
Sin un acuerdo duradero para la Franja la violencia estallará de nuevo con aún más antagonismo entre las partes.
Con motivo de la reciente reunión en El Cairo de los países donantes para la reconstrucción de Gaza hay también motivos para recordar el Lienzo de Penélope y la Montaña de Sísifo, por tantos castigos implacables infligidos a la Franja y tantas reconstrucciones efímeras, por los horrores de la guerra y la brutalidad de la actuación armada israelí. Se trata de la tercera reunión sobre el mismo tema, siempre como consecuencia de la respectiva destrucción previa, que en palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, “esta debería ser la última conferencia, basta ya”. En parecidos términos se ha pronunciado el Secretario de Estado de EE UU, John Kerry, así como la autoridad de la Unión Europea Catherine Ashton.
En definitiva todos los asistentes en El Cairo se han inclinado con vehemencia por la conclusión del acuerdo político y la creación del Estado Palestino para poner fin de una vez al conflicto mas largo de Oriente Medio, cuya violencia no ha dejado de incrementarse en coincidencia con los sucesivos estallidos de 2006, 2008, 2012 y 2014. Cada uno ha generado una notoria radicalización de posiciones, tanto por parte palestina como israelí, que ha alimentado el siguiente episodio de violencia. De esta manera, han ido creciendo los elementos políticos y espirituales contrarios a la negociación y la paz, fortaleciéndose de manera paulatina los ánimos de venganza y escarmiento, que conceden a cada generación su propia guerra, y así desde 1948. Por tanto, los vencedores en ésta, o así se creen, son Hamás y Casa Judía (Habayit Hayehudi).
La larga lucha además altera la salud y el bienestar de ambas poblaciones, especialmente entre los palestinos. Los daños psicológicos sufridos en el conflicto anterior alimentan la agresividad en éste y minimizan o anulan los ánimos pacifistas entre uno y otro. En ambas partes hay una tensión entre objetivos a corto plazo, que residen en presionar y hostigar al contrario, y aquellos a largo plazo que representan la paz y la estabilidad. De nuevo, por tanto, se verifica que la política en torno a Gaza se encuentra en manos de extremistas y halcones, en una zona donde la seguridad militar es muy endeble y precaria, pero la seguridad de las personas, en cuestiones físicas y psicológicas, lo es más aún.
Resultados dramáticos
Tras 50 días de combates, con un dramático resultado en víctimas y destrucción, la firma del alto el fuego en Gaza según diversos indicios, sentimientos y sensaciones, no excluiría un próximo estallido. Como promedio en el intervalo de dos años entre unos y otros, las raíces de un profundo ...
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