

The Generalissimo
Jay Taylor
Harvard University Press, 2022
El nacionalismo de Chiang Kai-shek define más a la China moderna que el comunismo de Mao. El suyo fue el primer proyecto serio de modernización china, cosa que consiguió en Taiwán.
Hace pocos días, una frase de Xi Jinping en las memorias del difunto Shinzo Abe generó revuelo en las redes sociales. Según el mandatario nipón, Xi le dijo que si hubiera nacido en Estados Unidos se habría afiliado al Partido Demócrata o al Republicano, y no al Partido Comunista Americano. En resumen: habría priorizado ser patriota antes que comunista. Para algunos, eso puede sonar extraño: en la China actual todavía hay retratos de Mao y el poder lo monopoliza el Partido Comunista. Pero si observamos el desarrollo de China en las últimas décadas, el proyecto del gobierno se acerca más al nacionalismo que al socialismo. Y el primero que puso en práctica la idea de un nacionalismo modernizador para China no fue Mao Zedong, ni tampoco Deng Xiaoping, ni Xi Jinping. Fue Chiang Kai-shek, una figura considerada como derrotada, pero el modelo de la cual ha marcado más la China moderna que la de los dirigentes comunistas a los que se enfrentó.
La figura de Chiang ha sido investigada y reevaluada en los últimos años, después de quedar marcada más por la propaganda comunista y sus aliados occidentales, que por un conocimiento historiográfico serio de Chiang y su época. Un buen ejemplo de esta nueva indagación rigurosa sobre su figura es la biografía de Jay Taylor The Generalissimo: Chiang Kai-shek and the Struggle for Modern China. Aunque en algunos momentos de lectura un poco árida, la biografía de Taylor es importante, ya que estudia a fondo el período de gobierno del Kuomintang (KMT) de Chiang sobre China, despeja mitos y tópicos enquistados, y muestra los vínculos claros del proyecto de éste con la China actual.
Taylor deja atrás la imagen extendida, pero simplista del gobierno de Chiang como absolutamente corrupto, dominado por poderes extranjeros, derechista e ineficiente. De hecho, Taylor muestra como esta caricatura de Chiang se formó por una combinación entre la propaganda de los comunistas chinos y su repetición por parte de estadounidenses que veían a Chiang como un dictador militar corrupto, pero, en cambio, consideraban a Mao y los suyos como cuasidemócratas liberales sin ápice de totalitarismo. En la China nacionalista de Chiang había prácticas autoritarias, pero siempre hubo espacios para prensa crítica e incluso se promovieron elecciones nacionales. En la China de Mao, esos espacios de libertad y disidencia no estaban permitidos: los problemas no salían a la luz porque directamente estaba prohibido mostrarlos. Muchos observadores externos no se dieron cuenta de que el modelo imperfecto de Chiang era mucho más liberal que el protototalitarismo supuestamente sin conflictos que Mao ya estaba ...
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