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Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista, durante una presentación en Coventry, Inglaterra. (Leon Neal/Getty Images)

No está claro si la ambigua posición del líder laborista Jeremy Corbyn respecto al brexit es parte de una estrategia política o si es por motivos ideológicos personales. Pero es evidente que la deriva está provocando una división dentro del partido. Sus miembros ven necesario definir una posición porque, aunque no estén en el Gobierno, tienen un compromiso con los ciudadanos.

La consulta sobre la relación que Reino Unido quería mantener con el resto de Europa puso en el tablero político a nuevos actores, como UKIP, y reforzó la postura de otros, como los liberales. Sin embargo, desde el momento del referéndum sobre el brexit el panorama político ha vuelto a cerrarse. Sólo ha habido lugar para una sorpresa: el nacimiento de Renew hace menos de un mes. La aparición de este partido deja clara la necesidad de recoger y gestionar en lo político el descontento social por la salida de Reino Unido de la UE. La consulta estaba clara, pero no el camino hasta el final. Y la aparición de nuevos enfoques y puntos de vista hacen que parezca que el Reino Unido no hace otra cosa que dar vueltas en círculo.

Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista, disfrutó de un breve periodo dorado de popularidad y su partido lleva cierta ventaja en intención de voto, según los últimos sondeos. Pero lo cierto es que sigue siendo peor valorado que la propia primera ministra Theresa May, que se sitúa en un 36% de aprobación frente al 30% de Corbyn. Los números desvelan más sorpresas. En el último sondeo específico sobre el brexit, llevado a cabo por ICM Unlimited, un 43% de los encuestados afirma que la salida de la Unión Europea tendrá un impacto negativo sobre la economía del país y un 53% considera que las negociaciones están yendo mal. No sorprende, por tanto, la fuerza con la que ha nacido Renew, un partido inspirado en el movimiento que levantó Emmanuel Macron en Francia y que promete ser el brazo militar de la campaña anti-brexit.

Pero ni el nacimiento de esta formación se explica solamente con una sociedad descontenta, ni la pobre popularidad de May se debe a que los británicos estén encantados con su carismático carácter. Es posible que estas cifras se entiendan mejor si observamos el puzle desde otra perspectiva: la falta de un camino y postura claros desde el Partido Laborista.

Todo parecía indicar que Corbyn tenía como propósito recoger el testigo y la frustración de aquellos ciudadanos descontentos con el Gobierno. Sin embargo, la fractura a la que se enfrenta Reino Unido parece requerir, más bien, un líder que tenga la vista puesta hacia fuera y no hacia dentro. Si la mayor preocupación entre los británicos es el impacto  ocasionado por el tipo de salida de la Unión Europea —según datos publicados por YouGov, solo el 19% cree que de las negociaciones ...