Gente en las calles de Berlín celebrando el tradicional Myfest, mayo 2017. Ralf Hirschberger/AFP/Getty Images

Una obra sobre la Alemania de hoy, con sus virtudes y defectos, y su papel en la escena mundial.

La potencia reticente. La nueva Alemania vista de cerca

Pilar Requena.

Editorial Debate, Barcelona, 2017

Grupos de sonrosados nibelungos en torno a una mesa repleta de salchichas y de cervezas, secuencias de nazis que gritan en tantas y tantas películas (estadounidenses la mayoría, por cierto), gentes con la cabeza cuadrada incapaces de la improvisación o de la disidencia, hordas de turistas que inundan las costas mediterráneas con malos y prepotentes modos, tipos soberbios que presumen de sus veloces coches y de sus industrias de alta tecnología… Así podríamos seguir con la enumeración de tópicos sobre los alemanes hasta el infinito. Visto desde España, pocos países están tan marcados por los estereotipos como Alemania. Es cierto que los tópicos siempre encubren un sustrato de verdad. Pero en el mejor de los casos suele tratarse de verdades incompletas, o adulteradas, o superficiales. Es el caso de los alemanes que, por supuesto, prefieren los embutidos como plato favorito, apoyaron muchos de ellos al régimen más criminal del siglo XX y suelen ser disciplinados y pragmáticos. Pero un país con más de 80 millones de habitantes y con una riquísima tradición en la filosofía, la literatura o la música no puede, ni debe, despacharse con unos cuantos lugares comunes.

Un idioma con fama de difícil e impronunciable, que dominan muy pocos españoles; una lejanía geográfica y cultural; una escasa tradición de relaciones bilaterales y buena parte de ellas muy dolorosas y recientes para los españoles, como el apoyo del régimen nazi al general Franco; y una mayor proximidad hispana a Francia en el pasado remoto y a Estados Unidos en el presente, serían algunas de las razones que explicarían el abrumador desconocimiento de Alemania por parte de España. Algún observador atento podría indicar que el fenómeno también se produce a la inversa. Totalmente cierto, pero esa carencia germana sería motivo para otro libro y para otra reseña. Entretanto, una mayoría de los españoles da la espalda o ignora a la mayor potencia económica, política y cultural de Europa. Y ese desinterés ha persistido –aunque atenuado afortunadamente– en el último cuarto de siglo cuando el papel de Alemania en el mundo, con sus virtudes y sus defectos, se ha revalorizado enormemente a partir de la caída del Muro de Berlín, de la reunificación y del liderazgo germano en la Unión Europea.

Por todo ello no sorprende que entre los libros escritos por españoles en las recientes décadas no figure ninguna obra del estilo de La potencia reticente. La nueva Alemania vista de cerca, que comienza con un trepidante relato de la citada caída del Muro en 1989 para llegar hasta la actualidad de un país germano que se resiste a asumir un liderazgo al que las circunstancias históricas lo han abocado. De aquí el título del libro y la afirmación de su autora, Pilar Requena, cuando señala: “En el fondo Berlín estaba cómodo en su papel de gigante económico y enano político. Los acontecimientos internacionales y la deriva que toma el mundo lo han obligado, sin embargo, a asumir un papel cada vez más relevante como uno de los actores protagonistas en la escena mundial”. Y a propósito de la autora, la periodista Pilar Requena se encuentra entre las personas más cualificadas y preparadas para escribir un libro tan necesario, incluso imprescindible, para comprender la Alemania de hoy.

Formada en el Colegio Alemán de Valencia, corresponsal de TVE en Berlín entre 1999 y 2004, frecuente enviada especial a tierras germanas y con una vida entera repartida entre Alemania y España, Pilar Requena asumió el reto de narrar esta historia. Así las cosas, La potencia reticente alterna los acontecimientos históricos y las peripecias individuales a través de multitud de testimonios y de relatos que componen un completísimo mosaico. Por las amenas y rigurosas páginas de la obra desfilan tanto personajes de primera fila (cancilleres, ministros, alcaldes, catedráticos…) como muchos alemanes de a pie que Requena, hoy reportera del programa En Portada, de TVE, ha ido conociendo y entrevistando a lo largo de muchos años de dedicación profesional y de pasión personal.

Tal vez uno de los principales atractivos de este libro apunte a una equidistancia, no exenta por supuesto de visión crítica, que la autora adopta frente al país objeto de su narración. Mitad española, mitad alemana, Pilar Requena huye de los maximalismos, de los análisis de trazo grueso, de la disyuntiva entre el blanco y el negro, para dibujar una visión de Alemania muy ajustada a la realidad. Con sus luces y sus sombras. A modo de declaración de principios de las intenciones del libro la periodista concluye así la introducción: “Los alemanes deberían tener siempre muy presente el regalo que la historia les hizo aquella inolvidable noche del 9 de noviembre de 1989. El camino que vienen recorriendo desde hace más de 25 años es su segunda oportunidad. Pero también los demás deberían preocuparse de conocer y entender todo este proceso, único en el mundo y en la historia, que tiene un coste humano considerable y supone que Alemania esté buscando su lugar en el mundo, en la sociedad internacional, a todos los niveles. Eso lleva a aciertos, pero también a errores, a éxitos pero también a fracasos. Y nadie, tampoco el alemán, es perfecto”.

Entre lo particular y lo general, pues, se mueve esta obra, entre la caída del Muro, de sus antecedentes y de sus consecuencias, y la prolongada era de la democristiana Angela Merkel, mujer y procedente del Este, que cumple ya 12 años en la Cancillería. Buena conocedora en directo de los líderes que han marcado la Alemania contemporánea, Requena se detiene en perfiles magníficos, llenos de matices, de personajes como Helmut Kohl, Gerhard Schröder, Joschka Fischer o la propia Merkel, entre otros, cuyas biografías sirven a la perfección para ilustrar los inmensos cambios que ha vivido Alemania desde 1989. Pero más allá de estas trayectorias individuales, la autora repasa a fondo el sistema político alemán, que ha visto surgir a partidos políticos tan decisivos y singulares como Los Verdes; que ha asistido a las crisis de las formaciones tradicionales como la democristiana CDU o la socialdemócrata SPD; que contempla con espanto el auge de la extrema derecha xenófoba de la AfD; o que ha seguido con asombro la evolución de los antiguos comunistas de la RDA hasta llegar a Die Linke. Al hilo de estos relatos, la autora muestra los puntos débiles del establishment alemán y de su a veces tiránica política económica, pero desvela asimismo la capacidad germana para el diálogo y los pactos, que solamente marginan a aquellos que se colocan en los extremos. Ahora bien, La potencia reticente no es una obra exclusivamente política porque, además de los incontables testimonios directos, Requena repasa las claves de la sociedad alemana, desde su discutible política económica y europea hasta su actitud frente a la inmigración, pasando por las recientes operaciones militares en el extranjero  (Kosovo, Irak, Afganistán…) que rompieron una tradición de no intervencionismo mantenida desde la Segunda Guerra Mundial.

La autora llega en sus páginas hasta la crisis que ha devastado Europa en los últimos años y donde Alemania ha jugado el rol de gendarme de una austeridad a veces cruel para los países del Sur, como España. Entre contradicciones y errores, entre injusticias y aciertos, la política germana ha oscilado en la eterna disyuntiva de una Europa más alemana o una Alemania más europea. En esa encrucijada, en ese cruce de caminos, se detiene el libro que ya apunta que las elecciones federales del próximo septiembre figurarán entre las más importantes desde la reunificación. Esta trascendencia de los comicios de otoño no resulta una apreciación exagerada porque en un panorama mundial dominado por el extremismo nacionalista y proteccionista de Donald Trump en Estados Unidos, marcado por el Brexit británico y condicionado por la urgencia de una refundación de la Unión Europea, el protagonismo de esta potencia reticente será decisivo. Y ese desafío recae sobre los hombros no sólo de la clase política, sino de la sociedad alemana en su conjunto, de un país de más de 80 millones de habitantes obligado por las circunstancias (y en ocasiones a su pesar) a tirar del carro europeo.