Vista aérea de un campo en Francia. (Sebastien Bozon/AFP/Getty Images)

Nuevas compañías y capitales financieros ajenos al sector agro están controlando cada vez más territorios en el Viejo Continente. Acaparamiento, falta de transparencia, especulación, PAC y expulsión de jóvenes agricultores son algunos de los fenómenos asociados. La escasez de datos dificulta el análisis, aunque diferentes organismos están intentando alzar la voz.

El aumento del precio de los alimentos desde la crisis mundial de 2007-2008 ha traído consigo dos conceptos, o dos realidades –la (in)seguridad alimentaria y la (in)seguridad energética-, que están cambiando la gestión de las tierras, además del control y la competencia por la mismas. Así lo explica la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) en un informe de 2011: “La creciente competencia por la tierra y el agua se ha puesto especialmente de manifiesto cuando entidades de inversión públicas y privadas han comenzado a adquirir extensiones agrícolas en los países en desarrollo”.

Aunque en un principio esta situación se dio fundamentalmente en los Estados con legislaciones más o menos laxas, en Europa se está produciendo una sostenida y opaca transformación en la propiedad de los terrenos en los últimos años. De pequeños a grandes agricultores; de compañías estatales a inversores extranjeros; de agricultura y ganadería a otros usos alejados de lo agro. Un cambio de manos que implica, además, una reducción de las mismas. El análisis es complejo, porque no existe una razón única (y menos en Europa, donde la Política Agraria Común también juega un papel clave), aunque las consecuencias sí son compartidas: se pone en riesgo la seguridad y la soberanía alimentaria (por la reducción de tierras de cultivos, subida de precios y especulación) y se desmembra el tejido rural.

“Hay una variedad de razones para la concentración de tierras en la UE. Por ejemplo, debido a la creciente demanda de alimentos y piensos, a las materias primas renovables para el combustible, a las industrias química y textil, la compra de tierras es una de las opciones de inversión más seguras y rentables para inversores de todo el mundo”, relata a esglobal la eurodiputada del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) Mara Noichl. Sobre las razones también se pronuncia Fernando Fernández, coautor del estudio ‘Estructura de la propiedad de la tierra en España. Concentración y acaparamiento’: “Ha habido un cambio en el uso de la tierra en los últimos 20 años, mientras que el sistema agroalimentario está cada vez más concentrado y las grandes industrias están haciendo presión sobre los agricultores porque la tierra se ha convertido en una inversión rentable. Ahora se destina a la especulación, a los usos energéticos, a infraestructuras, turismo...”.

Este caso demuestra que el valor de la tierra se está desligando de su uso agrario: “Tanto en Europa como en el resto del mundo, el suelo agrícola se ha vuelto un objeto de especulación financiera y el valor de este se ha desplazado del que es su uso original. ...