Una mujer pasa por un poster en Pekín que muestra una foto del Mar del Sur de China y reza: "Territorio de China, nunca cederemos un palmo de nuestro territorio" (STR/AFP/Getty Images)
Una mujer pasa por un poster en Pekín que muestra una foto del Mar del Sur de China y reza: "Territorio de China, nunca cederemos un palmo de nuestro territorio" (STR/AFP/Getty Images)

En la política internacional actual, pocos asuntos son tan delicados como las disputas en el Mar del Sur de China. Recientemente, un tribunal internacional falló en contra de China y la decisión complicó todavía más las cosas. Europa debe alzar la voz.

El 12 de julio de 2016, un tribunal de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya publicó su veredicto sobre la demanda presentada por Filipinas contra China sobre los derechos de ambos países en el Mar del Sur de China. Manila se oponía a la interpretación que hacía Pekín de sus fronteras marítimas, que se superponen con las de aquel país.

La suerte del Mar del Sur de China es importante para la economía mundial y la seguridad internacional. Un tercio de todo el comercio mundial atraviesa sus aguas, de gran riqueza pesquera y bajo cuyo suelo se cree que existen inmensas reservas de gas y petróleo. Dentro de este mar, China definió unilateralmente una zona, conocida como la "línea de los nueve puntos", que le ha servido de base para reclamar alrededor del 80% de su superficie, con las islas, las rocas y los arrecifes existentes en su interior.

Para reafirmar su posición, en los últimos años, el Gobierno chino ha convertido varios de los arrecifes que controla en islas artificiales, en las que ha estacionado material militar. Sus acciones unilaterales y el carácter expansionista de su reivindicación inquieta a vecinos como Vietnam y Filipinas. Como consecuencia, estos dos países han estrechado sus lazos de seguridad con Estados Unidos, y eso, a su vez, ha elevado las tensiones con China.

Pekín busca controlar el Mar del Sur de China no sólo por interés económico o por orgullo nacional, sino como una cuestión de seguridad nacional. El país se siente amenazado cuando la marina estadounidense recorre la zona. Y el aumento de su poderío militar y su peso económico le da la audacia necesaria para desafiar el status quo. Sin embargo, a Estados Unidos, Japón, la Unión Europea y otros les preocupa que China pueda querer restringir la libertad para navegar y sobrevolar el mar. Para poner de relieve su preocupación, Washington ha empezado a recorrer deliberadamente las conflictivas aguas hasta los arrecifes en disputa.

El tribunal falló a favor de Filipinas y dijo que no existía ninguna base legal para que China reivindicara derechos históricos a los recursos comprendidos en su línea de los nueve puntos. También dijo que las rocas y los arrecifes, muchos de los cuales están totalmente sumergidos o sólo se ven durante la marea baja, no son elementos capaces de generar una zona económica exclusiva.

China boicoteó el proceso y dijo que la sentencia era "nula y sin valor". También puso en duda la imparcialidad del tribunal. Estados Unidos, con el apoyo de Japón y Australia, pidió a Pekín ...