¿Podrá el petróleo iraní (y también el venezolano) sustituir al sancionado petróleo ruso como surtidor del mercado global?
La guerra que actualmente se libra entre Rusia y Ucrania coloca de manera colateral en el centro de atención a actores geopolíticos clave como la República Islámica de Irán, importante productor de petróleo y gas natural. Pero más allá del interés energético está también el del programa nuclear. Irán y el denominado Grupo P5+1, conformado por EE UU, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia y Alemania, estaban avanzando desde finales de 2021 en la recuperación del acuerdo nuclear alcanzado en 2015, y que estipula el monitoreo exterior del programa nuclear iraní con fines pacíficos.
Pero la invasión militar rusa a Ucrania iniciada el pasado 24 de febrero y las consecuentes tensiones ruso-occidentales, consideradas las más graves desde el final de la Guerra Fría en 1991, han dado un súbito vuelco a este escenario. Y es aquí donde aparece la importancia de Irán en el tablero geopolítico y energético global.
Tras la suspensión del acuerdo nuclear con Irán por parte de la Administración de Donald Trump en 2018, la llegada del demócrata Joseph Biden a la Casa Blanca a comienzos de 2021 supuso una apuesta por recuperar la diplomacia. Apuesta igualmente condicionada por la relación del P5+1 con Rusia tras la invasión militar a Ucrania, que ha sacudido los intereses energéticos globales, tomando en cuenta la decisión de EE UU y de Reino Unido de suspender las importaciones de petróleo ruso.
Una decisión que no ha sido secundada por Europa, dependiente en aproximadamente un 35% del suministro de petróleo y gas desde Rusia. No obstante, y ante la posibilidad de también verse obligada a apoyar esas sanciones al petróleo ruso, Europa enfoca también su atención ante la posibilidad de acudir a otro socio energético sustitutivo como Argelia, actualmente el tercer principal surtidor de petróleo para el continente europeo. Un 83% de las exportaciones petroleras argelinas van hacia España e Italia.
Washington busca nuevos socios...en aliados de Moscú
El encarecimiento del precio del crudo, que ha llegado a cotizarse a comienzos de marzo en aproximadamente unos 130 dólares el barril Brent referencia en Europa y EE UU, y la necesidad de establecer un mayor cerco global hacia Rusia por su invasión militar a Ucrania, son factores que súbitamente está utilizando Washington a la hora de reorientar su enfoque hacia países productores de crudo con los que, en los últimos años, ha tenido tensiones diplomáticas y geopolíticas.
Aquí aparecen dos casos: Venezuela e Irán, ambos al mismo tiempo aliados de Moscú. Con las sanciones impuestas a Rusia, el objetivo de Washington es sustituir al petróleo ruso como surtidor energético para las economías occidentales buscando nuevas alternativas en países productores. Para ello, la Administración Biden ha utilizado como justificante lo que ha denominado la "seguridad energética".
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