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El clérigo radical Abu Bakar Bashir fuertemente escoltado por la policía en la oficina del fiscal en el sur de Yakarta, Indonesia. AFP/Getty Images
La organización yihadista busca alimentar sus filas con ciudadanos del mayor país musulmán del mundo. Las autoridades y la mayoría de la sociedad indonesia están en guardia para evitarlo.
En 2012, Indonesia envió trabajadores humanitarios a una Siria ya entonces devastada por la guerra. El resultado de la operación, no obstante, terminó por distar bastante del esperado. Varios de ellos entraron en contacto con miembros del Estado Islámico (EI) y, a su regreso a territorio indonesio, se convirtieron en macabros reclutadores para la causa. En los últimos meses, el grupo radical islámico se ha volcado con el país que alberga la mayor población de fe musulmana del mundo, Indonesia, un potencial vivero de unos 210 millones de mahometanos para sus tropas.
“Nos preocupa la existencia del Estado Islámico, conocido por su fuerza bruta y...
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