Un repaso a los retos que pondrán a prueba la fortaleza del Ejecutivo italiano de coalición entre el Partido Democrático y el Movimiento Cinco Estrellas.
El pasado verano trajo como novedad la conformación de un nuevo gobierno italiano, el número 66 de la historia de la I República italiana (república que, por cierto, aún no ha llegado a los 75 años de vida). Un gobierno de circunstancias, ya que tuvo su punto de origen en la moción de confianza presentada contra el Primer Ministro (Giuseppe Conte) por parte de uno de los dos miembros de la coalición que gobernaba (la Liga de Matteo Salvini), y que tuvo su punto de llegada en la configuración de una nueva coalición solo unas semanas antes sencillamente impensable: la formada por el Partido Democrático (PD) y el Movimiento Cinco Estrellas, acérrimos enemigos desde la campaña del referéndum constitucional que tuvo lugar en diciembre de 2016 y que tuvo como consecuencia la caída del Gobierno Matteo Renzi.

En realidad, la coalición inicialmente trabada entre PD y Cinco Estrellas se ha transformado rápidamente en coalición a cuatro, por dos razones fundamentales. La primera era la necesidad de ensanchar la mayoría de gobierno: teniendo en cuenta que entre ambas formaciones solo sumaban 158 senadores (en la cámara baja la mayoría era mucho más amplia) sobre un total de 319, hubo que acudir al voto de la escisión por la izquierda del Partido Democrático (Libres e Iguales, cuyo origen está en el partido Articulo I-Movimiento Democrático y Progresista, nacido en marzo de 2017), ya que aportaba hasta cuatro senadores más. Pero, una vez jurado el cargo por el nuevo Ejecutivo el 5 de septiembre pasado, la coalición pasó en menos de dos semanas a ser de cuatro, ya que el 18 de septiembre Matteo Renzi, ex primer ministro y exsecretario general del PD, decidió escindirse (ahora por la derecha) también del Partido Democrático y crear una nueva formación llamada Italia Viva, a la que se llevó más de cuarenta parlamentarios entre las dos cámaras (formación que, por otra parte, sigue creciendo numéricamente).
Ello ha hecho aún más compleja la negociación dentro de este gobierno que, eso sí, mantiene el mismo Primer Ministro (Giuseppe Conte, jurista independiente pero cercano a Cinco Estrellas). Y la primera prueba a la que se someterá esta coalición a cuatro será los Presupuestos Generales del Estado, cuyo borrador será remitido a las autoridades comunitarias en octubre, aunque seguirá habiendo margen para negociar hasta final del presente año.
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta el Gobierno? El primero de ellos, la urgente necesidad de ordenar las cuentas públicas tras un último año desastroso para el país. Debe pensarse que el llamado “gobierno del cambio” (junio de 2018-agosto de 2019) llevó el crecimiento del PIB de ...
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