La permanente convulsión en Haití, un país sumido en una grave crisis política, económica y de seguridad, empuja a su población a trasladarse al extranjero en busca de unas mejores condiciones.

Estados Unidos sigue siendo el destino final más buscado por los migrantes. Sin embargo, la mayoría no viaja directamente desde el país caribeño sino que recorre un largo trayecto a través de distintos países de tránsito, principalmente Brasil, Chile y Colombia. Durante la ruta cruzan la peligrosa área del tapón de Darién, una región entre Colombia y Panamá.

El grupo más vulnerable ante los riesgos que este viaje implica es la infancia. De acuerdo con datos de World Vision, el 40% de los migrantes haitianos son niños.