El presidente electo de Guatemala, Jimmy Morales, en una conferencia de prensa. Johan Ordonez/AFP/Getty Images
El presidente electo de Guatemala, Jimmy Morales, en una conferencia de prensa. Johan Ordonez/AFP/Getty Images

La pobreza, renegociar los presupuestos o la criminalidad deberían ser algunas de las prioridades de la agenda del próximo Gobierno guatemalteco.

La elección de Jimmy Morales como presidente de Guatemala el pasado octubre pone fin a un ciclo político que se abría en abril con el salto a la opinión pública del caso “La Línea”, en lo que se ha articulado como un episodio excepcional en la historia reciente del país. Pero una vez finalizada la campaña electoral, es el momento de plasmar las consignas y eslóganes en hechos concretos. Y es que Guatemala, que iniciará su Octava Legislatura el 14 de enero de 2016, enfrenta un futuro inmediato en la que los interrogantes pesan más que las certezas. ¿Cuáles son los desafíos del Presidente?

A pesar de ser considerada la primera economía centroamericana, no cabe duda de que la  desigualdad que padece la sociedad guatemalteca es uno de los principales retos que encara el recién electo presidente. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas, Guatemala es el tercer país de la región cuya población se encuentra más expuesta a la pobreza multidimensional (70,3%), solo detrás de Nicaragua (74,1%) y Honduras (70,5%). Por otro lado, el Instituto Nacional de Estadística guatemalteco apunta que en 2011 el 53,7 % de la población del país vivía bajo la pobreza, y un 13,3% lo hizo bajo pobreza extrema. Esta situación es especialmente grave en el ámbito rural, tal y como revela el Mapa de Pobreza 2011 publicado por este mismo organismo. Todo ello incide de forma más intensa entre la población indígena, estando un 73% de esta expuesta a la pobreza, situación particularmente grave en las regiones occidentales del país.

En contraposición a los niveles de pobreza, la mayoría de las prospecciones macroeconómicas auguran en el corto plazo un clima positivo para Guatemala, dependiente en gran medida de la evolución de su principal socio comercial, Estados Unidos. No obstante, determinados problemas estructurales dificultan en gran medida que los esfuerzos institucionales puedan estar a la altura de las problemáticas del país. Tal y como la OECD pone de relieve, Guatemala solo obtuvo ingresos tributarios equivalentes al 13% de su PIB, ocupando el último puesto de toda América Latina y el Caribe, lo cual se ha agravado durante el último año debido a, entre otras razones, a la defraudación aduanera y al descenso de la recaudación por medio del IVA. A ello se le agrega el fuerte endeudamiento producido bajo la presidencia de Pérez Molina y la aprobación de unos presupuestos para 2016 que ya han recibido las críticas tanto de ciertas fuerzas políticas como de la patronal guatemalteca o la misma UNICEF, y que de cumplirse redundarían en un saldo de deuda pública de 134.393 millones de quetzales guatemaltecos (unos 16.000 millones de euros), superior en un 7,72% al saldo de cierre de 2015. En consecuencia, a sabiendas de que estos ...