Estas maniobras de Estados Unidos y sus aliados defienden el libre tránsito de barcos por los mares del planeta, pero a veces también generan tensiones en algunas aguas sensibles desde el punto de vista geopolítico.

El pasado mes de julio, el destructor estadounidense USS Ralph Johnson navegó por aguas cercanas a las islas Spratly en el mar del sur de China. Este archipiélago es un punto sensible en el tablero internacional, ya que es reclamado por China, Vietnam y Taiwán. Con esta exhibición de fuerza, Washington quería dejar claro que la libertad de navegación debía prevalecer sobre cualquier reclamación de soberanía marítima, un mensaje especialmente pensado para Pekín.
Hasta septiembre de 2020 se han producido dos ejercicios más de este tipo en el mar del sur de China: el 25 de enero (también en las Spratly) y el 28 de abril (en las islas Paracelso). Este tipo de maniobras estadounidenses no son tan excepcionales, pese a que ahora llamen la atención por las tensas relaciones entre Pekín y Washington. En concreto, se enmarcan en el conocido como Freedom of Navigation Program (Programa de Libertad de Navegación), impulsado por el Departamento de Defensa de EE UU para defender un tránsito por los mares sin interferencias de potencias agresivas.
Estas operaciones de libertad de navegación (también conocidos como FONOP por sus siglas en inglés) se han desarrollado por todo el planeta, aunque el mar del sur de China se ha convertido en un escenario habitual en el último lustro. La administración de Barack Obama autorizó dos en 2015 y otras tres al año siguiente. Donald Trump ha seguido con esta tendencia y en 2019 ordenó nueve operaciones en esas aguas.
Un claro desafío en un escenario que China ha fijado como un punto clave de su política internacional, ya que considera que el 85% de la superficie de ese mar debe estar bajo su soberanía, lo que genera roces frecuentes con otros Estados ribereños como Brunéi, Malasia, Taiwán, Filipinas o Vietnam.
Pero también pueden encontrarse ejemplos fuera del marco de las tensiones entre EE UU y China. Algunos de los incidentes vividos en los últimos años en el estrecho de Ormuz, a la entrada del Golfo Pérsico, entre navíos iraníes y estadounidenses son consecuencia de estas maniobras. También la US Navy ha desplegado un navío en aguas reclamadas por Venezuela el pasado mes de enero, otro movimiento que llama la atención por los continuos roces entre Washington y Caracas.
Para comprender mejor la importancia de estos ejercicios navales para la política exterior de la Casa Blanca, conviene fijarse bien en su marco cronológico completo.
Fernando Ibáñez, experto en Seguridad y Defensa marítima de la Universidad de Zaragoza, recuerda los orígenes de estas maniobras: “son creadas por EE UU en 1979 en un contexto muy concreto, en la Guerra Fría, y en el que ciertos países latinoamericanos y africanos planteaban reclamaciones territoriales que se consideraban ...
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