La reciente oleada de violencia en el estado de Rakhine, en el norte de Birmania, ha desencadenado un desplazamiento de población masivo tanto dentro del país como a través de la frontera con Bangladesh. ACNUR cifra en 501.000 los rohinyás que han tenido que huir. Cientos de miles de personas (al menos más de medio millón) se han alojado en campamentos improvisados en la zona de Cox’s Bazar (Bangladesh). Organizaciones como Naciones Unidas no tiene acceso humanitario en la región afectada. UNICEF calcula que alrededor del 80% de los recién llegados a Bangladesh son mujeres y niños, la mayoría desnutridos tras varios días de camino y con un estado de salud preocupante.