Modelos se preparan en el backstage durante la 20ª Semana de la Moda de Dakar en Goree Island, Dakar, Senegal. (Fatma Esma Arslan/Anadolu Agency/Getty Images)

De la tradición a la innovación, la economía creativa y cultural del continente está empezando a despegar con fuerza y su potencial es enorme. De la música, el cine y la artesanía a la moda, el diseño gráfico y los videojuegos, África busca convertirse en un faro de inspiración para el mundo.

África, un continente marcado por diversas crisis, se revela como un cautivador lienzo de los mil rostros y las mil voces. En medio de sus vastas llanuras y selvas exuberantes, e incluso en las bulliciosas urbes, está gestándose un renacimiento cultural sin precedentes. Es en este escenario que emerge una revolución silenciosa: la economía creativa africana. Desde las artes visuales y escénicas hasta la música y la moda, África se posiciona como un vibrante epicentro de talento y expresión creativa.

Antes de sumergirnos nuevamente en el continente africano, es crucial comprender el panorama global en el que las industrias culturales y creativas se destacan como uno de los sectores de mayor crecimiento en el mundo. Con un valor estimado de 4.300 millones de dólares anuales, éstas representan actualmente el 6,1% de la economía global, según la Unesco. Dichas industrias generan unos ingresos anuales de 22.500 millones de dólares y han creado casi 30 millones de empleos en todo el planeta. Además, emplean a más personas jóvenes que cualquier otro sector, desempeñando así un papel fundamental en el crecimiento económico inclusivo y la reducción de las desigualdades, por lo que es un sector capaz de alcanzar los objetivos establecidos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Según los datos recopilados por la Unesco, África muestra una contribución de 4.200 millones de dólares y emplea a 2,4 millones de personas en el continente, datos que muestran un peso relativamente bajo en comparación con las estadísticas globales. Sin embargo, estas cifras son solo el inicio de una historia en desarrollo, ya que revela el potencial y la base sobre la cual la economía creativa africana puede crecer y prosperar si se superan los retos y desafíos del continente y del sector en particular. 

Un niño se prepara para ver una película en Netflix utilizando un smartphone android en Nairobi, Kenia. (Donwilson Odhiambo/Getty Images)

Como se mencionaba antes, el sector es el que más jóvenes emplea, y África es el continente que cuenta con más jóvenes en el planeta, de hecho, el 70% de la población de África subsahariana es menor de 30 años, según la ONU, por lo tanto, hay talento joven y el consumo de cultura entre la juventud africana es elevado. En una reciente encuesta de la plataforma cultural Africa No Filter, realizada en abril de 2022 a 4.500 jóvenes de entre 18 y 35 años en Egipto, Marruecos, Ghana, Costa de Marfil, Nigeria, Kenia, Uganda, Suráfrica y Zimbabue, se concluye que los jóvenes africanos consumen cine africano en la misma medida que estadounidense o internacional: la mayoría de los encuestados veían películas todas las semanas, ya fueran locales o africanas (67%) o estadounidenses o internacionales (66%). Entre los sondeados que veían entre una y siete películas a la semana, eran ligeramente más numerosos los que veían locales o africanas (57%) que las internacionales o estadounidenses (53%).

En un análisis más detallado, se destaca que en 2020 las industrias creativas y culturales en África representaron un 8,2% del total de trabajos generados en la región, liderando proporcionalmente en comparación con otras regiones del mundo. Latinoamérica y el Caribe ocuparon el segundo lugar, con un 6,9% de contribución al empleo total, seguidos de cerca por Asia-Pacífico, que representó el 6,7%. 

El continente africano está por tanto en una posición privilegiada para impulsar su economía creativa y desatar todo su potencial. La industria se enfrenta a importantes retos como la falta de financiación, el mercado informal, piratería, falta de infraestructuras, pero a medida que se invierten más recursos públicos y privados, y se implementan políticas que fomentan el desarrollo de estas industrias, se espera que la contribución de África a la economía creativa global siga aumentando y que el continente se convierta en un centro de innovación y expresión cultural sin precedentes. 

Según un informe reciente del Afreximbank, que analiza la contribución de productos y servicios creativos en el comercio exterior del continente, señala que África es deficitaria comercialmente en las industrias creativas y culturales con el resto del mundo, si bien es cierto que ha ido reduciendo dicho déficit comercial, ya que acumuló uno de 2.700 millones de dólares en 2012 pero ha llegado a su valor más bajo de 1.100 millones de dólares en 2018 debido a un aumento de las exportaciones. A través de estos grandes desequilibrios comerciales, en los que los países africanos importan muchos más bienes y servicios creativos de los que exportan, los consumidores del continente  tienden a absorber las ideas incorporadas en los bienes creativos procedentes de Estados Unidos, Europa, China y otros lugares, según la Unesco. Esto limita el crecimiento y la internacionalización de las industrias creativas y culturales africanas.

En el informe del Afrieximbank también señalan que los Estados que lideran las exportaciones de bienes creativos del continente son Egipto, Túnez, Marruecos, Mauricio y Madagascar, si bien es cierto que el valor de las exportaciones de Egipto triplicó con creces las del resto de los cuatro países a lo largo del periodo analizado (2012-2020). Éstos tuvieron una cuota combinada media en torno al 55,3 % entre 2015 y 2019. 

Los principales productos exportados desde el continente en 2012 frente a 2020 fueron la joyería (valorada en 211 millones de dólares), los muebles de madera (208 millones de dólares), los juguetes para montar (188 millones de dólares), las alfombras (154 millones de dólares) y los libros impresos (113 millones de dólares). Salvo estos últimos, los productos mencionados se agrupan bajo el sector de la artesanía, que en África es una expresión rica y diversa del talento creativo y las habilidades tradicionales del continente. A lo largo de los siglos, los artistas y artesanos africanos han utilizado una amplia gama de materiales naturales, técnicas y estilos únicos para crear obras de arte funcionales y decorativas.

Una mujer trabaja las alfombras con un telar manual en Giza, Egipto. (Fadel Dawod/Getty Images)

Dentro del panorama de las industrias creativas y culturales en África, es destacable el sector cinematográfico, en concreto el de Nigeria, conocida como Nollywood, que ocupa el tercer puesto a nivel global en términos de valor, aunque aún tiene un potencial por desarrollar en su totalidad. En cuanto a la producción, se posiciona como la segunda más grande del mundo, solo superada por Bollywood. En su apogeo, llegó a producir un promedio de 50 películas por semana.

Un informe reciente publicado por PwC revela proyecciones impresionantes para el sector del entretenimiento nigeriano. Se estima que alcanzará un valor de 15.000 millones de dólares para 2025 si logra desarrollar todo su potencial. Además, el sector cinematográfico en Nigeria, y en África en general, está ganando visibilidad gracias a las principales plataformas de streaming que están invirtiendo en la producción de películas y programas de entretenimiento en el continente, haciéndolos disponibles y accesibles a escala mundial.

Según datos proporcionados por Netflix, la multinacional ha invertido 175 millones de dólares en la producción de películas en los principales mercados del continente, como Kenia, Nigeria y Suráfrica, entre 2016 y 2022. Esta inversión destaca el interés creciente de las plataformas de streaming en el talento y las historias africanas, lo que contribuye a impulsar el reconocimiento global de la industria cinematográfica en África.

Con estas inversiones y el aumento de la visibilidad, el cine africano se encuentra en un momento clave para expandirse y cautivar audiencias de todo el mundo. El potencial creativo y narrativo de África está siendo reconocido y apoyado, lo que abre nuevas oportunidades para los cineastas y actores del continente, y lo posiciona como un jugador importante en la escena cinematográfica internacional.

Otro sector que destaca es la industria textil y de la moda, con un valor de mercado de 31.000 millones de dólares en 2020 y en pleno crecimiento, ya que se espera que para el 2023 alcance los 32.000 millones, tras superar los efectos de la pandemia. 

La moda africana es un fascinante universo que engloba una amplia diversidad de estilos, tradiciones e influencias que se extienden por todo el continente. Es un cautivador encuentro entre lo ancestral y lo contemporáneo, fusionando elementos tradicionales con diseños vanguardistas. Los diseñadores hábilmente combinan tejidos emblemáticos como el Ankara, el Kente, el Adire y el Mudcloth, con siluetas y diseños modernos.

En los últimos años, la moda africana ha conquistado una significativa influencia a nivel mundial. Marcas y diseñadores internacionales se inspiran cada vez más en los estampados, colores y estética del continente. Modelos africanas, como Alek Wek (Sudán del Sur) y Liya Kebede (Etiopía), han alcanzado un éxito sin precedentes, contribuyendo a la visibilidad y el reconocimiento de la moda africana en todo el planeta. También han emergido diseñadores que ya cuentan con cierto prestigio internacional como Don Morphy (Camerún), Christie Brown (Ghana), Anifa Mvuemba (Congo) y otros tantos.

Las principales ciudades africanas se convierten en escenarios de semanas de la moda y eventos que exhiben el talento local, atrayendo compradores internacionales, apasionados de la moda y medios de comunicación. Eventos emblemáticos como la Semana de la Moda de Lagos (Nigeria), la Semana de la Moda de Dakar (Senegal) y la Semana de la Moda de Suráfrica brindan plataformas para que los diseñadores presenten sus innovadoras colecciones y establezcan contactos con profesionales de este ámbito.

El comercio electrónico además ha impulsado la industria de la moda, ya que se estima que actualmente hay 281 millones de compradores en línea en África y se espera que esta cifra aumente a 520 millones en 2025, y la moda africana es uno de los sectores que más crece en ventas online. Además, el comercio online ha servido como plataforma para que la moda africana esté accesible y presente en muchos rincones del planeta.

Otro sector en crecimiento es el de la música africana, que ha experimentado un auge sin precedentes en los últimos años. La industria musical africana abarca diversos géneros, como la tradicional, el pop, el hip hop y el góspel. Está además creciendo y evolucionando a un ritmo rápido, con nuevas tecnologías e innovaciones que permiten un mayor acceso a la música y canales de distribución más amplios.

Burna Boy es visto en el set de un video musical en el soho en julio de 2023 en Nueva York. (Raymond Hall/GC Images)

Según la Federación Internacional de la Industria Fonográfica, África subsahariana generó 70,1 millones de dólares de ingresos procedentes de la música grabada en 2021, lo que supuso un incremento del 9,6% interanual. Al igual que en la industria cinematográfica, las plataformas de streaming han entrado con fuerza en el continente y su impacto ya se nota, tanto en la visibilidad como en el posicionamiento de la música africana. De hecho, se prevé que los ingresos por esta vía alcancen los 372,80 millones de dólares en 2023 en el continente africano.

Como consecuencia de toda esta actividad palpitante musical, la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos acaba de anunciar la incorporación de una nueva categoría en los Grammy para premiar la mejor interpretación musical africana, como consecuencia del éxito que varios artistas del continente obtuvieron en las ceremonias anteriores de estos premios. Además, Burna Boy (Nigeria) y su Grammy ganado hace dos años por su álbum African Giant, otros artistas africanos también están en alza y son un éxito en las plataformas de streaming, como Wizkid (Nigeria), Seether (Suráfrica) y Tems (Nigeria). Todo ello sin olvidar a artistas pioneros que marcaron el camino a tener presencia internacional como Youssou N’Dour (Senegal), Cesárea Évora (Cabo Verde), Khaled (Argelia), Salif Keita (Malí), entre otros. 

La cultura creativa también incluye el diseño gráfico y digital, y en el continente hay una nueva generación de diseñadores en este ámbito emergiendo en países como Nigeria, Suráfrica, Kenia, Ghana y Egipto. Dentro de dicho segmento, destaca la industria africana del videojuego que, aunque ha sido siempre incipiente por diversos factores como las infraestructuras tecnológicas inadecuadas, falta de recursos, coste de los factores, etcétera, está consiguiendo cambiar poco a poco la dinámica. 

De hecho, inversores internacionales han empezado a mostrar más confianza en el sector en el continente, y las nuevas empresas están recaudando más dinero que nunca. 

Por ejemplo, Carry1st, una empresa surafricana de juegos recaudó en 2022, 27 millones de dólares en una ronda previa a la serie B, siendo la mayor financiación de una startup. Esta misma compañía había recaudado anteriormente rondas de serie A de 20 millones de dólares en enero de 2022 y de 6 millones de dólares en mayo de 2021.

Si algo tienen en común artistas, diseñadores y cineastas africanos es que han utilizado sus obras para abordar temas sociales, políticos y culturales importantes, y para desafiar estereotipos y prejuicios existentes con el fin de generar cambios positivos y dar voz a las experiencias y perspectivas africanas en todo el mundo. Artistas que se mencionaban antes como Burna Boy y Wizkid han abordado en sus canciones cuestiones políticas y sociales, así como los directores de cine Ousmane Sembène, Djibril Diop Mambéty y Abderrahmane Sissako han representado las realidades y los desafíos que enfrenta África, generando conciencia y promoviendo el diálogo.

En conclusión, África está convirtiéndose en un líder emergente en la economía creativa mundial. Con su riqueza cultural diversa y su espíritu innovador, el continente africano se encuentra en una posición única para aprovechar el poder de las industrias creativas y culturales como motores de desarrollo económico y social. Al invertir en este potencial y apoyar a los artistas y creadores locales, África puede desatar todo su esplendor creativo y convertirse en un faro de inspiración y expresión para el mundo.