Los árboles de aguacate crecen en terrenos recién plantados junto a bosques caducifolios. El 16 de marzo de 2022 en México.  Foto: Brian Overcast/dpa (Foto de Brian Overcast/picture alliance vía Getty Images)

Aunque México produce un tercio del cultivo mundial de aguacate, debido al aumento de la demanda mundial, Chile también ha ido elevando su interés y la producción de éste. ¿Qué impacto social y medioambiental causa el aguacate en el país?

El aguacate, o también conocido como avocado o palta, ha recibido el sobrenombre de oro verde en los últimos años por los altos precios que ha alcanzado su demanda internacional. Se trata de un producto que se ha vuelto recurrente y, cada vez más popular, en la dieta mundial sobre todo en Europa, pero también en Estados Unidos y con una presencia cada vez mayor en el mercado chino. Su cultivo supone una amenaza para la naturaleza y para las poblaciones que habitan las zonas de mayor cultivo, como México, que produce un tercio del cultivo mundial, República Dominicana o Chile.

Cada kilo de aguacate necesita entre 1.600 y 2.000 litros de agua, según The Water Footprint Network. En el caso de Chile, pese a tratarse de un bien nacional de uso público, según el Código de Aguas redactado durante la dictadura de Pinochet, el mismo texto permite que éste recaiga en manos de empresas privadas bajo el principio de “derechos de aprovechamiento”. Esto provoca que la elevada cantidad de agua que necesita el cultivo de cada unidad de aguacate, junto con la explotación por parte de particulares y los efectos de la crisis climática causen graves sequías en territorio chileno. Con un impacto directo en la sociedad: más de 2.000 habitantes de las zonas rurales de Petorca (Valparaíso) no tienen servicios de agua potable y acceden a ésta mediante camiones cisterna.

Una realidad que no ha provocado una mayor concienciación y una reducción en la demanda, sino más bien al contrario: el consumo promedio actual es de 0,74 kilos de aguacate por habitante, según un estudio de ODEPA. Mientras que hace diez años era de apenas medio kilo por habitante al año. Consecuentemente, la superficie dedicada al cultivo de aguacate se ha reducido produciendo la misma cantidad, o incluso más, para responder a la demanda mundial. La región de Valparaíso tenía en 2017 poco más de 19.000 hectáreas dedicadas al cultivo de aguacate, mientras que hace diez años la superficie era superior a 22.000.