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Una tienda en Sarajevo muestra paquetes de cigarrillos con el mensaje "Fumar mata" en tres idiomas: bosnio, croata y serbio, abril 2017. Elvis Barukcic/AFP/Getty Images

¿Hablan Serbia, Croacia, Bosnia y Montenegro una lengua común? El lingüista Ranko Bugarski tiene claro que sí, a pesar de que el lenguaje siga siendo instrumentalizado por las respectivas élites políticas para dividir.

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Ranko Bugarski

Biblioteka XX vek, 2018

Ranko Bugarski es un hombre elegante. Uno de los mayores expertos en lingüística que dio Yugoslavia. Académico, editor, experto en estructura de la lengua inglesa, tiene formas mesuradas aunque determinación cuando tiene que expresarse con rigor. No hay estudiante exyugoslavo que no relacione su nombre con los libros de la escuela. Él, como otros muchos lingüistas de la región, no tiene dudas al respecto: el serbio, el croata, el bosnio y el montenegrino son un mismo idioma. Y, sin embargo, se llaman de forma diferente.

En 1998 se estrenaba la película serbia Rane, un recorrido por el subsuelo de la vida criminal en Serbia durante los 90. La película, repleta de guiños cómicos y con un tono melodramático muy local, se estrenó en Croacia. La risotada del público fue sonada cuando vieron los subtítulos en croata. Aparte de alguna palabra o letras sueltas, no había diferencias significativas. Una década después la editorial croata Golden marketing–Tehnička knjiga traducía de la lengua serbia al croata el libro Los serbios entre las naciones europeas, del historiador Sima Ćirković. El editor del libro dijo: “tenía sentido su publicación en croata a razón de la terminología y la acogida de los lectores croatas”.

Algo similar debió de pensar el embajador de Croacia en España que en 2010 escribió en el diario El País: “El idioma croata nunca ha sido serbio, así como el serbio nunca ha sido croata. Si dos interlocutores se entienden mutuamente, eso no quiere decir que hablen el mismo idioma”. Lo cierto es que preguntados por esta cuestión, dos reputados eslavistas estadounidenses determinaron que la diferencia entre el serbio y el croata era equiparable a la diferencia que hay entre el inglés británico y el estadounidense. Es decir, el planteamiento es a la inversa: que dos personas hablen el mismo idioma no implica que se entiendan o que quieran entenderse.

Los especialistas sitúan la ruptura del serbo-croata o croata-serbio en 1967 en Zagreb, con la Declaración sobre el nombre y la situación del croata. La independencia en Croacia y la fragmentación yugoslava afianzó la voluntad de las élites gubernamentales de oficializar un idioma distinguible del serbio, que durante la época yugoslava se denominaba de forma diferente en Serbia y en Croacia, aunque la comunicación fuera clara y fluida a un lado y a otro. Han sido una causa de sonrojo, risión o indignación los esfuerzos institucionales croatas por estrechar o deserbizar el léxico croata. La lingüista croata Snježana Kordić ha denunciado estas prácticas en su libro Lengua y nacionalismo. Critica a los académicos croatas por depurar la lengua clasificándola en ...