar apoyos incluso entre sectores de la población poco proclives a su gobierno, como los musulmanes (unos 200 millones de indios). Enfrente, tendrán a una gran coalición opositora de varios partidos autodenominada INDIA, entre los que destaca el Congreso Nacional Indio liderado por Rahul Gandhi (la formación de Modi también ha creado una alianza de partidos). A pesar del triunfalismo electoral del actual Gobierno, lo cierto es la oposición tiene las bazas del alto desempleo –especialmente en zonas rurales–, que en diciembre alcanzó su nivel más alto en dos años, además de la percepción generalizada de su extremismo antimusulmán para tratar de lograr al menos un resultado electoral que les permita obtener un amplio número de escaños, aunque siga siendo minoritario, en el Lok Sahba, el Parlamento indio . 

Manfred Weber (CSU), líder del grupo popular europeo, en el Parlamento Europeo. (Philipp von Ditfurth/dpa/Getty Images)

Unión Europea

Parlamento Europeo, mayo 

Las encuestas otorgan una nueva victoria a los partidos que conforman el Partido Popular Europeo y una segunda posición a los partidos socialdemócratas, como ocurrió ya en las pasadas elecciones de 2019. La gran duda está en saber qué porcentaje de votos obtendrán los partidos agrupados en el grupo parlamentario Identidad y Democracia, del que forman parte formaciones de extrema derecha como el italiano Lega, el francés Agrupación Nacional, el alemán AfD o el belga Vlaams Belang. Los resultados serían también buenos para el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, la otra agrupación parlamentario que reúne partidos de extrema derecha como VOX (España) , Ley y Justicia (Polonia), el Partido de los Finlandeses o los Demócratas suecos. Las diferencias entre estos partidos hacen improbable que se pueda conformar un bloque con alta capacidad para bloquear el Europarlamento, pero su crecimiento es un síntoma más de que la situación en varios países de la Unión dista de ser buena (a pesar de tratarse de una elección al Parlamento Europeo, el voto suele hacerse en clave nacional). Resultará especialmente interesante seguir la trayectoria de los populares europeos, comandados por Manfred Weber, cuya estrategia desde hace meses ha consistido, en acercar posiciones con la extrema derecha de Meloni y la de otros países como Finlandia, Holanda o República Checa, dar su visto bueno a los pactos del PP español con VOX e implicarse en la política nacional española tras su enfrentamiento en el Parlamento de Estrasburgo con el presidente español, Pedro Sánchez. Bajo su mando, las fronteras en muchos asuntos entre la derecha tradicional y algunos partidos posfascistas, como el de Giorgia Meloni, se han difuminado. Una victoria para la extrema derecha que va más allá de las alianzas electorales, a juzgar por el acuerdo sobre un pacto migratorio europeo o la ley migratoria aprobada en Francia calificada por Marine Le Pen como una “victoria ideológica) que asumen muchas de las demandas de la extrema derecha en relación a los flujos migratorios. Qué facción del Partido Popular Europea saldrá reforzada tras las elecciones y el consiguiente reparto de puestos –si la tradicional representada por figuras como Von Der Leyen o la encabezada por Weber– condicionará los próximos cinco años de mandato de la UE en su conjunto. 

México

Presidenciales y generales, junio

Por primera vez en la historia de México, dos mujeres aspiran a ocupar la presidencia del país: Claudia Sheinbaum, como la candidata del partido Morena, actualmente en el poder, y Xóchitl Gálvez, militante del PAN. Ambas, además de representar a sus partidos, serán las cabezas de listas de dos coaliciones inéditas: Gálvez será la cara visible de la alianza entre su Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), formaciones políticas con poco en común salvo su deseo de desalojar del poder al partido de Andrés Manuel López Obrador (ex militante en diferentes momentos tanto del PRI como del PRD); y Sheinbaum al frente de la alianza Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT). En todas las encuestas celebradas hasta diciembre, Morena obtiene una significativa mayoría de votos. Si bien es cierto que las promesas del cambio histórico que supuso la elección de Andrés Manuel López Obrador no se han cumplido (ni a nivel económico, ni en reducción de inseguridad, ni en su relación con el vecino Estados Unidos), una mayoría de mexicanos, en especial los que tienen menos recursos, como ya ocurrió hace seis años, parecen seguir prefiriendo esa opción que la representada por unos formaciones políticas históricas con un prestigio erosionado. Además, de la inauguración del polémico Tren Maya, una de las últimas medidas del actual gobierno ha sido plantear un blindaje constitucional del derecho a cobrar una pensión a partir de los 65 años. La próxima presidenta del país tendrá, en todo caso, un duro trabajo por delante. 

Simpatizantes de la líder opositora venezolana María Corina Machado, se reúnen en la Plaza Altamira, en Caracas. (Pedro Rances Mattey/Anadolu Agency/ Getty Images)

Venezuela

Presidenciales, octubre

Desde el pasado octubre, la candidata de la oposición a las próximas elecciones presidenciales es la veterana política María Corina Machado, que obtuvo una clara victoria en las primarias celebradas para elegir a la candidata que desafiará a Nicolás Maduro. Machado, inhabilitada desde el pasado junio por el Tribunal Supremo venezolano, presentó a mediados de diciembre una petición para que se levante dicha inhabilitación, que considera basada en motivos políticos (misma opinión manifestó el Parlamento Europeo). Es uno de los frentes abiertos que demostrarán cuál es el compromiso real del actual gobierno con la celebración de unas elecciones democráticas. El otro es la investigación abierta por la fiscalía sobre la corrección de la elección primaria en la que se eligió a Machado, toleradas dentro de un proceso de diálogo entre gobierno y oposición celebrado en Barbados con la mediación de la diplomacia noruega. En paralelo a esas negociaciones, se está desarrollando un diálogo entre los diferentes sectores de la oposición para establecer una cooperación más sólida de cara a los comicios.

Por su parte, el régimen de Maduro –que va camino de cumplir 11 años en el poder–se enfrenta a una popularidad decreciente, a juzgar por el éxito de convocatoria de las primarias de la oposición y la participación comedida en el referéndum celebrado para anexionarse Esequibo. En estos próximos meses, hasta octubre de 2024, se asistirá, por tanto, o bien a un proceso de negociación y acuerdo entre gobierno y oposición que permita unos comicios con una contienda electoral real o bien a un enrocamiento del régimen si percibe que puede perder el control del gobierno y de una eventual futura transición. De momento, es más probable este último escenario, pero no se puede descartar tampoco el primero. La reciente liberación y regreso triunfal a Caracas de Alex Saab, empresario operador del régimen, preso en Estados Unidos, añade aún más incertidumbre: algunos lo ven como una garantía de que Maduro permitirá que se celebren unas elecciones relativamente libres, en base a los acuerdos de Barbados, mientras que otros temen que los intereses de Washington –en año electoral- se terminen imponiendo a los de la
oposición venezolana.

Estados Unidos

Presidenciales, noviembre

Tras la decisión del Tribunal Supremo de Colorado excluyendo a Donald Trump de la participación en las próximas elecciones presidenciales, deberá ser el Tribunal Supremo Federal el que confirme o revoque dicha prohibición. Las elecciones en Estados Unidos dependen ahora de las decisiones que tomen los jueces federales sobre las varias causas que tienen pendientes el ex presidente con la justicia. Por lo que respecta a la política de partidos, los congresistas republicanos han iniciado el proceso de un impeachment contra el actual presidente, Joe Biden, que enturbiará aún más el panorama político estadounidense durante los próximos meses. Los Republicanos también han usado su minoría en el Senado para bloquear los fondos de ayuda a Ucrania, ligándolos a un mayor control en la frontera sur, que este año ha registrado cifras récord de llegadas y deportaciones de inmigrantes y refugiados. 

Por parte de los Demócratas, la popularidad de Joe Biden –que ha mostrado reiteradamente en público signos de incapacidad mental momentánea para el cargo durante su mandato– alcanzaba hace unos días su punto más bajo. Los meses que quedan hasta los comicios se le harán, previsiblemente, muy largos  (a falta de saber lo que dictamine el Supremo). Por su parte, Donald Trump lidera las encuestas de intención de voto entre los Republicanos con bastante ventaja. Únicamente si el Supremo termina cerrándole el camino para volver a presentarse, los Republicanos tendrán que elegir a otro candidato entre sus estrellas emergentes, como Nikki Haley o Ron DeSantis, el extremista gobernador de Florida que tampoco pasa por sus mejores momentos de popularidad.

El Movimiento Popular por el Cambio (PMC) durante una marcha de protesta hacia el Centro Cívico de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. (Brenton Geach/Gallo Images/Getty Images)

Suráfrica

Generales, fecha por determinarEl actual presidente Cyril Ramaphosa se enfrenta a la campaña más difícil desde el fin del apartheid para su partido, el Congreso Nacional Africano (CNA). Las altas tasas de criminalidad, el elevado desempleo y los sucesivos casos de corrupción en los que han estado implicados altos cargos oficialistas podrían provocar que el CNA pierda por primera vez en 30 años la mayoría parlamentaria, obligada a negociar acuerdos de coalición. Resulta interesante saber cuál será el resultado final del principal partido de la oposición, la Alianza Democrática, que a pesar de estar liderado por un blanco, John Steenhuisen, ha ido ganando en popularidad en los últimos meses, si bien los analistas coinciden en que es bastante improbable un sorpasso electoral. Los comicios también calibrarán el peso real del considerado tercer partido del país, los Luchadores por la Libertad Económica, que se declaran herederos de los valores fundacionales del Congreso Nacional Africano, y abogan por políticas que terminen de completar el proceso de reparación histórica iniciado con Nelson Mandela, incluida la expropiación de tierras aún en manos de propietarios blancos. Sea cual sea el resultado electoral, muchos surafricanos seguirán percibiendo que el sistema político no responde a sus necesidades. Según una sondeo publicado hace unas semanas por The Economist, un 72% de los encuestados afirmaron que estarían dispuestos a prescindir de las democracia si a cambio obtuviesen un líder capaz de ofrecer puestos de trabajo y de combatir la criminalidad.