No es así. Sin duda la presencia de la banda fundamentalista es uno de los problemas de los nigerianos, pero este país africano es mucho más que terror. Antes de la preocupación internacional a golpe de hastag por las más de 200 alumnas secuestradas en Chibok, los extremistas protagonizaban auténticas carnicerías en el norte del Nigeria mientras en la ciudad de Lagos, al sur, apenas chasqueaban la lengua de indignación y pasaban la página del diario para leer los deportes.
“El terrorismo del norte es horrible, pero lamentablemente nos hemos acostumbrado a ello”, me dijo un periodista del diario nigeriano The Vanguard hace unas semanas. Pero él mismo me invitaba a ver más allá. Nigeria es un Estado eléctrico, caótico y vivo. Y muy rico. El pasado 5 de abril, el país se fue a dormir como la segunda economía de África y al día siguiente su producto interior bruto había crecido un 89%, hasta situar a la nación como primer motor económico africano, por delante de Suráfrica.
Nigeria ya es el Estado más rico de África. El milagro financiero, que se produjo por una revisión de las cifras, muestra la vitalidad de sus bolsillos: es el país de Nollywood, porque con 987 filmes su industria del cine produce al año más películas que Hollywood y sólo está por detrás de Bollywood. También es la nación de los móviles, porque ha pasado de un puñado de suscriptores a 120 millones en 20 años. Y Nigeria también es el país de la desigualdad en carne viva. Es el lugar donde más de 100 millones de sus habitantes viven con menos de un dólar al día y donde la firma de automóviles Porsche ha abierto su segundo concesionario oficial de África (el primero está en Suráfrica) y estima unas ventas anuales de 300 deportivos al año de entre 95.000 y 140.000 euros.
Nigeria es el país de los negocios, del petróleo, de la vanguardia cultural, de la corrupción, de la violencia despiadada, de la innovación, del norte mayoritariamente musulmán y el sur cristiano y animista, de la literatura africana puntera, del lujo y la miseria mirándose a la cara. Es el motor de África; y es un motor con alguna pieza sucia. La desigualdad, la corrupción y Boko Haram son probablemente las piezas rotas.
"Hay una guerra entre musulmanes del norte y cristianos del sur"
Para nada. Aproximadamente el 50% de los 177 millones de nigerianos –es el país más poblado de África– son musulmanes. Del resto, el 40% son cristianos y un 10% creen en dioses locales. Es cierto que el norte es mayoritariamente musulmán, pero entre quienes rezan hacia la Meca en Nigeria la mayoría aboga por una visión conservadora o moderna ...
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