La mala marcha de la economía y la falta de una reforma migratoria decepcionan al electorado latino en Estados Unidos.

 

AFP/Getty Images

 

Las palabras en inglés y español se combinan en los carteles de los establecimientos de Northern Boulevard en Jackson Heights, el barrio hispano de Queens en Nueva York. A ambos lados del bulevar, se suceden los restaurantes y cafeterías: Los Toldos, El coyote, Mama´s Empanadas… En una tienda de música se escucha al artista de regaeton Daddy Yankee con su “Lo que pasó, pasó”.

Esta zona de Queens pone cara, color y música a los datos del centro de investigación Pew Hispanic Center, con sede en Washington, sobre las proyecciones de la intención de voto de los latinos en las elecciones presidenciales de noviembre de 2012.

Analistas, periodistas y votantes coinciden en que los latinos votarán al presidente Barack Obama, aunque al demócrata le costará más movilizarlos en esta cita electoral que en la de 2008. Entonces, capturó dos tercios del voto hispano.

El cubano Néstor Despaigne, que vive en Nueva York desde hace 12 años, adelanta desde la peluquería de Jackson Heights donde trabaja que “voy a votar a Obama”. “Creo que todavía hay que darle una oportunidad para que en la segunda legislatura pueda  cumplir todo lo que prometió en 2008”, mantiene mientras reconoce que hay decepción entre el electorado latino.

El director asociado del Pew Hispanic Center, Mark López, explica que “en 2010 [en las elecciones de mitad de legislatura al Congreso] sólo acudieron a las urnas 6,6 millones de los 21 millones de latinos que pueden votar”. Este dato contrasta con los casi diez millones que eligieron como presidente a Barack Obama en 2008, cuando el entonces senador de Illinois ganó al político de Arizona John McCain. “En 2012 es posible que voten todavía menos personas. Hay interés en los comicios, pero menos que en los de 2008. Quizá los hispanos estén desencantados debido a los problemas con la inmigración [por la reforma migratoria]. No ha habido progreso en este asunto. También, muchos latinos se han visto más afectados con la recesión y la mala marcha de la economía que otros grupos”, señala López.

El editor del semanario de Nuevo México Primera Plana, Héctor Castro, adelanta que “los latinos van votar a Obama porque el Partido Republicano culturalmente representa una amenaza para sus intereses. Lo ven como un enemigo por sus ideas conservadoras, aunque esto no es del todo verdad”, explica el periodista de origen colombiano.

El establishment del Partido Republicano ha hecho muy poco para desarrollar una estrategia de comunicación con los votantes hispanos, a pesar de que esta parte del electorado podría influir en el resultado de las elecciones presidenciales. Sin embargo, esta política contrasta con los grandes esfuerzos del último presidente conservador, George W. Bush, que ganó en Estados de gran presencia latina como Florida, Nevada, Nuevo México, Colorado y Arizona.

Según mantiene López, el latino elegirá su voto en estas elecciones pensando en la economía, que es lo que más le preocupa. “Por supuesto, el asunto de la inmigración también es importante para muchos votantes hispanos. Pero, está por debajo en importancia en estos comicios”, remata.

Héctor Castro pone en contexto esta circunstancia: “Sí, es cierto que Obama incumplió sus promesas a la comunidad latina sobre la legalización de los inmigrantes. Pero, no hay que olvidar que venimos de países donde imperan los problemas económicos y sociopolíticos. Muchas veces no podemos dar a nuestras familias un buen nivel de vida. Y, entonces, venimos a Estados Unidos para buscar una alternativa. Es por lo general la historia de todos. Venimos a trabajar. Y si la economía no va bien, no se puede vivir. Y peor, tampoco mandar dinero a las familias”, analiza el periodista. Aun así, existe un descontento general en materia de inmigración entre el sector hispano de la población.

Partido Republicano ha hecho muy poco para desarrollar una estrategia de comunicación con los votantes hispanos

Por su parte, los candidatos republicanos han hecho de la política dura contra la inmigración el gran asunto de las elecciones primarias en su propia carrera para elegir al contrincante de Barack Obama. Por este motivo, los analistas se preguntan cómo podrá recuperase en este terreno el candidato republicano de cara a las presidenciales, cuando ya se haya terminado la batalla dentro del partido. De momento, la estrategia de los demócratas ha sido recordar a los hispanos todo este lenguaje agresivo de los contendientes republicanos contra los indocumentados. Según datos del informe del Pew Hispanic Center de marzo de 2010, hay alrededor de 11,2 millones de personas irregulares en Estados Unidos. De los mismos, 8 millones forman parte de la fuerza trabajadora del país. Los inmigrantes no autorizados constituyen el 3,7% de la población de la nación y el 5,2% de la laboral. Asimismo, los mexicanos, con 6,5 millones de personas en la sombra, representan el mayor grupo que reside de manera irregular en EE UU. En total, hay más de 50 millones de hispanos en el país, que suponen el 16,3% de la población total.

Mark López destaca que “cuando se observa a los Estados importantes a la hora de decidir la presidencia, nos encontramos con que algunos tienen poblaciones latinas destacadas. Por ejemplo, Nevada, Colorado, Nuevo México o Florida. Esos cuatro Estados no sólo han visto crecer su número de hispanos, sino también el de latinos que puede votar”, afirma.

Si utilizamos lo sucedido en el pasado como guía, vemos que durante las últimas elecciones los hispanos han respaldado en su mayoría a los demócratas. López recuerda un estudio de intención de voto reciente del Pew Hispanic Center: “Cuando preguntamos a los hispanos a principios de año a quién iban a respaldar si a Barack Obama o a Mitt Romney (por el ex gobernador de Masschusetts), Obama ganó con el 60%. En comparación con Rick Perry (el gobernador de Texas), más del 60% también optó por Obama”, recuerda el especialista.

Aun así, este experto admite que no todos los 21 millones de latinos que reúnen los requisitos para votar acuden a las urnas. Muchos no saben dónde registrarse y otros no participan en el proceso electoral. Aun así, admite que todo está cambiando poco a poco.

 

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