Un repaso a la movilización ciudadana, y sus razones, en los Balcanes. ¿Tendrá la región una primavera caliente?
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AFP/Getty Images |
Manifestantes rumanos gritan eslóganes antigubernamentales en una protesta contra los políticos del país en Bucarest, diciembre de 2013. |
A medida que avanza el año, y ya desde finales de 2013, se han venido sucediendo una serie de movilizaciones sociales en una parte importante de los países que conforman la zona más oriental y sudoriental de Europa. El fin último de todas ellas, cada una con sus propias características, es un cambio de modelo institucional y económico en los países de la región o porque no, de un cambio de régimen, especialmente, en las antiguas repúblicas yugoslavas, pero no solo. Como decíamos también se han vivido con mayor o menor virulencia y con más o menos presencia en los medios de comunicación de Europa occidental, movimientos de naturaleza socioeconómica en sociedades que aparentemente estaban dormidas por diversas razones. Bien por su reciente incorporación a la UE, bien por sus pretensiones de incorporarse a esas mismas instituciones europeas. En este grupo incluimos a Rumania, Bulgaria, Moldavia y Ucrania.
Sin embargo, estos movimientos no los podemos aislar de otros que han ido apareciendo en la escena global a lo largo de los últimos tiempos, así las Primaveras Árabes serían el primer referente, pero también Occupy Wall Street, el 15M o las importantes movilizaciones en países como Grecia o Portugal, sólo por mencionar los más significativos. En el entorno del Mediterráneo sólo los países balcánicos no habían tenido una movilización social significativa, hasta que durante el mes de febrero comenzaron las protestas en Bosnia.
A finales de 2013 la publicación británica The Economist catalogó como países de “alto riesgo” de conflicto social para 2014, entre otros, a Rumanía, Moldavia, Ucrania, Bosnia, Bulgaria, Portugal o España. Todos ellos atraviesan serios problemas económicos, descenso en los ingresos y un elevado desempleo.
Esto, sin embargo, no sería suficiente para convertirlos en países potencialmente vulnerables e inestables. Otros factores que ayudarían a un estallido social serían el incremento de las desigualdades en rentas, una pobre gobernabilidad, bajos niveles de provisión social, tensiones étnicas o una historia reciente de conflicto. Además, en todos ellos existe una erosión clara de la credibilidad en los gobernantes y en las instituciones, una crisis de la democracia en toda regla.
La combinación de uno o varios factores podrían ser el detonante, y así ha sido, de un conflicto social que podría desembocar en una mera movilización ciudadana que no tuviera un impacto importante en el régimen vigente o en un cambio de gobierno, e incluso de régimen, como consecuencia de la radicalización de las posiciones que incluso podría llevar a un nuevo reordenamiento fronterizo y global, como parece que es el caso de Ucrania.
A la luz de los últimos acontecimientos podríamos afirmar que se ...
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