Un miembro de Alternativa para Alemania en Stuttgart. Thomas Lohnes/Getty Images
Un miembro de Alternativa para Alemania en Stuttgart. Thomas Lohnes/Getty Images

El joven partido Alternativa para Alemania, de postulados ultraconservadores, nacionalistas, antimigratorios y euroescépticos, avanza en el país más poblado y rico de la Unión Europea pese a su relativa buena marcha.

“Wir schaffen das” (“Lo conseguiremos”). La canciller alemana, Angela Merkel, pronunció por primera vez esta ya mítica frase en una conferencia de prensa en agosto de 2015. Merkel se refería a la capacidad de Alemania y Europa de hacer frente a la masiva llegada de refugiados al Viejo Continente. A pesar de que el país que gobierna desde más de una década haya conseguido acoger (que no integrar) a más de un millón de refugiados y frenar (gracias a un controvertido acuerdo con la Turquía de Erdogan) la masiva llegada de inmigrantes, Merkel ha dejado de pronunciar en público la famosa frase. “Wir schaffen das” tiene mal cartel en la actual Alemania, cuyo panorama político está cambiando a marchas forzadas. El aparentemente imparable avance de Alternativa para Alemania (AfD), un joven partido ultranacionalista, euroescéptico y con evidentes conexiones xenófobas, es un claro síntoma de ello.

AfD ya tiene representantes en 10 parlamentos regionales de los 16 Estados federados alemanes, y todo apunta a que estará presente en el Bundestag tras las próximas elecciones generales previstas para septiembre de 2017. Los resultados de los últimos comicios celebrados en el ciudad-Estado de Berlín sirven de termómetro político del país: Alternativa para Alemania consiguió superar el 14% del total de los sufragios y se colocó como quinta fuerza de la ciudad (primera en algunos distritos orientales), a poco más de tres puntos de distancia la Unión Democrática Cristiana (CDU en sus siglas en alemán). El avance de AfD en la capital del país deja al menos tres conclusiones para la próxima legislatura a escala federal: el tablero político alemán está rompiéndose por la (extrema) derecha, el próximo parlamento será el más fragmentado de la historia de la República Federal y ello hará bastante más complicada su gobernabilidad.

Los partidos políticos establecidos han pasado de la indiferencia al nerviosismo: la formación derechista amenaza con acabar con la tan alabada estabilidad del sistema político alemán y con erosionar aún más a la hasta hace bien poco indiscutible figura de Angela Merkel. La que nació en 2013 como una fuerza nacionalconservadora, euroescéptica y de claro corte neoliberal se ha convertido en un partido protesta con postulados ultranacionalistas y antimigratorios capaz de capitalizar un descontento social bastante complejo, teniendo en cuenta que a Alemania le va relativamente bien en comparación con otros países de su entorno como Francia, España, Grecia o Italia.

Así las cosas, politólogos, periodistas y analistas no dejan de preguntarse sobre las razones del fenómeno AfD. Este artículo destaca cinco elementos que ayudan a entender el auge de este joven partido de la nueva extrema derecha alemana:

Trasfondo económico: no hay dudas de que la economía germana muestra una mejor salud macroeconómica que buena parte de la Unión Europea: el desempleo está ...