Aquí van cinco cintas que revelan la realidad de los kurdos.

Es la minoría étnica más grande en Oriente Medio que no se encuentra establecida en alguna forma de Estado nación. Lo forman cincuenta millones de personas: 15 millones aproximadamente viven en Turquía, 5 millones en Irán, 6 en Irak y 2 millones en Siria (no existen censos rigurosos); con grandes comunidades también asentadas en Alemania, Estados Unidos y Armenia. Llevan décadas demandando la creación de un Estado propio, el Kurdistán, y luchando por sus derechos en los países donde habitan, aunque su realidad difiere de un país a otro.

Un niño kurdo pasa delante de la policía turca en Diyarbakir, Turquía. ILYAS AKENGIN/AFP/Getty Images)

Turquía

Los niños de Diyarbakir de Miraz Bezar (2009)

En Turquía, la zona kurda ocupa una tercera parte del país, situada en el sureste. El territorio está marcado por el conflicto separatista que enfrenta al Gobierno turco con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). Desde que el PKK se fundara en 1978 ha participado en enfrentamientos armados con las fuerzas de seguridad turcas ininterrumpidamente. El PKK y el Estado suspendieron en julio de 2015 un alto el fuego que había durado más de dos años y medio. La última ofensiva tuvo lugar a principios de enero de este año cuando dos personas murieron en la explosión de un coche bomba en Esmirna. Las autoridades atribuyeron la autoría al PKK. El origen del conflicto comenzó con la incorporación a Turquía de las regiones habitadas por kurdos (muchos de ello se oponían) en la parte oriental de Anatolia. El Gobierno turco considera organización terrorista al PKK, lo que dificulta el proceso de paz que comenzó en 2012. Una de las mejores películas que describe la situación del Kurdistán turco es la multipremiada Los niños de Diyarbakir, premio revelación para Miraz Bezar, su director, en el 57th Festival Internacional de San Sebastián, entre otros. El film cuenta la historia de una niña kurda de diez años, Gülistan, y su hermano Firat, que ven morir a sus padres a manos de las fuerzas de seguridad del Estado. Su tía, residente en Suecia, intenta que los hermanos se trasladen con ella, pero desaparece sin dejar rastro. Sin parientes, los dos niños se quedan desamparados, y deambulando por las calles de la ciudad se darán cuenta de que no son los únicos que se encuentran en situación de necesidad. Diyarbakir, es la ciudad más grande del Kurdistán turco. Un lugar donde los chicos tienen que luchar contra la presión que ejerce el Estado. Hay menores condenados a 162 años de cárcel acusados de terrorismo. Esta circunstancia ha sido ya denunciada por el tribunal de Derechos Humanos que ha enviado en varias ocasiones a algunos de sus representantes, para encontrarse con los encarcelados y evaluar la situación. Esta coyuntura viola el Derecho Internacional, el cual establece que el encarcelamiento de menores debe estar “en conformidad con la ley y será utilizado solamente como una medida de último recurso y durante el período más breve posible”. La prisión de Diyarbakir es, además, considerada una de las más violentas del mundo, según varios informes. Lo que hace aún más vulnerables a los menores que allí se encuentran.

Un cartel que advierte del terreno minado en el Kurdistán iraquí. (Patrick Barth/Getty Images)

Irak

Las tortugas también vuelan de Bahman Ghobadi (2004)

Si por algo son noticia últimamente el Ejército kurdo, los Peshmerga, es por la ofensiva de Mosul. La mayor ciudad que estaba bajo la férula de Daesh.

La región kurda de Irak ha conseguido ser una entidad federal autónoma, reconocida por el Gobierno federal del país. La capital es Erbil y el presidente Masud Barzani. El Kurdistán cuenta con una de las mayores economías del país, tiene las más bajas tasas de pobreza y el más alto nivel de vida, ya que esta región es rica en petróleo. Además, es la parte más estable y segura de Irak; mantiene sus propias relaciones exteriores, y varios consulados tienen sede allí. Una de las épocas más duras por las que ha pasado el pueblo kurdo iraquí fueron los comienzos del derrocamiento del régimen de Sadam Hussein por las tropas extranjeras, en esa época los kurdos fueron perseguidos y sometidos a torturas. Un fiel y crudo reflejo de ese periodo es la película Las tortugas también vuelan. Relata cómo los refugiados de un campamento del Kurdistán iraquí buscan desesperadamente una antena parabólica para poder estar informados del inminente ataque americano. Los protagonistas son un joven mutilado, su hermana, un niño pequeño y Satélite, deslumbrado por la tristeza y la belleza de la chica. La película es un alegato antibelicista, en denuncia del uso de las minas antipersona en los conflictos bélicos. El Kurdistán es uno de los lugares más afectados por la siembra de este tipo de minas fabricadas por EE UU y algunos países europeos. Aún quedan en el país 25 millones de minas antipersona y se requerirían 100 años para dejar esta tierra completamente limpia. Niños mutilados desentierran minas antipersona (esas mismas que les explotaron) a cambio de unas monedas, para volver a ser usadas. Un diálogo significativo de la cinta transcurre entre Satélite y uno de los vecinos que les contrata para que limpien las minas de su parcela. El adulto se pregunta cómo “algunos de los niños que no tienen manos, ¿van a poder desmontarlas?”, Satélite le responde: “justo esos niños son los mejores sacando minas, porque le han perdido el miedo a las bombas”. El director del film, ayudó a algunos de los chicos que aparecen en la película: consiguió que un niño ciego fuera operado en Irán, recuperando totalmente la visión.

Una mujer kurda en Pakdasht a 50 km de Teherán, Irán. (Atta Kenare/AFP/Getty Images)

Irán

Tiempo para los caballos borrachos de Bahman Ghobadi (2000)

En Irán existen a día de hoy cinco millones de kurdos, un alto número de ellos son kurdos chiíes (en comparación con la religión predomínate que es suní). El Ahl-i Haqq o yaresanismo es otra de las religiones que practican los kurdos en el oeste de Irán, una combinación de diferentes creencias. En 2004, miembros del PKK turco crearon el Pejak (o PJAK), una milicia de unos 1.500 miembros con el cuartel central en las montañas Qandil, en la frontera entre Irak e Irán. A partir de 2006, el Pejak llevó a cabo varios atentados con bombas y ataques frecuentes contra patrullas militares. La respuesta del Gobierno de Irán no se hizo esperar y durante años bombardeó la zona. En el 2011 negociaron una tregua, pero sin lograr buenos resultados. El director, guionista y productor Bahman Ghobadi es el principal portavoz del cine en lengua kurda. Su película Un Tiempo para los caballos borrachos, es la primera película rodada en idioma kurdo y se desarrolla en las montañas del Kurdistán que separan Irán e Irak. Ghobadi ayuda y promociona las producciones del joven cine kurdo que hasta el estreno de esa película en el año 2000 no existía. La película muestra una realidad muy dura, marcada por la zona montañosa del Kurdistán iraní. Ayoud, tras la muerte de su padre, debe hacerse cargo de su familia con 12 años. Para conseguir dinero con el que operar a su hermano discapacitado, se unirá a una red de contrabandistas. Así atravesará las montañas del Kurdistán para llegar a Irak. La película muestra la búsqueda de una frontera, tanto real como emotiva. Para entender la película es crucial la trama secundaria de Amaneh, la hermana mayor, que se casa con un hombre mayor a cambio de que éste cure a su hermano. Cuando llega al pueblo de su recién estrenado marido, les separan. Nadie quiere tener la carga de un enfermo. Con esta subtrama Ghobadi describe la situación de inferioridad e injusticia en que vive la mujer iraní. La mujer kurda sigue las leyes que hay en el país donde reside, en el caso de Irán la sociedad sigue siendo muy restrictiva con las mujeres.

Un hombre yazidí en Armenia. (Karen Minasyan/AFP/Getty Images)

Armenia

Vodka lemon de Hiner Saleem (2003)

Aunque Armenia es un país altamente homogéneo (un 98% de su población son armenios cristianos), existe un importante número de yazidíes, que combinan elementos de la cultura kurda, el cristianismo, el zoroastrismo y creencias del sufí islámico. Los kurdos de Armenia conservar su propio alfabeto y además cuentan con su propia emisora de radio, tuvieron un periódico en kurdo Rya Taza, creado en 1930 y que desapareció en 2013. Llegaron con el imperio otomano en 1930 y después formaron parte de la URSS. Con su desintegración y el restablecimiento de Armenia como país independiente los kurdos gozaron de un destino menos prometedor. Vodka lemon, la última película del director kurdo iraquí Hiner Saleem, refleja la realidad de los kurdos en el país caucásico. La cinta narra la vida de la comunidad kurda de Armenia, centrándose en una pandilla de amigos que sobreviven en un pueblecito del Cáucaso. Su día a día no es fácil y mientras intentan no perder la esperanza de que algún familiar emigrado les mande algo de dinero, van vendiendo los últimos muebles de sus casas y otros enseres. No faltan momentos grotescos que los actores de la cinta saben mostrarnos como nadie. Vendedores ambulantes que no saben regatear, camareras de chiringuitos de vodka en cuyas terrazas nunca sale el sol, perdedores de todos los estilos intentan mantener la dignidad entre la nieve y mientras buscan un futuro mejor. Aproximadamente, 40.000 yazidíes viven en Armenia, el resto (500.000) se reparten entre Irak y en menor medida Georgia y Rusia.

Un hombre kurdo sirio en Qamishli, Siria. (Delil Souleiman/AFP/Getty Images)

Siria

Rojava: la guerra desconocida de Siria de VICE (2014)

Dentro de la guerra civil siria, que ha destruido el país completamente en cinco años, dejándolo en ruinas, se produjo la Revolución de Rojava. En 2012, este territorio se conformó como una región autónoma, desde entonces se administra a través de una serie de asambleas populares que tuvieron su origen en el confederalismo democrático. En noviembre de 2013, representantes kurdos, árabes, asirios y de otras minorías anunciaron un gobierno interino en la región que se formalizó en enero de 2014. El Partido de Unidad Democrática (PYD) declaró junto con otros partidos minoritarios la creación de un gobierno autónomo y democrático con sede en los tres enclaves kurdos de Siria. Los partidos no buscaban la creación de un Estado independiente de Siria pero sí una “administración democrática y local dentro de un marco federal”. La llamada Federación del Norte de Siria es un territorio autónomo de facto situado al norte y noreste de Siria. También se le conoce como Rojava, Kurdistán sirio o Kurdistán occidental. En Siria los kurdos son entre el 7% y el 10 % de la población total. Antes de la opresión a la que fueron sometidos por el régimen de Bashar al Assad en 2011 vivían también en dos de las ciudades más importantes del país: Alepo y Damasco. El documental de VICE Rojava: Syria’s Unknown War explica con imágenes muy explícitas como fueron esos momentos en que en medio del caos que gobernaba el país los kurdos decidieron luchar por ser una región autónoma. El vídeo comienza en septiembre del 2013 con un mapa ilustrativo para puntualizar donde está en concreto esta región kurda. El reportero y su equipo se unen a los milicianos de las Unidades de Protección Popular (YPG) para retratar la contraofensiva contra los yihadistas. Internándose en la zona de Hassakeh hasta llegar a Kovane. El propio periodista de VICE dijo haber sido testigo de como los guerrilleros kurdos luchaban por su región contra los yihadistas ante la neutralidad del régimen de Al Assad. Aunque las imágenes no son de una estupenda calidad, el valor del documento radica en mostrar la realidad del momento tal y como es sin aderezos ni adornos.