Se estima que en 2014 los costes económicos globales del terrorismo alcanzaron los 52.900 millones de dólares (unos 49.000 millones de euros), con un impacto económico total de 105.800 millones. Estas cifras han sido calculadas utilizando la metodología sobre el coste económico de la violencia del IEP, que mide los costes directos e indirectos de la pérdida de vidas, la destrucción de la propiedad y las pérdidas por el pago de rescates.

La cuantificación de los costes económicos globales totales del terrorismo es complicada. Los costes directos incluyen la pérdida directa de vidas y los daños a la propiedad producidos por un ataque terrorista. La medición de los costes indirectos es menos tangible y precisa. Por ejemplo, los estudios que tratan de evaluar el coste de los ataques del 11 de septiembre resultan en estimaciones que van desde los 35.000 millones de dólares a los 109.000 millones. Además, hay muchos tipos y métodos de ataques terroristas diferentes. La diferencia en el tipo, dimensión y gravedad de los atentados hace que una generalización del coste económico de un ataque sea difícil de cuantificar.
La metodología utilizada para calcular los costes económicos del terrorismo es conservadora. Principalmente implica contabilizar los sueldos perdidos de los heridos y fallecidos y el flujo inmediato de los efectos sobre la familia y amigos. El estudio no considera costes adicionales, como el aumento del nivel de guardias de seguridad o las primas de seguro más altas, o impactos económicos más amplios, como la parálisis que se produce en una ciudad tras un atentado. Al comparar los costes del terrorismo con los de otras formas de violencia, como los homicidios, se han adoptado enfoques de coste similares para hacerlas comparables.
Para la mayoría de los países, el terrorismo no tiene un impacto significativo en el crecimiento económico y la inversión extranjera directa (IED). Sin embargo, en casos de sucesos terroristas de grandes dimensiones o de países con niveles muy altos de terrorismo, sí pueden producirse impactos económicos muy notables.
Por ejemplo, los ataques de gran envergadura, como los del 11 de septiembre, pueden tener un impacto económico significativo. La pérdida de vidas y la destrucción de la infraestructura provocadas por el 11 de septiembre se valora en 14.000 millones de dólares solo en Nueva York. Los niveles muy significativos de terrorismo pueden causar también grandes disminuciones en la producción. En Nigeria, la IED disminuyó en un 30% debido al aumento de los niveles de terrorismo en 2010. Además, se ha afirmado que los actos terroristas producidos en Israel en 2001 redujeron el PIB en un 1%.
Los costes globales directos del terrorismo en 2014 ascendieron a 52.900 millones de dólares. Esto supone un aumento del 61% respecto al total del año anterior, que fue de 32.900 millones de dólares, y una cifra que se ha multiplicado por más de 10 desde 2000. La gran mayoría de los costes ...
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