
Los ataques contra hospitales y personal humanitario están convirtiéndose en una estrategia bélica, violando de manera sistemática el Derecho Internacional Humanitario.
A lo largo de los últimos años un gran número de hospitales, colegios y espacios públicos en Afganistán, Siria, Yemen y otros países en guerra han sido objeto de bombardeos frecuentes. Una de las principales causas de este fenómeno se debe a las acciones de determinados ejércitos que, violando el Derecho Internacional Humanitario (DIH), han provocado una disminución del espacio humanitario y del acceso seguro del personal médico a la población civil, así como de ésta a los servicios médicos.
Prestar asistencia a los heridos, independientemente del bando al que pertenezcan, es la filosofía que dio origen al Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja hace más de 150 años en el campo de la batalla de Solferino. Según los Convenios de Ginebra en 1949 y sus Protocolos adicionales, así como el derecho internacional consuetudinario, la población civil tiene derecho a no padecer mayores sufrimientos durante los conflictos armados y a recibir asistencia. Y el personal, las instalaciones y los vehículos sanitarios deben ser protegidos quedando prohibidos los ataques contra ellos siempre y cuando desempeñen una labor neutral y traten a todos los pacientes por igual, independientemente de su ideología política, religión u origen étnico. Los ataques dirigidos contra instalaciones médicas pueden suponer un crimen de guerra.
Comunicados reiterados en los últimos meses del Secretario General y los coordinadores humanitarios de Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud, UNICEF, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Médicos sin Fronteras (MSF) o el Comité Internacional de la Cruz Roja han reiterado que los ataques contra instalaciones médicas están prohibidos bajo el DIH y han exigido un fin a estos ataques.
Cuatro de cinco
En mayo de 2016, los 15 miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptaron de modo unánime una resolución presentada conjuntamente por España, Nueva Zelanda, Japón, Uruguay y Egipto sobre la protección de la asistencia de salud. Esta resolución exige el final de los ataques sobre trabajadores médicos y hospitales en zonas de conflicto y manifiesta la preocupación por las violaciones al DIH, solicitando su cumplimiento y demandando una serie de medidas específicas para ser adoptadas por el Secretario General y los Estados, incluyendo la investigación independiente de incidentes. La resolución no impone ninguna obligación nueva y tampoco se refiere a ningún conflicto específico. Como muchas de las resoluciones que se aprueban de manera unánime en el Consejo de Seguridad, no está siendo respetada.
La paradoja es que cuatro de los cinco miembros permanentes del Consejo que aprobaron la resolución apoyan militar y logísticamente a países y coaliciones que bombardean hospitales, siendo por tanto cómplices. China es en la actualidad el único miembro que no bombardea a nadie.
Sistemas ...
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