'Inspire' de Al Qaeda en la Península Arábiga (AFP/Getty Images).
‘Inspire’ de Al Qaeda en la Península Arábiga (AFP/Getty Images).

¿Cuáles son los medios y modos de comunicación que utilizan los grupos extremistas para hacer del terrorismo un espectáculo?

Los grupos armados influenciados por ideologías extremistas –políticas y/o religiosas-, con independencia de la finalidad perseguida (insurgencia, revolución, separatismo, expulsión del invasor, lucha sectaria,…), acostumbran a realizar actos de terrorismo como procedimiento de actuación, ya sea de forma principal o para apoyar sus actividades más convencionales.

Con el empleo de esta asimetría, los terroristas pretenden superar a un adversario al que estiman muy superior, no sólo militarmente, y, al tiempo, obtener una publicidad que justifica y legitima su causa. También para que les aporte fondos, partidarios y combatientes.

Pero esta no es la novedad, la innovación viene, en la actualidad, de la mano de los medios y modos en que dichos grupos comunican sus mensajes. Ya no bastan los pasquines o panfletos, ni siquiera emplear televisiones como Al Jazeera o Al Arabiya para difundir los intimidadores mensajes y las espeluznantes acciones realizadas; ahora lo que más le gusta es hacer uso prolífico de Internet y de las redes sociales.

Además, conscientes de que el terrorismo es espectáculo, una cuidada puesta en escena que persigue la mayor resonancia mediática posible, con la finalidad de intimidar a opiniones públicas y decisores políticos, nacionales e internacionales, estas organizaciones se dotan de sus propias agencias de comunicación, altamente profesionalizadas.

¿Qué persiguen?

De un modo genérico, todos los grupos extremistas quieren, a través de la información y la desinformación, tanto hacerse su propia propaganda, como oponerse a lo publicado por los medios tradicionales –a los que consideran manipulados por sus poderosos oponentes- y a las campañas de desprestigio llevadas a cabo por gobiernos y organizaciones adversarias.

Atendiendo a su propósito, los mensajes transmitidos en los comunicados pretenden hacer apología de su lucha, para dotarla de justificación y superioridad moral, con lo que buscan igualmente captar adeptos y ridiculizar, deshumanizar e infravalorar al enemigo. Muestran cómo forman a los combatientes, proporcionando explicaciones y detalles del manejo de armamento, realizar ataques o fabricar explosivos. También pretenden enseñar su poderío al mostrar las acciones violentas que realizan, los campos de entrenamiento, las armas y medios disponibles, etcétera.

Atemorizar a las poblaciones de los gobiernos contra los que combaten estaría entre sus objetivos prioritarios, profiriendo para ello graves amenazas. Aunque en la inmensa mayoría sean incumplibles. Y por supuesto, el otro fin perseguido es detallar las acciones que consideran positivas, es decir, las actividades sociales en beneficio de la población asentada en los territorios que controlan, tales como recogida de basura, pavimentado de calles, creación de escuelas y centros sanitarios, patrullas que garanticen el orden y la seguridad, campañas de vacunación, construcción de refugios, distribución de ropa y alimentos o subsidios.

He aquí una muestra de su poderío mediático.

'Resurgence' de Al Qaeda.
‘Resurgence’ de Al Qaeda.

Al Qaeda

La importancia que los grupos extremistas dan a este aspecto es tal que se calcula que sólo Al Qaeda y sus grupos afiliados han transmitido, en los últimos 20 años, al menos 3.800 mensajes de audio y vídeo. Un total de más de 1.100 horas de emisión.

La encargada de la producción y difusión de sus mensajes es su agencia de comunicación particular: As Sahab (Las Nubes), que principalmente emplea los idiomas árabe y urdu. Es la responsable de difundir los mensajes de Al Qaeda en el Subcontinente Indio, rama regional recientemente creada para operar en esa parte del mundo.

La última gran novedad aconteció el pasado día 19 de octubre, pues, con un retraso de siete meses desde que fuera anunciada por primera vez, ese día vio la luz su nueva revista: Resurgence.

Su aspecto novedoso es estar redactada exclusivamente en inglés. Pero, ¿por qué en este idioma y no otro? Es fácil adivinar la razón cuando se ojea su extenso contenido, pues buena parte de sus 117 páginas están dedicadas a las recientes actividades de Al Qaeda en el Subcontinente Indio. Con ello la organización pretende una mayor difusión en una región donde el inglés es hablado por una significativa parte de la población, al tiempo que llegar a un público mundial más amplio, en especial en un momento en que está cuestionado su liderazgo dentro del entramado fundamentalista, como consecuencia de la trascendencia mediática de las actuaciones en Irak y Siria del Estado Islámico.

La revista pone el acento en la marginación, persecución y exterminio al que se ven sometidos los musulmanes en Pakistán, India, Bangladés y Myanmar. Sobre este último país, afirma que la forzada transición a la democracia fomentada por Occidente ha supuesto un coste más de 20.000 musulmanes asesinados, 180.000 desplazados y cientos de mezquitas destruidas.

Otro capítulo reseñable es el referido a inducir a atacar oleoductos, gaseoductos y pasos marítimos obligados, al entender que cualquier interrupción de los flujos de hidrocarburos afectaría sensiblemente a las economías occidentales.

Como curiosidad, hay que señalar que tanto la propia central de Al Qaeda, como los otros muchos grupos extremistas con los que se le asocia, acostumbran a difundir sus comunicados a través de la empresa estadounidense Intelcenter, especializada en la lucha contra el terrorismo.

'Palestine, betrayal of the guilty conscience' de Al Qaeda en la Península Arábiga.
‘Palestine, betrayal of the guilty conscience’ de Al Qaeda en la Península Arábiga.

Al Qaeda en la Península Arábiga

Su departamento de comunicación: Al Malahem Media, produce de forma periódica la revista Inspire. Redactada en inglés coloquial, persigue las habituales finalidades de autopropaganda, captación de adeptos, enseñar a fabricar bombas y cómo realizar ataques.

El primer ejemplar de Inspire vio la luz en julio de 2010 y desde entonces ha tenido una gran repercusión y capacidad de influencia entre grupos e individuos extremistas de todo el mundo. Incluso se estima que sus detalladas instrucciones sobre cómo fabricar ingenios explosivos han sido empleadas en varias ocasiones para perpetrar acciones terroristas.

Tal es el éxito de esta publicación que está considerada no sólo como un medio de difusión propio de Al Qaeda en la Península Arábiga –cuyo campo natural de actuación está constreñido a Yemen y Arabia Saudí-, sino también como uno de los principales órganos de propaganda del conjunto de Al Qaeda y sus grupos afiliados.

En un principio estaba orientada a movilizar a jóvenes británicos y estadounidenses para que unieran a la yihad, pero ahora tiene difusión y aceptación planetaria.

Hasta la fecha, se han publicado una docena de ejemplares, siendo el último el emitido en marzo de 2014, en el que se hacía un llamamiento a colocar bombas en suelo estadounidense.

Por otro lado, y con el objetivo de rentabilizar el sentimiento anti-israelí generado en algunas partes del mundo por los violentos acontecimientos acaecidos en la Franja de Gaza el verano pasado, Al Qaeda en la Península Arábiga dio a conocer el 16 de agosto una nueva revista, titulada Palestine, betrayal of the guilty conscience. Redactada en inglés y con una extensión de 24 páginas, insiste en hacer una llamada para actuar contra intereses estadounidenses e israelíes, allí donde éstos se encuentren.

Antes, este grupo publicó, entre 2004 y 2007, de forma discontinua, un periódico online llamado Voice of Jihad, que tuvo cierta repercusión en Arabia Saudí, pero sin llegar, ni de lejos, a los niveles actuales de Inspire.

También con menor calado, la agencia Al Yaqeen Media Center publica Sada Al Malahim (El eco de las batallas) y Qaddaya Jihadiyh (Temas yihadistas).

Con las redes sociales, otra agencia yihadista, denominada Madad News Agency, actúa como órgano no oficial de propaganda de Al Qaeda en la Península Arábiga con la finalidad de difundir sus mensajes en Facebook.

Al Qaeda en el Magreb islámico

Este grupo cuenta también con su agencia de comunicación en la zona: Al Andalus Media.

Su producción acostumbra a centrarse en las operaciones efectuadas, en los ataques suicidas y en los “apóstatas muertos y heridos en diferentes operaciones efectuadas por los muyahidín”.

Al Shabab

Resulta sorprendente la profusión, calidad y alta profesionalidad que alcanza la estrategia comunicativa de este grupo somalí.

Su agencia de publicidad, la Fundación al Kataib, produce y difunde vídeos de gran calidad en los que el mensaje principal es que Al Shabab es tan sólo un elemento más de un conflicto a escala planetaria en el que el islam está amenazado. Su audiencia objetivo es tanto el pueblo somalí como la amplia diáspora repartida por el mundo.

Este grupo también ha mostrado una gran maestría en el empleo de las redes sociales, especialmente Twitter, a la que ha utilizado con frecuencia para desmentir las declaraciones oficiales de las fuerzas de la Unión Africana. Por este motivo, ha sido objeto de especial seguimiento por las principales agencias de inteligencia y sus cuentas han sido sistemáticamente cerradas tan pronto como eran detectadas.

Para potenciar la difusión de sus mensajes, llegando a los rincones más recónditos de Somalia, Al Shabab dispone de su propia emisora de radio. Denominada Al Andalus, se estima que cuenta con más de 50 periodistas y con locutores que dominan a la perfección el inglés –acento estadounidense y británico-, el swahili –clásico de Tanzania y Kenia- y el árabe, los tres idiomas en los que emiten los programas.

Ansar al Sharia en Libia

La agencia de comunicación de Ansar al Sharia en Libia, llamada Al Rayyah Foundation for Media, está muy especializada en la producción de audios, adaptados a las características del país.

Ansar al Sharia en Túnez

Ansar al Sharia –o Shabab al Tawhid, como se cree que se autodenomina actualmente-, principal grupo yihadista-salafista en Túnez, fue la organización precursora en el empleo de las redes sociales, concretamente de Twitter. A través de Facebook transmiten su revista Al Salafiyya.

En sus mensajes, producidos por sus agencias de comunicación Al Qayrawan Media Foundation y Al Midrar Foundation for Media Production, permanentemente insiste en rechazar su designación como grupo terrorista por el Gobierno tunecino, haciendo hincapié en sus programas sociales y en el apoyo masivo que recibe por parte del mundo musulmán.

Agencia especial para mujeres yihadistas

A mediados de este mes de octubre, se ha podido conocer la creación de una agencia de comunicación dedicada en exclusiva a las mujeres yihadistas, denominada Al Zawara’a.

Según las propias declaraciones de esta agencia, su propósito es introducir a las féminas en el sendero de la yihad, para lo que las irán instruyendo en los preceptos de la sharia, el manejo de armas y explosivos, y los secretos de la comunicación, sin descuidar otras tareas básicas, como cocinar o coser para los combatientes masculinos.

'Dabiq' del Estado Islámico.
‘Dabiq’ del Estado Islámico.

Estado Islámico

La producción de su agencia de comunicación, Al Naba, es la envidia de las mejores agencias de publicidad de los más avanzados países occidentales.

Aquí ya no se está ante los vídeos de baja calidad que hace unos pocos años se mostraban en las televisiones de Osama bin Laden y Al Zawahiri en una cueva, con pobre iluminación, sin el menor atractivo visual.

Ahora, los vídeos del Estado Islámico en Irak y Siria aportan todo lo que el público más exigente puede desear de una superproducción: edición y producción inmejorables; espectaculares efectos especiales; grabación simultánea desde varias cámaras, algunas aéreas; medios de alta tecnología, como la cámara lenta más avanzada; montajes imaginativos.

Y sobre todo, perfectamente adaptados al gusto occidental. Con lo que el objetivo preferente se antoja obvio: captar la atención de las opiniones públicas occidentales, de modo que, al realzar su potencial y hacer gala de sus intenciones perversas, se intimide a las poblaciones de los países que actúan en su contra.

Al igual que Al Qaeda habitúa a difundir sus mensajes de audio y vídeo a través de la empresa Intelcenter, el Estado Islámico se ha inclinado por hacerlo a través de otra empresa estadounidense, SITE Intelligence Group, igualmente especializada en el análisis del terrorismo internacional.

El Estado Islámico publica una revista llamada Dabiq, en la que además de hacerse la habitual autopropaganda, hace una llamada permanente a que se le unan combatientes de países del resto del mundo, en concreto occidentales. Para ello, se edita en varios idiomas, incluido el inglés (convertido en una constante para este tipo de organizaciones violentas). Según la propia publicación, sus objetivos principales son cuatro: la unidad de todos los musulmanes, la búsqueda de la verdad, la guerra santa y la comunidad de fieles.

El nombre de Dabiq no ha sido elegido al azar. Hace referencia a un lugar en Siria en que se supone tendrá lugar una de las últimas batallas, según cierta mitología musulmana sobre la apocalipsis final.

Hasta el momento, se han editado cuatro ejemplares, el último de los cuales se centra en la actuación de la coalición internacional liderada por EE UU, la cual consideran que está abocada al fracaso.

Así mismo, publica un informe anual en el que hace referencia a sus principales actividades violentas (asesinatos, ataques armados, atentados suicidas, coches bomba, muertos por francotirador, ataques con morteros,…). En concreto, en el ejemplar dedicado a 2013, el Estado Islámico contabilizaba nada menos que 7.681 operaciones, tan sólo en Irak.

Al igual que sucede en la actualidad con otros grupos, también sus integrantes hacen uso extensivo de las redes sociales, incluyendo las denominadas redes privadas virtuales. Tanto es así, que ha llegado a amenazar de muerte a los empleados de Twitter responsables del cierre de sus cuentas.

‘Monthly harvest’ de Al Nusrah.

Jabhat al Nusrah

El Frente Al Nusrah, considerado como el brazo armado oficial de Al Qaeda en Siria, publica mensualmente una especie de revista en la que resume sus operaciones de las últimas semanas.

Por ejemplo, en septiembre pasado publicó un documento de 26 páginas, en el que resumía las actividades que había llevado a cabo el mes de agosto. Escrito en inglés, este documento, titulado Monthly Harvest, proporciona una visión general tanto de las operaciones militares del grupo, como sus esfuerzos de proselitismo en Siria.

Con su agencia de comunicación, Himam News Agency, ofrece reportajes y comunicados de calidad. También dispone de otra agencia: Al Manarah Al Bayda Foundation for Media Production, que se está encargando de distribuir los últimos vídeos realizados.

Partido islámico del Turkestán

Este grupo, activo en Turkestán Oriental, la provincia china de Xinjiang, publica, desde julio de 2008, un periódico trimestral titulado Turkistan al Muslimah (Turkestán Musulmán), orientado a mostrar la discriminación que sufre la población musulmana uigur por parte del Gobierno central chino. Tampoco oculta su apoyo a lo que representa Al Qaeda y a otros grupos yihadistas-salafistas.

Desde 2012 ha incrementado la producción de vídeos centrados en los ataques perpetrados en Xinjiang. También han visto la luz algunos vídeos –así como fotos- de sus combatientes entrenando en la frontera entre Afganistán y Pakistán, antes de efectuar los mencionados ataques.

Talibán

Desde el inicio de su ofensiva contra el Gobierno impuesto en Afganistán y las fuerzas extranjeras que les habían expulsado del poder, los talibanes han sabido sacar partido a la comunicación.

Para ello, han ido elaborando periódicos y revistas de distinta periodicidad, en árabe, pastún, dari e inglés. Además, han producido y distribuido una amplia variedad de CD y grabaciones de audio y vídeo, así como invitado a periodistas extranjeros para que les realizaran reportajes favorables a sus intereses.

Pero su principal paradigma comunicativo es la revista mensual -fácilmente accesible en Internet- Al Somood, considerada como la publicación oficial del Estado Islámico de Afganistán. Se ha publicado de forma ininterrumpida desde el verano de 2006, en agosto pasado alcanzó el ejemplar número 100.

Su agencia oficial de producción es Al Emara, aunque, dada la diversidad de grupos armados que actúan bajo la denominación talibán, así como la amplitud y variedad geográfica en donde llevan a cabo sus acciones, existe otras agencias de comunicación que se encargan de la producción, edición y difusión de vídeos relacionados con los talibanes: Abdullah Jihadi Studio, Al Hijrat, Al Jihad Studio, Al Muhajir Studio, Bot Shikan, Call of Jihad, Labaik, Manba Al Jihad, Maydan Al Jihad, Minbar Project, Tora Bora Studio, Umar Studio.

Bajo el paraguas talibán, entre 2004 y finales de 2012, emitieron 125 mensajes de audio y vídeo, contabilizando un total de casi 74 horas de emisión.

Una imagen vale más que mil palabras

Los grupos extremistas habituados, en mayor o menor medida, a cometer actos de terrorismo han comprendido a la perfección que en el mundo actual no hay nada que tenga mayor impacto mediático que una imagen.

Conocedores de que los conflictos modernos se deciden en las opiniones públicas, el daño y sufrimiento no es suficiente. Tienen que pregonar al mundo la omnipresencia de su terrorífica amenaza.

Para ellos, darse a conocer, es existir. Saben que tan importante como actuar es comunicar, que el auténtico éxito de sus acciones se mide por la respuesta de la audiencia. Se trata de conseguir publicidad, ese oxígeno que respiran los terroristas, como decía Margaret Thatcher.

Y para conseguir estos fines, hacen uso de la infoesfera. De ese ciberespacio, convertido en escenario de confrontación, que, con mínimo coste, les aporta instantaneidad, universalidad, y, hasta cierto punto, la impunidad propia de un sistema sin fronteras, sin limitaciones, y con un control, aunque no imposible, sí ciertamente complejo.

Ante este panorama, surgen dudas supremas. Si el objetivo de los grupos extremistas-terroristas es atemorizar mediante la difusión de sus acciones, conseguir sus objetivos y captar fondos y acólitos a través de la difusión de sus mensajes, ¿no les hacen, en gran medida, el juego los medios de comunicación occidentales al hacerse eco de sus comunicados de audio y vídeo, difundiéndolos amplia e insistentemente? ¿En este caso, dónde empieza y dónde acaba el deber de informar y el derecho a ser informado en una sociedad democrática? Y todavía más grave, ¿por qué empresas privadas, como Intelcenter o SITE Intelligence Group, que ni siquiera pueden ampararse en la libertad de prensa al no ser un medio de comunicación, se dedican a recoger y difundir al mundo los mensajes de los grupos terroristas?

El debate está servido.